Gabe Clark
Otra semana paso en una tranquilidad bastante agradable, la jornada del día viernes acabo más rápido de lo que habíamos previsto y gracias a eso nos encontrábamos en la cafetería, en nuestra habitual mesa charlando de cosas triviales con Guss diciendo tonterías y el inmaduro de Wesley riéndose de el a cada minuto. Doy un sorbo de mi jugo viendo a Nat dejar su móvil sobre la mesa para fijarse en su cuaderno de asignaturas.
— Vamos hacer algo divertido hoy, es viernes no sean aguafiestas — dice Jesús haciendo un mohín tedioso.
Han estado indecisos desde que empezó el día, por primera vez desde que comencé en todos los años que llevamos en este instituto no se decían rumores en los pasillos sobre ninguna fiesta un viernes por la noche, al parecer todos estaban esperando a que fuera sábado para disfrutar de la fiesta del partido que se llevaría a cabo en la casa de Dash. Hoy era nuestro último entrenamiento y aunque el entrenador nos mantenía a raya sobre mañana queríamos divertirnos aunque sea un rato, y por tal razón no parábamos de insistirle a mi mejor amiga que dejara de pensar en los exámenes y se concentrara en disfrutar la vida. No dejábamos de fastidiarla y eso la volvía tediosa a cada instante, lo cual a mí me idiotizaba a cada instante.
— ¡Ustedes ganan! — exclamó poniendo los ojos en blanco para cerrar su cuaderno — ¿A dónde vamos? — pregunta suspirando con una sonrisa tierna que me hace fijarme en sus facciones.
Llevaba su rostro con maquillaje, pero se veía natural, resaltando sus ojos con sus largas pestañas y un ligero rubor en sus mejillas, brillo en sus carnosos labios dejándome con ganas de probarlo. La atracción que he estado sintiendo durante otra semana a su lado me tiene jodido, nos habíamos visto poco y en el fondo también era por mí, no quería cometer la locura de hacer algo impropio de mí y lleno de ansias. Por eso, había estado saliendo y aguantando a Grace a cada instante, para olvidar por un momento a Natalia Cooper. Cuando ella se fue de la ciudad no había muchos lugares para disfrutar, con los años fueron aumentando y se encontraban lugares increíblemente buenos en Phoenix.
— ¡Vamos al parque! — exclama Guss divertido haciendo que Wesley le dé una palmada en la nuca.
— ¿Qué parque Guss? Eso ya no es divertido — alega mi amigo negando frenéticamente — A veces me pregunto cómo te uniste al grupo de verdad — Natalia le da una mirada llena de advertencia a Wesley y sonrío con disimulo.
En silencio, las dudas y las opiniones llegaban pero ninguna era digna para un viernes por la noche. Mientras cada vez me fijaba en Nat no paraba de desear que ninguno de mis amigos se decidieran para poder estar a solas con ella. Era egoísta no dejar que disfrutara en grupo, pero hoy y solo hoy deseaba que mi mejor amiga estuviera solo conmigo.
— ¿Saben qué? Creo que no tenemos solución para hoy — comenta Fred y muerdo mi mejilla interna deseando que se resignen a no salir hoy. Sin embargo, eso no sucede.
— ¡Se me había olvidado! — exclama Dash entusiasmado captando nuestra atención — Joder, no sé cómo se me pudo pasar por alto… — murmura para él y luego el moreno se fija en nosotros — Hoy se inaugura de nuevo Stropp, lo pasaron en la radio esta mañana —
Miro la lona de la cafetería queriendo maldecir en voz alta ante el comentario de Dash. Acabas de arruinar mi plan imbécil. Suspiro encontrando la mirada de Nat, escudriñándome en silencio con una ceja alzada pero la ignoro fijándome en el moreno de nuevo. Stropp es un lugar de ambiente familiar, cada rincón del lugar era hecho de trampolín, y era divertido puesto que tenías la posibilidad de hacer cualquier idiotez, y no era una mala idea, al contrario, era muy infantil. Con los años, lo cerraron porque alguien tuvo un accidente y el local fue sancionado.
— Me parece una excelente idea — afirma Nat sonriente y me mantengo a observar como sus labios se ensanchan en una divertida sonrisa — Debo irme a casa. Nos vemos más tarde chicos. —Nat se despide con su mano y se aleja de la cafetería.
Minutos después en el que el reloj marca diez minutos antes del entrenamiento, salimos de la cafetería diciéndoles piropos a las cocineras quienes sonreían coquetas ante los halagos de Wesley. Nos adentramos al pasillo riendo de las estupideces de Jesús, quien no paraba de decir que su vida amorosa cada vez estaba vuelta pedazos, se iba lamentando de que Tania Jiménez no le prestara atención a sus insinuaciones y mientras mis amigos lo abucheaban a cada minuto mi vista se fijó en un chico que yace solo en el pasillo. Me tenso cuando de manera voluntaria me acerco a él, quien yace de espaldas guardando las cosas en su casillero.
— James... — lo llamo viendo que gira su rostro y se fija en mi severo con las cejas encarnadas en confusión.
— ¿Qué quieres Clark? — pregunta con un tono cansado y achino un poco mis ojos escaneando sus facciones.
— Solo vengo a decirte que lo que le hiciste a Nat no estuvo bien, perdiste una gran amistad por idiota — pudo ver como mis amigos y Wesley me observa para que evite a toda costa alguna pelea, pero solo digo algo que desde hace días llevo atravesado.
— Vienes a defender a Nat de mi cuando yo solo he dicho la verdad, mientras que tú eres el que en verdad la lastima — comenta, y lo escucho con detenimiento —Es irónico de tu parte Gabe... — alega suspirando cansado — La verdad ella no me importa en estos momentos, lo que debía decirle ya se lo dije. Al principio sí me interesaba al ser una buena chica pero después me di cuenta que no vale la pena estar con una chica que solo sufre en silencio y se lamente por cosas que ella no tiene la culpa —
— No hables de ella de esa forma, porque no la conoces — reclamo sintiendo el enojo adueñarse de mí.
— Me da tanta lastima por ella, porque parece un pobre alma en pena, esperando recibir lo mismo que ella da — comenta mirándome completamente serio. Cierra su casillero y el comentario comienza a sacarme de quicio.
Es lo que lo mato... Mis puños toman su camiseta y lo acorralo en su propio casillero.
— ¡No te permito que hables así de ella imbécil! ¡Ella es mucho más que eso! ¡No se como pudo conocer a un idiota como tú, que solo aprovecho la primera oportunidad para hablar mal de ella! ¡Jamás, y escúchame bien…! ¡Jamás voy a permitir que digas de ella algo que no sabes! — exclamo furioso viendo a James alzar su rostro divertido.
— Gabe, basta, no te metas en problemas — pide Wesley inquieto colocando su mano sobre mi hombro para apartarme pero lo ignoro queriendo partirla la cara a ese imbécil. James rió y como odio que se burlen en mi cara y menos cuando Nat está de por medio.
— Tú... — dice negando suavemente — Quieres verla feliz y solo la estas haciendo pedazos... — alega sonriente fijándose en mi — ¡Aquí el idiota eres tú! ¡Eres un ciego Clark! — exclama molesto empujándome para que me aparte de él.
— ¡Cállate imbécil! ¡No sabes ni quiera lo que dices! —exclamé furioso mirándolo con indignación.
— Es una lástima que ella este tan enamorada de ti. Ya es hora de que deje de llorar por ti ¿No crees? — de manera automática mi puño se estampa contra su rostro y me separo cuando Wesley y Dash me cogen de los brazos impidiendo por completo que sigo golpeándolo.
Se deja caer en el suelo con la mano en su nariz mientras la sangre se hace presente. Sentía tanto enojo, e ira que me costaba poder estar tranquilo mientras veía como James se queja adolorido.
— ¿¡Que mierda te pasa Gabe!? ¡Joder, ya vámonos! — caminos fuera del pasillo y las manos me cosquillean de enojo.
Llegamos a la cancha y en silencio y molesto comencé a entrenar con las órdenes del entrenador, sin rechistar y soportando el esfuerzo que hago a cada instante por no gritar, evitaba a toda costa hablar con Wesley o con alguno de los chicos porque sabía que iban a empezar hablar sobre el tema y lo único que deseaba era estar solo. Los nudillos me duelen pero ignoro el dolor cuando el entrenamiento se termina y recojo mis cosas de los vestidores y me voy hacia mi auto respirando con tranquilidad para empezar a conducir en dirección a la casa.
Aparco en la entrada a eso de las cuatro de la tarde, mi enojo había disminuido y ahora solo quedaban mis pensamientos con respecto a lo sucedido con ese tipo. Relamo mis labios pasando las manos por mi cabello mientras suspiro dentro del interior de mi auto, cierro los ojos un instante y las palabras me golpean.
“Este tan enamorada de ti…”
Ignorando aquella tontería que no paraba de pensar bajo del auto colgando mi bolso en mi hombro para caminar hacia la entrada cuando me veo interrumpido.
— Gabe — me llama y me tenso girándome para ver a Nat vestida en un pijama corta.
— Nat... — la preocupación en su mirada me hace dar cuenta que ya sabe lo que ha sucedido.
— Mira nada más con te lastimaste la mano — murmura cogiéndome la mano para observar mis nudillos — ¿Por qué lo hiciste? — me pregunta haciendo un mohín triste y la confusión hacia que la mirada extrañado.
La dude e incertidumbre de saber que pasaba por la cabeza de Nat me mantenía distante con ella, por eso, no soportaba la idea de no saber lo que Nat sentía y si lo que James dijo que es cierto no sabría cómo actuar y me alejaría de ella como impedimento para no hacerla sufrir. Tome una fuerte bocanada de aire y me fije en sus ojos cafés.
— ¿Estas enamorada de mí? — pregunto viendo que me sostiene la mirada, en ningún momento se atreve a apartarme la mirada y entonces noto que menea su cabeza de un lado a otro colocando su mano sobre mi mejilla con dulzura.
— No Gabe, no podría enamorarme de ti ni porque lo deseara, porque eso es un error. Jamás te vería con otros ojos, somos amigos recuérdalo — responde con una sonrisa tierna alejando su mano de mi mejilla.
Me sentí aliviado de haber escuchado eso, pero también, no podía evitar sentir una extraña decepción de sus palabras. Me acerco a ella y rodea sus hombros atrayendo hacia mí. Su aroma me tranquiliza y solo me refugio en ella en silencio sintiendo sus manos rodear mi cintura, no le importa el olor a sudor solo se aferra a mi queriendo dar apoyo mientras mis dedos acarician su cabello.
— Tu y yo no estamos para ser una pareja, sería lo más ridículo del mundo Nat… — no responde, solo se mantiene en silencio — Gracias… —
— ¿Por qué Gabe? — pregunta en un murmullo poco audible.
— Por volver a mí, joder… — susurro viendo que se separa de mí en silencio y retira un mechón de su cabello.
— No seas idiota Gabe — se ríe divertida haciendo que mis dedos acaricien su mejilla.
— Lo soy, y más cuando te tengo cerca — admito viendo que hace un mohín tierno y lleno de nerviosismo.
— Gabe — pronuncia mi nombre con un tono melifluo que me cautivo a nivelen grandísimos y al notar mi ensimismamiento sobre su hermoso rostro carraspea cambiando de tema — Aprobé el examen, me entregaron el examen al salir del instituto. Eres un nerd para álgebra — su sonrisa me hace asentir sonriendo de lado.
— Me alegra mucho — respondo, sin dejar de acariciar su mejilla.
Nat tenía algo que era difícil de pasar desapercibido, sus ojos seguían brillando mientras la escuchaba atentamente sobre el regreso de su padre y todas las cosas que le había traído. Frente de mi casa la escuchaba pero al mismo tiempo. Explicaba detenidamente que las cosas con sus padres no estaban muy bien, y que habían discutido desde que el señor Cooper había llegado. Le doy un beso en su frente, delicado y lleno de mucho cariño.
— No sé por qué, en verdad quisiera entenderlo, pero las salidas de mi madre son muy extrañas — asegura haciendo una mueca de confusión.
— Nat, no tienes por qué pensar en eso, esos problemas no tienen que afectarte a ti — murmuro viendo que muerde su labio inferior con incomodidad y se queda en silencio — No te quiero ver afligida, así que sonríe — mis manos toman sus mejilla y estiro un poco la comisura de sus labios escuchando una risa — ponte hermosa, que paso por ti a las siete —
Comento viendo que asiente despacio colocándose de puntillas para dejar un beso en mi mejilla con rapidez.
— ¿Pero me compras una hamburguesa? — inquiere alzando una ceja sonriente.
— Para mí tonta, hasta el universo entero le doy — dejo un beso en su frente y veo que se despide, cruza la calle y entra a su casa mientas observo y no dejo de pensar en las palabras de Nat, y en la decepción que me ocasionó haber obtenido esa respuesta.
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Mi Mejor Amigo © (EN EDICIÓN)
RomanceMe gusta mi mejor amigo. ¿Podré ser valiente y decirselo? ¿Que pensará él respecto a esto? ¿Me recibirá con los brazos abiertos? ¿Le gustaré? ¿Estaremos juntos? ¿Tendremos una relación? Muchas preguntas me tenían loca, pero solo una me atormentaba...