Bruno Denver Padre no titubeó un segundo y elevó el auto donde Daniel había estado encerrado y lo hizo volar por el aire rozando la nuca de Thunder por centímetros y Bruno incluso tuvo que agacharse para evitar que lo golpeara.
Cuando levantó su cabeza sabía a quién estaba apuntado: a las Bestias a aun no habían alcanzado el final de la calle.
Bruno detuvo el aire con un arranque de fuerza que su padre no esperó puesto que desvío completamente el golpe y lo trajo de vuelta, lanzándose hacia el costado de la calle.
El padre de Bruno, sin embargo, era rápido y partió el auto en dos antes de que pudiera golpearlo. Acto seguido dio media vuelta y los lanzó en dirección a Daniel.
Uno la parte trasera del auto le pasó por el costado, sin embargo, la parte delantera se estrelló contra él con tanta fuerza que los vidrios se despedazaron y cayeron en la tierra en miles de pedazos.
Cualquier persona hubiera muerto aplastada al instante, sin embargo Daniel levantó el auto sobre su cabeza y lo lanzó hacia Bruno Denver Padre con tanta fuerza que el auto quedó aplastado cuando el mafioso materializó una pared invisible de aire frente a él.
Cansado del vehículo, el mafioso lo lanzó a un lado por el aire y decidió cambiar de objetivo.
De pronto la tierra empezó a elevarse a su alrededor, cegándolos. Era imposible ver de donde provenían los ataques o si estaba huyendo.
Bruno sopló y la tierra intentó disiparse como si Bruno mismo fuera el viento, sin embargo, su padre estaba ejerciendo mucha más fuerza para mantenerlo estático entre los tres.
-¡No te escondas, cobarde!- le gritó Daniel en la distancia.
-¡Daniel!- lo llamó Bruno alarmado. Ambos habían relevado su ubicación y, al parecer su padre había decidido atacar a Daniel puesto que el rubio pudo oír un quejido en la distancia.
-¡Déjalo en paz padre, esto es entre tú y yo!- gritó Bruno rodeando sus ojos con sus manos en un intento de ver mejor.
De pronto la tierra cayó al suelo como si la gravedad hubiera vuelto. Daniel estaba en el suelo y sobre él, un poste de luz.
Daniel estará bien. Es más resistente que eso. Se obligó a pensar Bruno.
Bruno Denver Padre lo miró con repugnancia y soberbia. Él estaba seguro de que no había forma de perder esa batalla. Había construido su imperio gracias a su mente y a sus poderes, a la astucia y el miedo, gracias a la sangre y la muerte.
Un poco más no le haría daño a nadie.
-¡Cobarde, pelee sin usar esos poderes de nenaza!- se burló Daniel desde el suelo. El rostro del mafioso se desfiguró.
-¿Qué decís, inútil?- le preguntó.
-Digo que podría hacerlo mierda si dejara de hacerse el piola haciendo explotar todo como si fuera Eleven.
Cállate Daniel. Pensó Bruno, pero no pudo hablar. Estaba tan tenso que apenas podía pensar.
Bruno Denver Padre alzó ambas manos y los cables de luz compensaron a centellear. El hijo sabía que él podría resistir una descarga eléctrica: su cuerpo la rechazaría para protegerlo. Sin embargo Daniel no sobreviviría y su padre lo sabía.
-Veamos si le hace honor a su nombre- dijo su padre, furioso, volteándose hacia el pelirrojo. Daniel se levantó y lanzó el poste de luz en dirección a Bruno Denver Padre, sin embargo el mafioso lanzó una descarga eléctrica sobre el objeto tan fuerte que lo volvió a partir por la mitad.
Bruno no podría protegerlo. No de su padre. Él era más fuerte, más habilidoso, siempre un paso adelante.
Bruno Denver Padre casi se había olvidado de su hijo, consumido por la cólera. El Rey le dió la espalda a la Reina y entonces Bruno observó el suelo a sus pies.
