CAPÍTULO 40 :

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MI HIJO :

SERENA :

— Nena... — un susurro suave, llegaba a mis oídos, pero yo me negaba a abrir los ojos. Me sentía tan plena. Tan relajada. Que no quería despertar. Así que solo gruñí en respuesta, a ese susurro molesto. Pero una risilla, en conjunto con un nuevo susurro se dejaron escuchar. — Nena...sé que quieres dormir, y créeme que yo te dejaría, pero no creo que te guste la idea, de que tus padres te vean desnuda, y sepan lo que pasó anoche, aquí en tu habitación. — abrí los ojos de golpe, y Darien soltó una nueva risilla cuando vio que tuve que achicar los ojos, debido a la molesta luz del día, que ya entraba por mi ventana. — ¡Venga mi amor!. Te prepararé la ducha. — asentí, y el me dió un ligero beso en los labios. Me estire y desperece en la cama, para luego con ayuda de Darien, lograr sentarme al borde de la cama. Vi como el, ya estaba bañado y vestido. Y su rostro ya no era ni la sombra de lo que había sido ayer. Hoy se miraba igual de guapo que siempre. Esa ligera barba que había estado ayer, hoy ya había desaparecido. Y esos ojos hermosos de los que tanto me enamore, hoy ya tenían ese bonito brillo jovial en ellos.
Se miraba guapo, en todo su esplendor.

— ¿Qué hora es? — pregunte, tratando con mis dedos, de alisar mi cabello revuelto.

— Las ocho. — asentí tranquila.  Pues mis padres apenas estarían levantándose también.

— ¿No dormiste, o porque te has levantado y duchado tan temprano? — pregunte frunciendo el ceño. El sonrió.

— Digamos que no pude dormir muy bien que digamos. Ciertas personitas, ocuparon la cama toda la noche. — abrí en demasía los ojos. De pronto me sentí avergonzada.

— Darien perdón...no quise... — el soltó una risilla y me beso.

— No te preocupes. De todas formas no hubiera podido hacerlo. —

— ¿Por qué? —

— Porque me pasé casi toda la noche, admirando a mi mujer, y a sus nuevos y hermosos cambios. —

— ¿Detallaste cada parte de mi gordura? —

— ¡Hermoso cuerpo! Y si. Lo detalle todo. — hice un puchero. De pronto me sentí deprimida.

«Tontas y locas hormonas»

— No digas eso. ¡Estoy obesa!. —

— ¡Hermosa!. Entiéndelo. Además estás gordita por una razón. Traeras a este mundo, a mi pequeño campeón. — fruncí el ceño.

— ¿Campeón? — pregunte divertida y el asintió. — ¿Que te hace pensar que es un niño? — el colocó su mano en mi vientre.

— Lo presiento. — reí.

— Ya. ¿Ahoras eres adivino? — bromeé.

— No. Pero digamos que mientras su mami dormía, el y yo pasamos despiertos, buena parte de la noche. Y es un buen pateador. Seguro será futbolista. — reí.

— Así que ... ¿Estuvieron despiertos? — el asintió — ¿Y qué más se dijeron mientras yo dormía? —

— Ah, eso.... — dió un beso en mis labios — es un secreto, solo de nosotros dos. — rodé los ojos, divertida. — Te amo. — sonreí.

— Yo también te amo, Darien. —  me beso, suave y pausadamente. Nuestro beso era mágico, igual que todos los que había entre nosotros, hasta que de pronto, una nueva patada se sintió en mi barriga, y ambos reímos. — Creo que alguien está celoso, de que toques a su madre. — bromeé.

— Creo que si. Tendré que charlar seriamente de nuevo con el. — reí.

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QUERIDO VECINO 🌙 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora