Travieso destino

                                                                    

Brisa, Joven argentina de veintiocho años, estudiante de bellas artes. Alegre, divertida, positiva, perseverante y entusiasta. Su gran sueño abrir una tienda de esculturas en la ciudad de Barcelona, España.

                                                            Buenos aires 2016

"¡Tengo que conseguir esa beca! Debo ganar ese concurso. La vida en Seúl es fabulosa. Sus calles, esos manjares orientales que solo ellos saben elaborar, los paisajes para recorrer y el arte. Ellos sí entienden lo que es. Saben apreciarlo y lo llevan como estampa como algo único e imprescindible. Pondré todo mi talento en las manos y mi obra de arte será sin duda la mejor. Creo en mí y mi talento, después de todo si no confío en lo que hago nadie más lo hará por mi. Será una gran oportunidad para crecer en mi carrera y en muchos otros sentidos... Si todo sale como creo podré ganar dinero una vez que me reciba en esa prestigiosa universidad y podré ir a visitar a mi madre. Necesito tanto sus tiernos abrazos y su deliciosa comida. Ya no me conformo con verla por vídeo llamada. La quiero sentir a mi lado, escuchar su voz y mirar sus ojos color caramelo redondos y bellos. Su mirada es única. La echo mucho de menos, cada día más. Quizás tendría que haberla escuchado, ella siempre fue muy sabia. Me pidió tantas veces que la acompañara a España, pero en ese entonces era una adolescente rebelde y caprichosa que lo único que quería era pasar tiempo con su novio. Pensar que ella veía cosas que yo no quería. Si la hubiera seguido, mi relación con Rodrigo terminaba hace mucho tiempo y me evitaba esos malos ratos. Fui tan tonta... Como no vi lo que era. Era tan mezquino, egolatra. Creí con mi inmadurez que eso era cool. Que podría cambiar con tan solo mirarme y ganar su corazón. Aún no entiendo que le vi. Si, es atractivo, también tiene una voz varonil y su aspecto es prolijo y cuidado. Esos hoyuelos... Cada vez que los recuerdo me sonrojo. Creo que caí perdida en ellos. Deje pasar dos años de mi vida con ese perdedor. Tiempo que podría haber disfrutado con mi Mama, en la bella España. Pero bueno ya está... Dicen que de todo se aprende, sin duda aprendí y mucho. Jamás volveré a fijarme en un hombre que lleve a pasear su ego en todo momento. Hace meses que no sé nada de él. Lo mejor que hice fue eliminarlo de todas las redes sociales. Al principio entraba a ver cómo había estado su vida después de mi. Pero sólo encontraba fotos de él con otras chicas, infinidad en el gimnasio mostrando sus falsos músculos... Ay Brisa!, en qué estabas pensando cuando empezaste a salir con el?. Ahora después de un tiempo puedo ver que no era amor, solo un desafío. Querer cambiarlo, en fin... El amor no debe ser eso. El día que lo encuentre, lo voy a sentir, va ser más fuerte que mi razón y más allá de unos hoyuelos. Va ser verdadero, algo que mi cabeza no va poder manejar y donde los sentimientos van a hablar. Así como en las novelas coreanas que tanto veo y admiro. Esos amores, que aparecen y te arrebatan por completo, donde lo único que importa es dejarse llevar. Como ellos que por más que intenten alejarse, ese sentimiento los abraza con más fuerza. Se encuentran prestando atención a esa persona sin darse cuenta, la piensan, quieren protegerla la espían, siguen y se envuelven ese sentimiento que los hace sentirse cada día más vivos. Ahora que lo pienso con claridad jamás sentí algo igual. Pero todo el mundo tiene derecho a ser amado y amar, por eso sé que en algún recóndito lugar del planeta se encuentra ese hombre al que con tan solo ver reconoceré. Como llegue a pensar en todo esto?, La mente sí que es un tren como dicen. Pero me bajo en esta estación y decido concentrarme en el concurso. ¡Voy a ganarlo!"