NATALIA COOPER.— Hola linda.
Sonreí al abrazo de Dana, nos encontrábamos en el gimnasio del instituto, era una de nuestras clases juntas, me gusta ejercitarme, pero no tan seguido. Le respondí al abrazo y la entrenadora llego hasta el centro de la cancha de básquetbol.
— ¿Qué tal tu romance?
— No hablemos de eso que todavía tienes algo que explicarme Dana.
Ella sonrió y sus mejillas se pusieron rojas. Negué mirando a la entrenadora quien estaba diciendo los ejercicios que haremos en esta clase.
— Después de tanto "Pinche idiota" resulta que te acostaste con él. Dime la verdad Dana... ¿sientes algo por Wes?
Suspiro mientras asentía, sonreí emocionada.
— ¡Lo sabía!
Grite fuerte haciendo que todas las chicas nos miraran.
— Señorita Cooper. Preste atención a la clase.
— Lo siento entrenadora.
Mire a Dana con una sonrisa y ella solo sonrió apenada. No podía creerlo, mis amigos juntos, al principio pensé que Dana no se dejaría de Wes, pero termino dejándose con él.
— Hoy jugaremos béisbol, formen equipos.
Me gustaba el deporte, el béisbol era uno de los deportes favoritos de mi padre, sonreí melancólica al tener ese recuerdo en mi mente, me ponía triste. Ya teníamos los equipos armados, a mi equipo nos tocaba batear.
Tenía dos chicas por delante, sentía una presión en mi pecho muy fuerte, la chica delante de mí ya había bateado y se encontraba en primera base, era mi turno de batear, me puse en posición y la chica lanzo la pelota en mi dirección. Le di fuerte con el bate y salí corriendo a la primera base, vi que una chica lanzo la pelota en mi dirección y corrí más fuerte, pero la pelota venía muy fuerte. Cerré los ojos al sentir la fuerza de la pelota se estrelló en mi cabeza.
Caí al suelo inconsciente.
GABE CLARK.
Salgo de mi clase de Algebra, y me encontré con Wes caminando por el pasillo.
— Estoy enamorado Hermano.
— No sabes si preparar agua hervida y ya estás enamorado.
— Oye... tal vez quemé la cocina al prenderla, pero tampoco para tanto Gabe. Mira que tú también estás enamorado. Entiéndeme a mí, se supone que eres mi mejor amigo.
Suspiré rodando los ojos, que dramático se ponía Wes cuando se trataba de una chica. Deje algunas cosas en mi casillero. Y el hablo.
— Dana está loca por mi Gabe. Y yo por ella, ¿Qué más te puede decir? Nos acostamos.
— Creo, creo que solo estás loco. Dana es hermosa, pero solo te dejaste llevar por físico Wes.
— Estoy enamorado y en serio quiero repetir esa noche, es toda una salvaje.
Un grito nos sacó de nuestra conversación, fruncí mi ceño mirando a Wes quien también estaba confundido. Nos giramos al ver a Dana en unos short deportivos y una camisa blanca, era el uniforme de gimnasia. Al vernos corrió más, sin importar los susurros que le hacían algunos chicos.
— ¡Gabe! ¡No me miren así idiotas! ¡No estoy loca! ¡Es Nat! ¡la llevaron al hospital!.
— ¿¡Que!?
Exclamé cerrando el casillero, sentí mi pecho oprimirse, la preocupación se apodero de mí, sentí miedo... nada me preocupaba más que pensar que algo muy malo le estaría pasando ahora mismo.
— ¡Una chica la golpeó con una pelota de Béisbol! ¡quedo inconsciente! ¡Se la llevaron! ¡Ve con ella Gabe! ¡Iré a cambiarme!
Mire a Wes quien siguió a Dana que se encontraba muy alterada por la situación. Solo corrí hasta el estacionamiento, encendí el auto y arranqué para el hospital. Al estar en la salida del instituto, uno de los guardias me detuvo.
— Disculpe chico, nadie puede salir a ésta hora.
Gritó, y una mierda me va impedir no ir a ver como está mi novia. Retrocedí el auto para después arrancar rápido, saliendo del instituto. A los díez minutos ya me encontraba en la entrada del hospital, me baje del auto poniendo el seguro, y caminando rápido dentro del lugar. Me acerque a la secretaria y pregunte.
— Busco a Natalia Cooper, es alumna de uno de los institutos cerca. Soy su novio por favor.
Ella tecleo algo en su ordenador y asintió.
— Ella está al final del pasillo joven...
Camine hasta el final del pasillo, donde se encontraba una enfermera, me acerque a ella preguntando por Nat, y me llevo hasta su habitación, y cuando la vi estaba pálida con una bata de hospital. Sus signos vitales se escuchaban por toda la habitación.
— Despertará joven, pero el golpe fue muy fuerte, con el tiempo podría tener problemas.
— Gracias...
La chica salió de la habitación mientras yo me quedaba mirando su rostro pálido, me acerque a ella tomando su mano. Dios creo que esto me preocupada más, no quería que nada malo le pasara, era muy extraño todo ésto, los nervios me tenían al borde de la locura. Ver a mi Nat inconsciente, me hacía pensar en lo que pasaría si no llegara a despertar y todo se complicara. Simplemente tenía miedo.
— Prometo que pagaran por eso Nat, lo harán.
La puerta se abrió y por esta entro el Wesley, Dana, mi madre y el padre de Nat quien al verme frunció su ceño. Al menos vino a ver a su hija, se le notaba preocupado y sus ojos se estaban humedeciendo. No me quería ni imaginar lo duro que debe ser encontrarse en una situación así. La puerta sonó y un doctor algo mayor entro acomodándose sus gafas, y mirando su libreta.
— Lamento informarles esto, pero no creo que la chica llegue a despertar, el golpe la dejo noqueada. Le haremos un estudio para ver cómo se encuentra su cerebro. Pero no despertará, al menos no por ahora.
***
ESTÁS LEYENDO
Mi Mejor Amigo © (EN EDICIÓN)
RomanceMe gusta mi mejor amigo. ¿Podré ser valiente y decirselo? ¿Que pensará él respecto a esto? ¿Me recibirá con los brazos abiertos? ¿Le gustaré? ¿Estaremos juntos? ¿Tendremos una relación? Muchas preguntas me tenían loca, pero solo una me atormentaba...