Jaque mate.
El grito del padre de Bruno fue ahogado y sorprendido. No fue hasta que miró su camisa blanca comenzando a emanar manchas rojas que comprendió lo que había sucedido.
Los vidrios del auto que habían roto momentos antes habían desaparecido del suelo y ahora todos se encontraban atravesando su cuerpo. Convirtiéndolo en una figura roja.
Daniel y Bruno avanzaron hasta él hasta que estuvieron en frente suyo. El Rey miró a su hijo con repulsión.
-No tendrás nada de lo que es mío, nada. Me aseguré de ello- lo amenazó, sus últimas palabras fueron apenas comprensibles debido a la sangre que comenzaba a ahogar su boca.
-No quiero nada tuyo- contestó Bruno- no siquiera tu nombre. A partir de ahora seré Blue y tu nombre pasará al olvido. No habrá otro Denver en la faz de esta tierra. Tu legado de horror y muerte terminará con la tuya.
El padre de Blue intentó utilizar sus poderes pero estaba muy débil para utilizarlos. El rubio quería dar el golpe final pero sabía que no le correspondía. Su padre había arruinado su vida pero él lo había vencido.
-¿Me harías el honor?- preguntó Blue mirando a Daniel. El pelirrojo lucía radiante, a pesar de que su rostro estaba herido y sus brazos sangrientos.
-Me las van a pagar muy...
No pudo terminar la oración. Daniel lo sujetó de la cabeza y le partió el cuello sin siquiera esforzarse.
Bruno Denver Padre cayó al suelo en un golpe seco, la vida evaporándose de su mirada.
Blue miró a su padre sin un rastro de lástima. Estaba por preguntar qué harían ahora, sin embargo cuando miró a Daniel, vio que estaba llorando.
-¿Dan?- le preguntó.
-No sé que es peor- dijo- Marco no entendía la vida pero estaba feliz. En parte, no sentía el dolor en mi estado de aislamiento.
-Podes ser un poco de los dos- le dijo Blue- lo que importa es que ya todo ha terminado. Mi padre no volverá a herirte.
-Deberíamos irnos de aquí antes de que la policía llegue- propuso Daniel. Blue asintió- Probablemente nos descubran.
-Probablemente- contestó Blue, sonriendo. Daniel lo miró con confusión.
-¿Por qué sonríes?- preguntó, sonriendo a su pesar.
-Te amo- le dijo, como toda respuesta. Ya nada podía preocuparlo, sus amigos estaban bien, su novio estaba a salvo y su padre habría muerto. Daniel rodó los ojos, sin embargo lo atrajo hacia él y le rodeó la cintura con sus brazos.
-¿Crees que la celda será cómoda?- preguntó, burlón.
-No lo sé- contestó Blue, extrañamente alegre- pero te buscaré y nos escaparemos las veces que sea necesario.
-Me gusta como piensas- agregó Daniel rozando su nariz con la del rubio.
-Marco. Daniel. Thunder. Eres un chico de muchos nombres ahora.
-Lo soy- contestó Daniel rozando sus labios contra los del muchacho- ¿Te intimida?
-Para nada- contestó Blue y le devolvió beso.
Las sirenas comenzaron a sonar en la distancia, sin embargo a ellos no les importaba, se habrían ido para cuando llegaran.
Blue deslizó sus manos por la fuerte espalda del pelirrojo llenándose de su sabor, su aroma, su todo.
No importaba a dónde fueran ahora. Él tenía a Daniel a su lado.
Todo estaría bien.
ESTÁS LEYENDO
Blue
ActionBruno Denver compite contra el tiempo mientras intenta escapar de su padre. Y Daniel Cuzis no se lo facilita. O lo que queda del muchacho. Su padre lo había torturado hasta la locura y, mientras no estuvieran a salvo, no había nada que Bruno pudier...