QUERIDO VECINO 🌙 (COMPLETA)

CAPÍTULO 15 :

JUGAR CON LA MISMA MONEDA :

SERENA :

Quise que el tiempo transcurriera lo más lento posible. Desee que este día no hubiera llegado, pero ya estaba aquí. Hoy, se ha cumplido el plazo, y ahora, después de haber culminado mi jornada laboral, voy rumbo a la dirección que Darien, durante el transcurso de la semana, me había mandado. El, mediante mensajes de texto, que en un principio me negué a contestar, pero él, como siempre, fue insistente, y un poco amenazante, intento ser amable, al tratar de disminuir, un poco mis nervios, con conversaciones normales, y palabras dulces, seguido de un saludo de buenos días, cada mañana. Pero no lo consiguió ni un poco. Tengo miedo. Miedo, pero siento que no de el, si no de lo que provocan sus caricias en mi. Me da miedo cada que mi cuerpo por más de que yo me resista, este sucumba a sus encantos. Siento miedo al ver en la persona que me convierto, cada que el, siendo atrevido, pasea sus manos por mi cuerpo, y este se deshace, como si Darien fuera un calor intenso, y yo fuera un bloque de hielo, que en cuestión de segundos se hace líquido entre sus brazos.

Tengo miedo de lo que pueda pasar esta tarde, después de sentir sus caricias. Pero lo extraño es que aunque mi mente y yo, tengamos miedo, mi cuerpo está ansioso porque yo llegué. Para el colmo de mis males, está semana, fue un fiasco con mi marido. Hubo una pelea tras otra, que como que últimamente se están haciendo más frecuentes, y estas veces fue por lo mismo de siempre. Sus llegadas tarde, sus ausencias injustificadas en la oficina, pero el colmo, fue lo que me encontré ayer muy temprano, en el cuarto de lavado. Si no quería tener sospecha alguna de que mi marido me engañaba, ahora lo estoy dudando. Pues cuando estaba preparando la ropa sucia de Seiya para meterla a lavar, note en una de sus camisas, la mancha de un labial carmín, en una esquina de su cuello. Era insignificante, y era más como si fuera solo un rozón de labial. Pero el hecho era, de que existía esa mancha, y como siempre, siento que no tengo el valor para reclamárselo. Desde que encontré esa evidencia, no dejo de pensar en ella, y en ¿quién pudo haberla hecho?. Así que desde ayer, y mientras conducía hasta el lugar pactado, las preguntas incesantes que me hacía una y otra vez, eran: ¿Por qué Seiya llevaba esa mancha de lápiz labial? ¿Acaso me engañaba? Y si, si, ¿que es lo que había hecho yo, para que Seiya tuviera la necesidad de buscar a alguien más? O ¿Porque a mí? ¿Porque después de cinco años de bonito matrimonio? Llego al lugar pactado, y aún pensando en lo mismo, y con piernas temblorosas, bajo del auto. Darien me había repetido durante la semana, que pensara en alguna excusa, para justificarle mi ausencia a Seiya, pero no la necesite. Pues para variar, mi esposo me volvió a decir que tenía un viaje de negocios este fin, y no regresaría hasta el domingo por la noche. Ahora solo falta esperar, haber que sorpresa me encuentro, esta vez. Así que en ese punto, al saber que no tuve que mentir, al dar una excusa, mi conciencia estaba un poco más tranquila.

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Imaginé que pudieran haber pasado, mil cosas distintas, con tan solo llegar al lugar, y ver a Darien. Pero sinceramente, nunca se me pasó por la mente, estar en un escenario como este. Nunca me imaginé, que la persona que tanto placer, y a la vez, tanto temor me había causado, con sus caricias, durante los últimos días, sea quien me esté consolando en estos momentos, en los que siento que mi vida, más en especial, mi matrimonio, están tan inestables.

Como había dicho, antes de llegar aquí, quise que el tiempo transcurriera lo más lento posible, y desee que este día, nunca hubiera llegado, pero extrañamente, en este preciso momento, agradecía tanto estar aquí. Sentía demasiada presión. Necesitaba desahogarme con alguien pronto. Mi única confidente siempre fue Mina, pero no quería molestar a mi mejor amiga, con más problemas, pues ya bastante tenía con los suyos. Eran muchas cosas y preguntas que rondaban por mi cabeza, que me sentía cansada, deshecha, de tanto pensar en ellas. Por una parte estaba nerviosa, por lo que pudiera pasar hoy, con Darien. Y por otra, mi corazón no dejaba de sufrir, cada que recordaba, el posible engaño de mi marido. Pues cabe aclarar, que nunca me había pasado por la mente, que una cosa como esta, pasaría en mi matrimonio. Pero no podía juzgarlo. Pues mi matrimonio se había ido por la borda, desde que yo comencé con mis sucios pensamientos, hacía con el vecino. Y terminé de empeorar todo, cuando deje que este me otorgara un infinito placer, tan solo con sus manos y con sus apasionados besos. Destruí mi matrimonio aquella tarde, después de fingir y haberle mentido a mi esposo, cuando la realidad era que mi vecino me acababa de dar un infinito placer, casi en sus narices. Todo estaba destruido. Solo faltaba ser sinceros el uno con el otro, y decir los pecados que habíamos hecho, para destruir el matrimonio que en cinco años, habíamos logrado construir. Después de haber visto esa marca de labial, me sentí menos culpable de llegar a este lugar. En el fondo sentí rabia, coraje, a pesar de que sabía, que no tenía porque sentirme así, puesto que yo también le había jugado chueco a el. Pero mi corazón dolido, quería vengarse. Así que con toda esa disposición y seguridad, había llegado al lugar citado. Pues al parecer, al final de cuentas, yo no era la única en esta relación, en estar ocultando cosas. Al final, el también tiene sus propios secretos, y a pesar de que acepto que me duele mucho pensar que la persona que más amo me engaña, no voy a negar que mi deseo enfermo de venganza, y de regresarle lo que me ha hecho, puede más, que sentir pena o remordimiento, por engañarlo en su cara, con la persona que menos se espera.