|Capítulo 22: "Suites"|

8.7K 398 31
                                    

Natalia Cooper

La sensación de un nuevo despertar me recibe, y no porque la noche anterior me haya dormido complacida, sino por el hecho de que la mañana acaba de ser mucho mejor que el día anterior. Siento besos sobre mi mejilla, manos juguetonas recorriendo mi cuerpo por encima de la gran sabana, el cosquilleo en mi cuello me hace reír por mucho que intentaba mantener dormida, pero es imposible, gracias a que Gabe Clark esta buscado la mínima manera de salirse con la suya.

— Buenos días tonta, que hermosa te ves recién despierta — murmura sobre mi cuello logrando que mi piel se erice y termine riendo, abriendo mis ojos para observar algo tan atractivo.

Nunca me cansaría de esta vista…

Gabe lleva solo sus bóxer negros, el cabello desordenado y me dejaba ver el lienzo que es su cuerpo. Relamo mis labios y siento las mejillas arder al sentir sus manos en mi cintura, y sus ojos puestos en mi con mucha diversión. El olor impregna la habitación y giro un poco mi cabeza para ver una bandeja de comida en la mesita de noche, esbozo otra sonrisa deslizando mis manos por sus mejillas para dejarlas sobre su nuca.

¿Qué si me gusta esto? Me encanta…

— Buenos días Clark — respondo atrayéndolo hacia mi para posar mis labios sobre los suyos, me da un tierno beso con sabor a mermelada y termino sonriendo sobre sus labios.

Observo mi apariencia y veo la camiseta ancha y un chándal que Gabe trajo para mi, de seguro mi cabello esta algo desordenado y mi aliento es desagradable gracias a que me acabo de levantar. Sin embargo, me da igual, el siempre me ha conocido así.

— Te traje el desayuno — susurra de nuevo sobre mi cuello — ero si quieres mi desayuno puedes ser tu — deja un camino de besos desde mi mejilla para luego detenerse en mi boca. Y aunque quisiera poder corresponderle, mi estomago ruge de apetito.

Me senté sobre la cama con el sentado enfrente de mi, sonriendo con esa sensualidad que te hace querer pecar en segundos. Nunca pensé que Gabe podría ser de esta manera, que podría ser dulce y picaron y le quedaría extremadamente bien. Lo veo coger la bandeja para dejarla enfrente de mi, dejándome admirar un recipiente con Nutella, otro con mermelada y dos tazas de café.

— Pareces todo un hombre viejo con canas enamorado, llevándole comida a su amada a la cama — comento divertida viendo que se encoge de hombros llevando una tostada a sus labios.

— No me molestaría ser un viejo y seguir enamorándote — afirma logrando que la tostada de mi mano quede a mitad de camino —

— A veces eres un poco cursi Clark — me mira con cara de pocos amigos y mi risa leve se hace notar dentro de la habitación.

Desde pequeños odia que le digan cursi, porque no se considera de esa manera. Cuando teníamos once años y le pregunte si algún día tendría novia la trataría como una princesa y negó repentinamente, diciendo que las fantasías solo te pintaban algo que no iba a poder a existir, y que su novia tendría a una novio completamente peculiar.

— Vuelves a decir esa palabra y te quito la Nutella — amenaza logrando que sonría maliciosa y vierta el chocolate en su cara y su pecho.

Alzo mi ceja con arrogancia llevando mis dedos hacia mi boca para degustar del poco chocolate que quedo en mis dedos. Me mira ofendido y me encojo de hombros divertida viendo que coge la mermelada y menos de tres segundos el liquido espeso cae en mi cara.

— ¡Gabe! — exclamo  seria retirando el meloso liquido de mis ojos.

— Ahora eres una juguetona, ¿No es cierto? — murmura, de manera que me pierdo al ver la comisura de su labio alzada, logrando que me pierda durante unos segundos.

Mi Mejor Amigo © (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora