“Cualquiera que haya pasado por tiempos difíciles – la percepción de cualquier desconocido, da igual la información que se les haya dado, ellos no tienen ni idea de cómo es la vida de esa
persona.” – Amy Grant.Camila volvió a casa agotada. Había algo en la manera en la que Miss Lovato sabía cómo se estaba sintiendo, en lo que estaba pensando, que la hizo estar completamente desgastada. No había nada que pudiera hacer en ese punto más que dormir. Camila subió a su cama esa noche con unas
pastillas en la mano, unas 13 si ha contado correctamente. No eran suficientes para matarla, pero eran suficientes para dejarla dormida hasta el día siguiente sin despertarse. Pero antes de que pudiera tomárselas, vio como su teléfono se iluminaba y vibraba en su mesilla de noche. Si hubiera sido cualquier otra persona, no se habría molestado en escupir las pastillas.
Pero no había ningún nombre de contacto, y ella tenía un sentimiento de quién podría ser.
Cogió su móvil cuidadosamente, sin saber que le esperaba.“Hey, puta. Soy Lauren J. ¿Quieres venir? Creo que sabes lo que quiero.”
Camila cerró sus ojos, más y más fuerte hasta que se le empezaron a caer las lágrimas de la presión. Ella sabía lo que Lauren quería – la vergüenza de Camila. Camila se atragantó con un pequeño sollozo que apareció desde su interior y comenzó a escribir una respuesta que no tardaría en lamentar.
“No se donde vives”
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Camila caminó por el lado pequeño del suelo de grava que conducía hasta la ventana hasta la que Lauren Jauregui la había guiado en sus mensajes. Ella venía para irse, dando a Lauren lo que quería en medio, sin mencionar ese intercambio en el colegio, o realmente, en ningún sitio. Pero esto era estrictamente negocio, es lo que Lauren había dicho. Y si Camila tuviera que guardar el secreto, Lauren podría gradualmente dejar de aterrorizarla en el colegio. Camila sabía que “gradualmente” significaba despacio pero de forma segura, porque si de repente Lauren dejase de propagar la promiscuidad de Camila por todos lados, la gente se daría cuenta. La gente se haría preguntas. La gente lo averiguaría. Así que, la promesa eran aguas oscuras, pero merecía la pena. Lauren
merecía la pena.Camila trepó hasta la pequeña y abierta ventana a la que Lauren le había dirigido y vio a Lauren sentada en un pequeño escritorio de madera en la esquina de la habitación. Había una cama en la habitación, y Camila tenía que decirlo, el peso de lo que iba a hacer hizo que se resbalase. Lauren se giró con la entrada de Camila y dijo con una silenciosa – si Camila estaba en lo cierto, casi arrepentida- voz, - “Hey, puta. ¿Preparada para lo que mejor haces?” –Los ojos de Lauren estaban tristes cuando
ella dijo eso, e hizo que Camila se enfadase.- “¿Por qué coño me querías aquí? Te has dado cuenta de que no eres mejor que yo
consintiendo esto ¿verdad?” – Camila dio un paso adelante y Lauren sonrió.- “Realmente eres un poco caliente cuando lo intentas y te pones furiosa. No puedes enfadarte conmigo. ¡Vamos, hagámoslo! No estoy pagando para que te quedes ahí y me grites.”
Camila no podía creer lo que estaba escuchando.
- “¿Qué sacas exactamente tú de mi? No soy una prostituta a la que puedes llamar cuando tu quieras usar, te hablo con dulzura cuando me quito los pantalones y luego me despido.”
Lauren se río en voz alta.
- “Realmente, Camila, tu eres una prostituta. Por eso estás de acuerdo con esto.”
Lauren empezó a quitarse la camiseta, enseñando su sujetador, y se levantó de la silla, cogiendo a Camila con intensidad por su cintura y la puso contra la pared, con las caderas juntas y tirando de la camiseta de Camila.“Está bien” - susurró, mientras dejaba un beso en el pelo de Camila - “porque serías inútil sin
ella.” Camila retuvo en su cabeza las duras palabras, esas fáciles palabras, sabiendo que era verdad.Dejó a Lauren hacer lo que quisiera con ella, a través de movimientos fáciles pero burlones y raros. Nunca había hecho esto con una chica, pero Lauren tomó el control, lo que le dio a Camila algo con lo que trabajar. Después de todo, siempre había querido saber más sobre la chica. Lauren sabía exactamente lo que hacía, como si ya lo hubiese hecho antes, lo que realmente sorprendió a Camila más que Lauren la hubiese llamado para ir a su casa y ser la primera. Pero después otra vez, ¿por qué alguien querría tener su primera vez con Camila? La primera vez debería ser especial
y Camila era, en todo caso, lo contrario a especial. Camila se preguntaba quién fue la primera vez de Lauren.
Lauren aparentemente había terminado con Camila porque se había recostado en la cama, claramente cansada, y con los ojos cerrados.- “¿Sabes? Podría ser un poco más agradable si participases igualmente sin pensar demasiado”.Lauren miró en su dirección, y Camila podía decir esta vez sin cuestionar nada, que Lauren estaba tratando de ser agradable. Aunque siguiese siendo una puta.
- “¿Cómo sabes que estoy pensando?” - Camila preguntó intrigada. Le encantaba saber cómo la gente leía a las otras personas.
- “Estabas ida, daba igual lo que hiciera. Tus ojos estaban vidriosos y tu lenguaje corporal y tu mente eran dos seres diferentes. No lo sé, lo sé.”Camila estaba recostada, ropa por todas partes, y Lauren se inclinó a coger una manta a los pies de la cama. La extendió sobre Camila descuidadamente.
- “Quédate y duerme aquí. Es tarde para que te vayas ahora.” Camila parecía que había mostrado confusión porque Lauren dijo después.
“Son casi las cinco. El colegio empieza en tres horas. Quédate.”
Camila parpadeó varias veces, completamente confundida con el hecho de que Lauren quería que
se quedase. No tenía sentido en su cabeza. Pero pensó que era su oportunidad de oro para preguntarse en voz alta cosas sobre la chica que la fascinaba y la ofendía.- “Vale. Me quedaré a cambio de conversación. No puedo dormir así que tendrás que hacerme compañía.”
Debajo de la pequeña y naranja luz que provenía de la lámpara de la esquina, Camila podía ver cómo Lauren entrecerraba los ojos.- “Lo que sea, puta.”
Camila se encogió al escuchar la palabra que le acababa de dirigir.- “¿Por qué me odias tanto? ¿Qué he hecho?” - Lauren se río al escuchar eso.
- “No has hecho nada. Simplemente eres asquerosa. Tus pequeños hábitos me ponen enferma. No te odio. Camila, me repugnas.·
Camila cerró sus ojos; estaba acostumbrada a observaciones de ese tipo, especialmente de Lauren Jauregui.
- “Al menos eres honesta.” - murmuró, casi para ella misma. Se dio la vuelta, sin esperanza. Lauren suspiró detrás de ella.
- “Lo siento. Eso no era necesario.”
Camila se río.“¿Qué? ¿Todo lo demás que dices sobre mi cada día también es innecesario?”
Lauren no contestó por un rato, y Camila asumió que se había quedado dormida, pero había una pregunta incuestionable en una voz que escuchó detrás suyo, demasiado baja para saber si era real, demasiado alta para que fuese de la mente de Camila.
- “Simplemente no te entiendo. ¿Por qué te haces esto?”
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HÁBITO - Camren
Fanfic-A la gente le gusta decir que ella misma se hizo esto, pero en realidad no tienen ni idea. No eran conscientes de las batallas que ha afrontado diariamente desde aquella noche, y nunca lo sabrán porque el orgullo y la vergüenza de Camila sobre la v...