CAPÍTULO 34 :

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TODO QUEDA AL DESCUBIERTO :

DARIEN :

Han pasado días, semanas enteras sin verla. Comenzó con excusas que yo terminé creyendo, pues sabía que su vida en matrimonio, no era fácil, y por lo mismo, no podía verla de a diario. Pero después sus excusas aumentaron. Se me hicieron tontas, y eso si, me hizo perder la razón. Pues todas ellas, me daban a pensar lo mismo. Que ella ya no quería nada conmigo, y no quería decírmelo en mi cara. Quería cerrar lo que había entre nosotros, poco a poco, hasta que yo me desesperara. De una manera, nada correcta y cobarde. Pero lo que ella no sabía, es que yo no estaba dispuesto a rendirme así tan fácilmente. Nunca lo hice. Y ahora que estaba enamorado hasta las manitas, menos. Estaba enamorado de esa mujer, y ya demasiado me podía, tener que compartirla, como para además no poder verla. Pero nada se comparaba a la sensación agobiante de poder perderla. Sabía que tenía que ser paciente. Y para lograr que fuera completamente mía, primero tenía que convencerla. Y para eso, además de enamorarla, debía tener preparadas las jugadas sucias, que estaba seguro que tenía Seiya. Así que a pesar de estar desesperado por verla, y de estar furioso por sus patéticas excusas para no verme, tuve que esperar.

Grata fue mi sorpresa, cuando descubrí que Seiya, si tenía algunos trapos sucios, ocultos. Me regocije y celebré interiormente, por tan buena noticia. El tipo era toda una fichita. Tenía un largo historial oculto, que me impresionaba ver, como lo ha podido ocultar tan bien, tanto que Serena nunca se ha dado cuenta de ello. Ahora con esas pruebas, sólo faltaba decírselo a ella. Para así, aunque sea de una manera sucia, a costa de las mentiras de Seiya, apoyarla y lograr que me viera con otros ojos, hasta que se enamorara perdidamente de mi. Pero la llamada de Seiya me revivió. No me había hablado, desde la última vez, que extrañamente lo hizo, sin ningún propósito. Según el, solo con el fin de "saludar". Pero gracias a esa nueva llamada, la volvería a ver. Aunque sea a lo lejos, y al lado de el, pero a fin de cuentas volvería a ver ese hermoso rostro que logró enamorarme. Estuve planteando diversos escenarios en mi mente, de cómo reaccionaria cuando la mirara esa noche, que cuando realmente la vi, y la tuve enfrente, la furia, en lugar de lo que siento por ella, se hizo presente en mi. No sé cuál fue el impacto, que más efecto tuvo en mi, está noche. Sí el enojo. La preocupación. O la satisfacción y tranquilidad de volver a verla. Ella se impresionó mucho al verme. Estaba claro que no me esperaba.

Estaba igual de hermosa, vestida en ese bonito vestido, que estaba seguro, que no llevaba bragas como conjunto. Pero su rostro me preocupo. Se miraba demacrado y ojeroso. Incluso se notaba en las curvas de su cuerpo, como el vestido le quedaba un poco grande. Daba la impresión que había bajado un poco de peso. La pregunta era, ¿porque? ¿Estaría deprimida? ¿Enferma? Me preocupe por ella, pero desgraciadamente pudo más mi orgullo herido, y la pique y la moleste, con palabras sarcásticas e irónicas. Note el dolor y el descontento que le dió, al escucharme hablar así, pero no podía evitarlo. Me daba coraje de solo pensar, que hubiera querido acabar con lo nuestro, de una forma cobarde, con solo simples mensajes de texto. También me sentía frustrado, al saber que la tenía frente a mi, y no podía abrazarla, besarla, y acariciarla como a mí me diera la gana, pues Seiya estaba en casa. Se me revolvieron las tripas, al mirar cómo él tenía la osadía de tocarla, de besarla, aparentando estar en un feliz matrimonio, cuando eso era una vil mentira. Y el era una basura. Peor aún. No entendía como era tan imbécil, como para vivir la vida engañando a Serena, cuando ella era la mujer, que todo hombre desearía tener. Al menos un hombre como yo.

La incomodidad se respiraba en el ambiente. Los tres no éramos más que sonrisas falsas y palabras hipócritas. Ella no tanto, pero él y yo, si. No dejaba de tocarla, de sonreírle, de besarla, y yo supuse, por el acto de pavonearse frente a mi, que si no sabía lo que había entre ella y yo, al menos si lo sospechaba. Porque me molestaba y me picaba con esas muestras de cariño hacia ella. Sabía que deseaba darle un puñetazo por solo tocar su mano, o simplemente con rozar la delicada piel de ella. Me estaba provocando. Quería que saltará y me le echara encima. Pero aguarde tranquilo, apretando el puño bajo la mesa, y apretando la mandíbula de más, cada que masticaba la comida. No me permití caer en su juego. Pero claro que todo se fue a la mierda, cuando el se puso de pie, e hizo que Serena hiciera lo mismo, y luego dió el tan esperado motivo de esta patética y frustrante cena.

QUERIDO VECINO 🌙 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora