QUERIDO VECINO 🌙 (COMPLETA)

CAPÍTULO 8 :

DESAHOGO SEXUAL :

DARIEN :

Estaba esperando a el jefe de la decoradora, que había salido del despacho para buscar a quien iba a ayudarme, pero sentía que solo pasaban los minutos, y él no regresaba. Y yo, como soy muy desesperado e impaciente, no aguante más estar sentado esperándolo, y decidí salir a buscarlo, para meterle presión, y que me dijera quién sería la persona que me ayudaría, para poder irme de aquí de una buena vez, aunque no haya logrado mi objetivo, de ver a Serena.

Así que abrí la puerta y salí de la oficina, buscando con la mirada a el señor Uresti. De pronto lo logré ver, unos cubículos más adelante, de espaldas a mi, al parecer hablando con alguien más. Al parecer era una chica, pues desde donde yo estaba no se apreciaba ver muy bien. De repente, como lo había intuido, la chica que había delante de él, lo beso discretamente en los labios. El al parecer lo tomo por sorpresa, pues no sé movió, ni dijo nada al respecto. En eso, en un movimiento que la chica hizo hacía un lado de el, vi como notó mi presencia, y sin pensarlo dos veces, y sin importarle más el tipo que había frente a ella, le saco la vuelta, y se encaminó hacia a mi, algo decidida, y con un andar muy coqueto.

Yo no dije ni me moví de donde estaba, mientras ella se aproximaba cada vez más. Era una mujer muy guapa. Delgada, cabello rubio, largo y suelto, sujetado solo con una diadema, y enfundada en una camisa de botones, color celeste que hacía resaltar su clara mirada. Se miraba muy sexy, enfundada en esos pantalones que dejaban ver las exquisitas curvas de sus muslos y sus caderas. La camisa que llevaba puesta, también la hacía ver sexy, al dejar ver parte de su sostén color blanco, o partes de su piel, entre cada botón, eso sin contar que los dos primeros de arriba estaban desabotonados, y dejaban ver un magnífico camino directo a la división de sus pechos. Simplemente era exquisita!. Camino hasta quedar frente a mi, y de inmediato me saludó con chulería, demostrándome aún más, que era una chica desinhibida y coqueta. De esas que a mí tanto me gustan.

-Hola que tal! Soy Mina Aino! Tu quien eres?-me saludo con un húmedo beso en la mejilla, el cual tardó más de lo que esperaba. Yo reí en mis adentros. Está chica era muuy traviesa, no había duda. Y al parecer también ella percibía, como es que era yo, por lo que yo también la saludé depositando un beso en su mejilla.

-Hola Mina, encantado de conocerte! Soy Darien Shields!- le sonreí, y ella agrandó aún más su sonrisa.

De pronto, por un mínimo instante deje de ver a la chica coqueta, levanté la mirada y la vi. Ahí estaba ella, tan simple, discreta y hermosa como siempre. Iba vestida con un pantalón de vestir, una blusita de encaje que se pegaba a su delgado y plano abdomen, y un saquito encima, que la hacía verse formal, y excelentemente bien. Llevaba el cabello suelto, distribuido entre sus hombros y su espalda, con un pequeño agarre a base de un broche de brillitos que la hacían lucir encantadora. Eran momentos como este, en el que la veía tan condenadamente guapa, que me hacía flaquear en mi promesa, y renegar por tener que cumplirla. Le sonreí a ella a modo de saludo, pero ella no lo hizo. Al menos no enseguida. Pues al parecer no dejaba de ver desconcertada a la chica que estaba junto a mi. Se me hizo extraño su manera de mirarnos, como si estuviera ¿dolida?, con lo que miraba. Pero no tardó en reponerse, y tratar de esbozar una sonrisa, que aún me hacía dudar.

Será acaso que....no! No lo creo! Pero su mirada, me dejaba ver como si ella estuviera ¿Celosa? ¿Estaba celosa? Pensar en que ella tuviera ese sentimiento hacía mi, y sin saber porque, me hacía querer brincar estúpidamente de alegría. Pero no quise hacerme muchas ilusiones, pues tal vez eran solo ideas mías, y luego lo iba a confundir, y lo iba a hacer de nuevo, demasiado personal para mí propio bien. Por lo que deseche esa idea, y solo me concentre en ver lo hermosa que se miraba está mañana. De pronto, la chica rubia, que había olvidado que estaba delante de mí, por estar tan ensimismado admirando a Serena, volvió a hablarme.