QUERIDO VECINO 🌙 (COMPLETA)

CAPÍTULO 42 :

ELLA REGRESA :

DARIEN :

- ¡No Andrew y Seiya!! ¡No puedo estar tranquilo! ¿Es que acaso no lo entienden? - Golpee la mesa con las palmas de mis manos, y grite molesto y lleno de pánico.

Sé que eran mis amigos. Que solo querían ayudarme. Pero no estaban viviendo lo que yo, ahora. No estaban viviendo este infierno en carne propia, de no saber nada de una de las personas que más amas. Toda está angustia me estaba sobrepasando. Me estaba poniendo mal. Tenía una semana sin ver a mi chica, y no sabía si estaba bien o no. No sabía nada de ella, desde aquel primer día en que se fue a trabajar. Debió haber regresado con Zafiro antes que yo esa tarde, más sin en cambio, en su lugar, solo encontré una nota al pie de la entrada de mi casa, que me dió la más horrible de las noticias. Había sido secuestrada. Y yo me sentí miserable. Había estado ocupado, primero encontrando a mi mujer, y luego viviendo mi vida tan feliz, que había olvidado que una loca, desquiciada y obsesionada conmigo, me acosaba, aún a pesar de que había una orden de restricción. Ahora ella la tenía, pero aún no daba pistas sobre lo que quería para que la dejara libre. Sabía que era ella. No había duda. La simple hoja de papel, con aquella nota, era clara:

« "Tu eres mío". Y si quieres que viva, deberás ser mío, y estar conmigo para siempre. Atte: Htu.»

Finalizada con un beso con labial rojo, su favorito, pintado sobre el papel. La nota era corta, pero precisa y clara. Era ella. Hotaru se había llevado a mi chica desde hace una semana, pero aún no hablaba para pedir rescate, o lo que sea que quisiera pedir. Aunque una cosa si tenía clara. Si esa loca, lo que quería, era a mi, estaba dispuesto a ponerme en bandeja de plata, con tal de que dejara en paz a mi familia. Ya había llamado a la policía, pero estos aún no encontraban nada, de ninguna de las dos. Lo único que tenían, era la declaración de la niñera, cuando dejamos juntos, por primera y última vez, a Zafiro a su cargo esa mañana. La declaración de la secretaria de Yaten, que había sido la última en verla, luego de haberle dado su nuevo plan de trabajo, y la nota que yo había encontrado. Desde ahí, nadie supo más de Serena. No sé sabe si la interceptó saliendo de la oficina, o en el camino.... ¡No se sabe nada! Ni siquiera se conoce si está..... ¡Dios! De solo pensarlo me da un dolor en el pecho, que no soy capaz de soportar. Pero no dejo descarto la posibilidad, y no voy a negar que me da miedo, porque la conozco bien, y sé que esa mujer está loca de atar, y no sé cuáles sean sus alcances.

Maldigo realmente el día en que la conocí, en aquel bar, en donde me encandiló con su belleza. Ella era una más para mí. Pero no me di cuenta de que yo no lo fui para ella. Al instante de estar con ella en la cama, sentí algo distinto. Algo inquietante. Pensé que eran figuraciones mías, pero después de follar con ella por segunda vez, me quedó claro que no estaba bien de la cabeza. Que podría ser una chica muy hermosa, pero su cabeza era hueca, y claramente le faltaba un tornillo. Y a partir de qué quise cortar para siempre, esa relación sexual que teníamos, fue como empezó todo mi calvario. Fue cuando realmente lamente
el haberme metido con ella.

Pero sé que ahora ya no tiene caso estarse lamentando, cuando ya se hicieron mal las cosas desde un principio. Ahora debo tener fe. Me repito constantemente el mismo mantra, creyendo en el, pero conforme pasan los días, a la vez, voy perdiendo poco a poco la esperanza de que esté con bien. Pero ella debe estarlo. Ella debe estar bien. Ella debe seguir con vida, porque nuestro hijo aún la necesita. Porque yo la necesito. Es mi vida. Es mi mundo. Es mi todo. La quiero conmigo. La amo como a ninguna otra mujer he amado. Pero si tengo que dar mi vida, a cambio de que ella y mi hijo estén a salvó, sin duda lo haré.

- Darien, y ¿Que más te ha dicho Yaten? - pregunta Andrew, y yo suspiro.

- Nada. Solo lo que sabe. Quedó de investigar más a fondo, sobre para quién iba a trabajar Serena, ese día. Dijo que me devolvería la llamada cuando lo supiera. Pero supongo que aún no sabe nada, porque no lo ha hecho. -