"Si quieres conseguir lo que aún no has conseguido, entonces tienes que hacer más de lo que has estado haciendo antes."
Durante el resto de la semana, Lauren planteó razón tras razón para que Camila creyese en las sesenta razones por las que merecía la pena su vida. Lauren sabía que Camila tenía sus propias sesenta razones, sesenta razones que la llevarían hasta asegurar que su vida merecía la pena, pero ella no sabía las sesenta razones por las que Lauren la necesitaba en este planeta. Demonios, Lauren ni siquiera sabía sesenta razones por las que necesitaba a Camila. Pero a pesar de ello, estaba trabajando para descubrirlas.
El primer día, Lauren dejó una rosa. Normani se había desvariado mucho cuando Camila encontró y la rosa y la nota eran tan románticos, tan perfectas, blah, blah, blah. Lauren sonrió orgullosa de si misma, pero sabía que una rosa de tres dólares de una floristería con una cita cursi atada que no era 100% suya no conseguiría el corazón de Camila. Ella sabía que una rosa estaba bien. Una rosa está muy bien. Pero Lauren Jauregui lo podía hacer mejor.
El segundo día, Lauren dejó algo en la taquilla de Camila que nadie podía imaginar. Lauren se quedó de pie en el mismo sitio que el día anterior, completamente ansiosa detrás de la puerta de su taquilla con Normani cerca, mirando impaciente, mientras presenciaban algo precioso. Camila abrió la puerta de la taquilla y un millón de pequeños pétalos de rosa cayeron sobre la pequeña chica, que gritó de alegría - fue un sonido que Lauren Jauregui estaba convencida que nunca había escuchado. Camila se río y saltó en el sitio antes de darse cuenta de que había gente mirando. Claro, Lauren se había repetido de alguna manera en cuando a los regalos de Camila, pero los pétalos de rosa eran siempre más especiales que una rosa. Había algo en la forma en la que cayeron sobre la chica, lavándola en romanticismo, que hizo que el corazón de Lauren revolotease. Camila rebuscó en su taquilla, y, bingo, Lauren vio como encontraba su nota, señalando con anticipación. Los ojos de Camila rozaron el pequeño, blanco y arrugado papel y miró hacia Lauren con lágrimas en sus ojos. Lauren sonrió un poco y asintió alentadoramente.
"Razón 2 de 60 de porque no debes tomarte las pastillas: las rosas significan curación - deja que esos pétalos sean tu destino. - La chica que está intentado recuperar el tiempo."
Camila dio unos pasos más hacia Lauren, pero ella se movió en su lugar, y a regañadientes se dio la vuelta. Lauren frunció las cejas, ¿por qué estaba retrocediendo? Lauren corrió hacia la chica, suavemente puso su brazo alrededor de su hombro. Camila se giró despacio, y en un mar de gente, Lauren vio algo en los ojos de Camila que era una mezcla de tristeza, arrepentimiento. Lauren no podía entenderlo. Había demasiada gente alrededor para que Lauren preguntase en voz alta, para preguntar qué pasaba, pero Camila tenía una pista. Caminó hacia su taquilla, con Lauren al lado y se giró hacia la chica cuando estaban casi a solas Lauren miró a la chica expectante, pero Camila evitó su mirada. Finalmente, Lauren no podía aguantarlo más. Cogió la barbilla de la chica pequeña ya que así Camila no tenía otra opción más que mirar a los ojos de Lauren.
- “¿He hecho algo mal?” - Camila intentó dejar de mirar los ojos de Lauren, pero Lauren no la dejó.
Ella quitó un mechón de pelo de la cara de Camila, y la chica pequeña se sonrojó un poco. Pero aparte de eso, no dijo nada. Su boca siguió cerrada, como un pez fuera del agua, como si las palabras que quería decir estuvieran fuera de su alcance. Lauren lo entendió; lo que quería decir era algo de lo que no podía hablar Ya fuese por la gente que tenían alrededor en el pasillo o porque no estaba preparada para hablar sobre ello, Lauren no sabía. Pero estaba bien.
- “Escucha, Camz.” - Ella susurró tan bajo como pudo en el oído de la chica. - “No tenemos que hablar de ello. Pero hay algo ahí. Estoy aquí para ti. Cuando quieras. ¿Vale? - y Lauren sintió como la chica que tenía delante empezó a temblar. Pero Camila asintió.
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Lauren se sentó en su cama más tarde esa noche y sostuvo su móvil en sus manos. Tenía esperanza, rezaba para que Camila llamase. Había algo en la manera en la que Camila reaccionó antes que hizo que se le pusieran los pelos de punta a Lauren. Quería saber qué pasaba, que había causado ese shock en Camila y su aparente malestar cuando los pétalos cayeron sobre ella. Quería una explicación, lo que hacía que fuese egoísta, pero más que nada, quería saber si Camila estaba bien.
Como Camila no llamó, Lauren la llamó. Camila no contestó, pero después de que Lauren dejase un mensaje en el contestador, recibió un mensaje.
"¿Puedes venir? Sé que es tarde pero, ¿por favor? - Camz"
Lauren contestó rápido, demasiado rápido. "Estoy de camino. - Lo"
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Lauren llegó a la puerta de delante de Camila y fue recibida rápidamente en cuanto sonó el timbre por Mrs. Cabello.
- “Hola, ¿Lauren? ¿Cómo estás? - Lauren solo sonrió, dijo que estaba bien, ¿usted que tal? y cuando fue invitada a pasar, subió las escaleras hasta la habitación de Camila. La puerta estaba cerrada, así que Lauren la golpeó con suavidad. Escuchó silencio de dentro así que abrió la puerta despacio.
Camila estaba sentada dentro, encogida en el suelo, con las manos en su regazo. Lauren se sentó a su lado con cuidado y no dijo nada.
Cuando Camila habló, lo hizo de manera entrecortada indicando lágrimas.
- “¿Las rosas significan curación?” - Lauren la miró y asintió.
Se acercó un poco más a Camila, y dejó su mano en el suelo entre las dos. Sus dedos avanzaban más y más hasta que Camila puso su mano al lado. Lauren miró y sostuvo el contacto visual durante un segundo antes de poner su dedo índice suavemente en la parte posterior de la mano de Camila, dibujando círculos ahí. Camila giró su mano despacio y Lauren puso la suyo encima. Cogió la mano de Camila suavemente, y la puso en su regazo. Camila miró a Lauren y su cara retrataba algo que parecía miedo.
Lauren sostuvo con firmeza la mano y susurró,
- “No tengas miedo.” - Lauren sonrió y Camila le respondió con una pequeña sonrisa.
- “No puedo dejar de sentirle. Y hoy… hoy cuando me dijiste que esos pétalos eran para curar, me perdí. Porque no siento que esté perdiendo la batalla cuesta arriba. Y no quiero decepcionar a nadie, especialmente a ti.”
Lauren sonrió a Camila, pero era una sonrisa triste. Odiaba que Camila pensase que la podía decepcionar. Por mucho que Lauren odiase admitirlo, no había nada que Camila pudiese hacer para decepcionarla. Había sentimientos que superaban cualquier decepción que pudiera avecinarse. Pero no había manera de que Camila supiese eso, Lauren había perdido la confianza dela chica hace mucho cuando las palabras crueles que le lanzó a Camila le rompieron el corazón. Así que, Lauren hizo la única cosa que sabía hacer. Sostuvo la mano de Camila, y miró a la chica directamente a los ojos, esos ojos marrones, ojos marrones llenos de lágrimas. Le quitó cada lágrima con su dedo índice y sostuvo la mejilla de Camila en la palma de la mano.
"Razón número 3 de 60 por la que no deberías tomar las pastillas" - susurró Lauren. - "Nunca me vas a decepcionar mientras sigas intentándolo"
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HÁBITO - Camren
Fanfiction-A la gente le gusta decir que ella misma se hizo esto, pero en realidad no tienen ni idea. No eran conscientes de las batallas que ha afrontado diariamente desde aquella noche, y nunca lo sabrán porque el orgullo y la vergüenza de Camila sobre la v...