Seul 2016

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Park Seo Joon joven asiático de treinta años concertista de violín

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Park Seo Joon joven asiático de treinta años concertista de violín. De apariencia refinada, guapo, inteligente pero muy distante y malhumorado especialmente frente a las mujeres. Su gran pasion es la musica y sin duda su mas confidente y amiga.

Seul 2016

Desde una ventana de uno de los barrios más prestigiosos de Seúl, se escuchaba una melodía ejecutada sobre un violín. Realmente ese sonido envolvía los oídos de aquellos que pasaban por allí. Alguien desarrollaba una labor majestuosa con el instrumento provocando en los que escuchaban diferentes sensaciones. Por momentos su melodía era romántica, cálida, suave y tierna. Pero por otros el sonido se volvía, fuerte, estridente y hasta violento, como si su ejecutante estuviera descargando en el mismo toda su ira. Las ventanas temblaban y los pájaros que una vez se posaron a escucharlo migraban. El músico se llamaba Park Seo Joon. Un joven de treinta años nacido en Corea del Sur. De familia poderosa y dueña de uno de los holding más importantes del país

De apariencia era muy guapo, alto, de cuerpo atractivo y bien formado, sus ojos color café y era portador de unos hoyuelos magnéticos. Pero en cuanto a su personalidad, era muy distante y serio. Raramente dejaba que sus perfectos dientes salieran a conocer el exterior de su boca. Aunque su personalidad fuera tosca, tenía un encanto sin igual con las mujeres.. Todos los días llegaba a su casa y vaciaba su maletín, el que contenía cartas de amor, peluches, fotos, y demás regalos de sus admiradoras y alumnas. El se fastidiaba y sin mírarlos los volcaba en el tacho de basura.
"Tendré que ponerle clave a este maletín. Las irrespetuosas lo abren cuando me descuido e ingresan en el toda esta cantidad de pavadas. En especial esos papeles perfumados que lo único que me ocasionan son estornudos. Dicen que mis canciones son las mejores, pero tengo que seguir ensayando, no me dejo influenciar, aún no me convencen.
El joven Park era por demás exigente, con todo lo que tenga que ver con su persona. Lo "crió" su padre un hombre muy poderoso, severo y adicto al trabajo. Aún no recuerda el joven músico si alguna vez festejo con el su cumpleaños. Siempre estaba de viajes de negocios y su infancia y mitad de adolescencia la compartía con los empleados de su casa.
A los veinte años, decidió irse a vivir solo, siempre la soledad estuvo instalada en su vida, pero ahora se sentaría a comer, sin que miradas ajenas lo observen. Su padre le había quitado todos los privilegios económicos por no seguir sus pasos. Así que el joven músico, se enfocó en su carrera la que pagaba con el sueldo de varios trabajos a medio tiempo que tenía y cuando se recibió con honores la misma universidad le dio la posibilidad de trabajar como profesor y así con un sueldo cómodo pudo salir de la habitación que alquilaba y hoy vive como propietario en uno de los barrios más lujosos de la ciudad. Su padre jamás volvió a dirigirle la palabra. Algo que al joven no llamo demasiado la atención, pues el adicto al trabajo pocas veces compartía diálogo con su hijo.
"Pronto será la presentación en Estados Unidos. Les mostraré a todos y en especial a ese hombre que dice llamarse mi padre, que soy un excelente músico. Se tragara su menosprecio y desvalorización constante cuando me vea triunfar en el extranjero. El cree que si no trabajas en su empresa no trabajas. Qué equivocado esta. El trabajo en una oficina no es el único. La música es mi pasión y mi trabajo y le demostrare que puedo vivir de ella. Hace varios años que no hablamos, pero no lo necesito. Jamás estuvo en las festividades importantes y en su lugar solo recibía tarjetas frías, que seguro ni él escribía, disculpándose por no venir. Ahí me di cuenta que no eran de el. Jamás pide disculpas y menos a mi, su hijo. Yo no necesito de nadie. Lo único que me inspira y mi verdadera compañera es mi música. Fue la que me acompañó todo este tiempo. Cuando lloraba, me enfermaba, me sentía contento o triste, mi familia. Mi violín fue y es mi familia."
Así era Park Seo Joon, un solitario. Un joven presumido, pero que ese comportamiento en realidad escondía una historia muy triste de abandono. Solo recuerda cuando su padre le contó que su madre lo abandonó para irse con otro hombre. Ahí su progenitor cayó en un pozo depresivo y se dedicó a trabajar día y noche para ganar aún más dinero del que tenía creyendo que de esa manera la cruel mujer regresaría a su lado. Pero esa mujer jamás regresó y el pequeño Park, se crió solo y triste. Se prometió que jamás crearía vínculos con nadie y tomó un fuerte rencor hacia las mujeres. Ya había cumplido treinta años y ninguna mujer había ocupado sus sentimientos. Por esta razón no miraba a ninguna a los ojos y hacia todo para evitarlas.
"Cuando pueda me cambiare a otra escuela y solo le daré clases a hombres. Que se piensan esas niñas tontas que siempre me están molestando. Son insoportables. No quiero saber nada de ninguna mujer en mi vida. Estoy bien así. No las necesito. Por mucho tiempo y conociendo el carácter de mi padre creí que le había hecho algo malo a mi madre. Pero si hubiera sido así, no tendría que haberme dejado e irse con otro. Solo pensó en ella y su bienestar. Y todas las mujeres son así... La busque por tanto tiempo... Quise preguntarle porque me dejo, pero fue imposible hallarla o quizás ella no quería que la encuentre. Ya me canse. Cuando era un niño y todas las madres venían a buscar a mis compañeros a la escuela, solo veía el auto negro con vidrios polarizados del chofer, quien con una sonrisa a medias me daba la bienvenida. Mis lágrimas caían en ese asiento trasero del coche y olvide lo que era sonreír. Lo único que llena mi alma y me da un respiro es la música. Mi compañera y aliada. Pero mi padre el hombre de hielo jamás la acepto. Cuantas canciones le escribí a esa ingrata mujer y cuando me presentaba en la secundaria, miraba entre el público buscando su cara. Pero ni siquiera recuerdo su rostro. Tenía cuatro años la última vez que la vi, a esa mujer que me dio la vida pero no le intereso saber cómo la vivía."
Siguió perfeccionando su melodía envuelto en melancolía. Se acercaba el concierto y quería que fuera un éxito como todo lo que hacía. La nieve comenzó a caer, dejo el violín al costado, se acercó a la ventana y contempló los pompones blancos salpicar el vidrio. Sus ojos eran de un color muy bonito y a pesar de su constante tristeza, su mirada se iluminaba cuando comenzaba a nevar y pensamientos felices se apoderaban de su ser.
"La nieve, no sé por qué razón, siempre me da paz, me hace sentir cosas lindas, algo en mi cuerpo que no puedo explicar. Como si en el pasado, algo muy bello me hubiera ocurrido. Me da la esperanza de que no todo fue oscuro en mi niñez. Cuando veo nevar algo se despierta dentro de mi. Esos copos de traen a mi mente imágenes alegres, veo a mi madre, jugando con ellos, tirándoselos a papá y a mí. Corriendo en ronda y haciendo angelitos. Hasta puedo escuchar las risas. Todo se vuelve una atmósfera perfecta y familiar. Nos reímos, cantamos, será mi imaginación, anhelo o de verdad ocurrió. Porque se despierta en mí este recuerdo, cada vez que nieva? Cuando la nieve cae todo sentimiento de odio a mis padres desaparece, como un hechizo que dura solo hasta que los copos desaparecen.  Y solo quiero reír y divertirme. Me estaré volviendo loco? Solo veo risas y ellos felices..."
Así se quedo contemplando el paisaje blanco desde su ventana. De repente un impulso hizo que corriera a su cuarto a buscar su abrigo, guantes , bufanda y un gorro de lana. Salió y lo primero que hizo fue abrir sus brazos al cielo, hundió sus pies en ella y comenzó a sonreír, el sol lo abrazaba y las risas se transformaron en enormes carcajadas, se tiro en el piso y se hundió en la masa blanca congelada, lo acogió y comenzó a mover sus brazos y piernas y reía sin parar haciendo angelitos. Dos niños que pasaban por allí junto a sus padres, se recostaron a su lado y lo siguieron. Sus padres muy serios , los tomaron del brazo y los alejaron dándoles una reprimenda. El se quedo contemplando esa familia y los saludaba mientras se alejaban. Respiro profundamente y se quedó mirando el sol, aunque su cuerpo se estaba congelando, a él no le importaba, el sol también lo hacía sentirse placido. Cerró sus ojos y escucho la voz de una mujer en su cabeza, llamándolo <hijo ven acá, tengo algo para ti. >
Al abrir los ojos nadie estaba a su alrededor, solo el haciendo esas figuras.  La nieve empezó a cesar. El se levantó de repente y se dirigió a cambiarse, su ropa estaba toda mojada.
"Que me ocurre, me volví loco? Estoy todo mojado, mi pelo se ve horrible, tendré que darme una ducha bien caliente. Qué clase de magia lleva consigo la nieve. Algo se apodera de mí y me comporto como un torpe niño."
Se quitó la ropa y entro a la ducha, su cuerpo realmente era una escultura. Dejó que el agua de ducha recorriera su cuerpo por completo. El vapor inundó todo el lugar, como un día cubierto de niebla, desempañó el espejo que se encontraba en la bañera y seriamente corriendo uno de sus mechones mojados en su cabello, clavó sus ojos color nuez y dijo mirándose:
"Park Seo Joon, tienes treinta años, deja de hacer cosas estupidas de niño. Nunca más vuelvas a cometer tal idiotez y menos en un lugar público."
Cerró el grifo, secó su húmedo cuerpo con un toallon y busco algo cómodo para ponerse. Mientras iba a su cuarto su panza comenzó a hacer ruido, él hambre se estaba avecinando. Fue a la alacena tomó un paquete de ramen, su platillo favorito. Este platillo lo había conocido viendo la televisión cuando era tan solo un joven de once años. En su casa, solo se preparaban platos exóticos y caros y podría decirse que este manjar, como así el lo llamaba, era más para gente de mediana clase o baja, y se podía comer en los mismos supermercados. En secreto sin que su padre se enterase, fue corriendo a la cocina y le pidió a la cocinera que se lo preparase y se quedó a mirar cómo está lo hacía. Claro primero tuvo que salir a comprarlo, ya que esas cosas no estaban en la cocina de su mansión. La mujer, que le había tomado mucho cariño, le enseño con mucha paciencia el platillo, y desde ese entonces se convirtió en su comida predilecta. Podía pasar todos los días comiendo lo mismo. En las pocas ocaciones que su padre se encontraba en casa, comía lo que él le decía, pero cuando este no estaba era su oportunidad para degustar un delicioso plato de ramen.
"Hay de carne de res y de camarones, los dos me gustan, aún no me decido cual comeré hoy... Recuerdo la primera vez que lo comí. La cocinera me los preparo y me enseñó a hacerlo sin que papá lo supiera, se enojaría mucho con ella y hasta la echaría si se enteraría."
Lo primero que hizo fue prender la hornalla, puso una olla a hervir con tres tazas de agua, cuando hirvió hecho los fideos y los cocinó por tan solo tres minutos. Una vez que estaban en su punto apagó la llama y le tiró el delicioso sobresito saborizado, después lo revolvió y ahí mismo desde la olla los comió
"¡Que delicia, hoy será el de camarones!"
Mientras degustaba ese manjar tan deseado por los asiáticos se escuchó el timbre sonar. Dejó los palillos en la mesa y se dirigió a ver quién era, desde su portero eléctrico podía ver la imagen de quién estaba del otro lado sin siquiera responder. Prendió el artefacto y vio la imagen sonriente de su amigo de la infancia y compañero de banda, el flautista ji Soon.
"Otra vez el, no entiende que no quiero verlo. Me sigue desde jardín de infantes como un abrojo. Bastante que tengo que verlo en la universidad y encima en la banda. No le voy abrir"
El joven se fue a sentar y siguió comiendo. El timbre volvió a sonar y el violinista seguía como si nada degustando el plato ignorando el llamado. El timbre siguió sonando insistentemente, ya fastidiado se acercó y atendió pidiéndole que se fuera. El amigo como si nada, acercó más su rostro a la pantalla y le mostró una bolsa, mientras decía

.-Amigo traje pollo y cerveza, es la cena que siempre hacemos antes de algún evento importante. Y este es uno de los más importantes, nos vamos a Estados Unidos. Recuerdas esta comida es nuestra cábala.

El joven gruñón no tenía cervezas en su heladera y se le antojaba una, así que sin más lo dejo pasar. El amigo estaba feliz y tarareando una canción con una enorme sonrisa en su rostro tomó el ascensor y fue a ver al serio Park. Al llegar, el anfitrión, lo recibió muy fríamente y lo hizo pasar tomando la bolsa de cervezas y el pollo frito de la bandeja.

-hola amigo!-saludo el simpático señor dándole un golpecito cariñoso en la espalda. Veo que estabas comiendo ramen. -se acercó a la olla y lo olió.-camarones, mi preferido!

Ji Soon era el tercero de tres hermanos. Pertenecía a una familia de clase alta, pero nunca estuvo muy de acuerdo con el protocolo. Era un espíritu libre y muy alegre. Conocía al músico violinista desde jardín. Fue el primer niño con el que habló. Siempre lo veia solo y apartado en un rincón. Jamás conoció a su familia, solo a un hombre mayor que manejaba un auto grande y oscuro. Lo sintió su amigo desde el primer día. Y aunque el pequeño Park no le hablaba, el flautista lo llamaba su amigo y le regalaba golosinas. Logró tener un vínculo muy cercano con él y lo invitaba seguido a merendar a su casa. Ahí parecería que el joven solitario, se dejaba llevar y sonreía, hablaba, y hasta tomaban los manteles viejos , los anudaban cuidadosamente en su cuello y jugaban a los súperhéroes. Luego las ramas que caían de los árboles eran sus pequeñas espadas, cuando el cansancio los visitaba. Se recostaban en el pasto fresco y aromático del inmenso jardín de ji Soon y miraban el cielo, jugando con las nubes. Park Seo Joon se sentía muy feliz cuando iba a casa de su amigo. Tenía una familia muy unida y si bien el padre trabajaba, tomaba su tiempo para pasar en familia. Lo sentía como su propia familia y más que su amigo llego a sentirlo como su hermano. La madre de Soon era muy cariñosa y siempre le preparaba su postre preferido cada vez que iba a visitarlos, pastel de limón. Gracias a esta linda y cálida familia se sentía contenido y amado. Pero cuando ji Soon cumplió los trece años, su familia se mudó a Inglaterra, por negocios familiares y eso devastó al joven Park, quien sintió el abandono por segunda vez y jamás quizo saber de él. Aunque su amigo lo llamara, mandara mensajes, mail y demás... Quizo olvidarlo y perder todo tipo de contacto con él y su familia. Se sentía despreciable y que nadie llegaría a amarlo. Su madre lo abandonó y esta que él creía era su familia también lo hizo. Según el lo veía. Escondió todos sus sentimientos y desde ese momento se aleja de todo aquel que muestre simpatía hacia el. Cuando ji Soon cumplió los veinte años, decidió abrirse camino solo, jamás había olvidado a su amigo y volvió a Corea a recuperar esa amistad que lo acompañó en toda su adolescencia en la distancia. Averiguó donde estudiaba y fue allí. Tenían en común que amaban la música así que hizo hasta lo imposible para entrar en la misma banda que él y estudio mucho para ganarse un puesto en esa universidad y ser su compañero. Se sentía culpable, aunque no lo fuera, por dejarlo. Pero en ese entonces era tan solo un joven adolescente que dependía de su familia. Pero cuando se reencontraron hace diez años, Park Seo no lo reconoció y lo ignoro por mucho tiempo. Pero su amigo jamás se dio por vencido y logró por su personalidad y aptitudes ser parte de la misma banda que él y pasar todo el tiempo posible juntos y así recuperar el tiempo perdido. Ya pasaron diez años , los dos son profesores de la universidad de artes más importantes de Seúl. Sabe que tener una relación con alguien tan lastimado emocionalmente no es fácil, pero lo quiere y va a recuperar el tiempo perdido demostrándole todos los días que él no lo va a abandonar nunca.

.-Ya está el pollo listo! Traje muchas latas de cerveza y una botella de soju para brindar por nuestro éxito.

Los dos chocaron la lata de bebida y comieron en silencio. Ya con la barriga contenta y alimentados sacaron sus instrumentos y comenzaron a ensayar. Si bien la banda no estaba completa, cada uno ensayo su parte. Así estuvieron un rato, se notaba la conexión que tenían y como los instrumentos se complementaban en perfecta armonía. En ese momento Park dejaba su ceño fruncido de lado y se relajaba entregándose al disfrute musical.

Travieso destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora