Capitulo 19

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"Tenemos que dar a los demás el espacio para crecer, para ser nosotros mismos, para ejercer nuestra diversidad. Tenemos que dar a los demás el espacio para así poder dar y recibir cosas tan bellas como las ideas, la sinceridad, la dignidad, la alegría, la curación y la inclusión.”


Lugares, gente, y situaciones que parecen más bonitas si dejas fuera las cosas dañinas y esa es la forma en la que Camila veía a Lauren. Ella era una preciosa esencia que tenía sus partes oscuras detrás de su sonrisa. Por mucho que Camila quisiera ceder ante la nueva Lauren, una parte de ella se mantenía a una distancia porque no estaba segura de que Lauren pudiera ser capaz de cambiar. No podía perdonar a la chica, aunque era exactamente lo que quería, pero Camila sabía que todavía había muchas piezas ausentes en su puzzle.

El día continuó, con Camila consiguiendo nuevos elogios que a pesar de todo quería apreciar, se encogió porque incluso había sinceridad en los ojos de todos aquellos que la felicitaban, pero ella todavía lo sentía como una broma. Ella era libre de muchas maneras, pero estaba atrapada en muchas más. Era libre de la culpa de vivir una mentira, pero eso no cambiaba el pasado y no cambiaba el miedo en el que aún vivía.

Con todo lo que pasaba, Camila vivía una vida que siempre quiso mantener en sus pies, nunca estaba completamente agusto en ningún sitio, y nunca dejó de bajar la guardia. Las únicas veces era en los brazos de Sofía. Estaba recuperando el consuelo en los ojos verdes de Lauren Jauregui pero el pasado de la chica aún ensombrecía todo, tanto como ensombrecía a Camila.

Era como si Camila solo quisiera ver algunas partes de Lauren pero su conciencia nunca le dejaba ver más allá de la versión terrible de la chica que era hace unos días. Camila forzaba las sonrisas más que nunca, porque ahora esperaban que sonriera, no esperaban que pareciera una damisela en apuros que era antes y una parte de ella se sentía molesta con eso, pero otra parte le recordaba que ahora podía buscar la comunidad sin ser apartada como antes.

Era agridulce, el torbellino de sentimientos que sentía, porque su corazón le decía que confiara, que amara, que perdonara sin condiciones, pero su mente le decía que mantuviese la guardia, que no confiase en cualquiera que podía decepcionarla (y eso solo consistía en confiar en ella misma).

Ahora era extraño. Camila sentía algo más que todavía tenía algo que tiraba de sus talones y no podía identificar qué era. Por mucho que quisiera saborear el momento que podía disfrutar con su familia, y esos momentos más sinceros que Lauren intentaba regalarle, se sentía como si ella no estuviera completamente ahí.

Por breves momentos durante sus momentos de pensar demasiado, frecuentemente consideraba ver a un terapeuta. Empezó a pensar que era bipolar, porque podía ir de estar feliz por ser el centro en el mundo de su familia, y también el de Lauren ahora, para sentirse mal a los pocos segundos, pero Camila siempre llegaba hasta términos en los que nunca encontraba el espacio para curarse.

Les había dado la verdad y había abrazado su aceptación casi al instante pero nunca se dio la oportunidad de aceptarles de vuelta. Era en esos momentos cuando Camila sentía como que no estaba preparada como ella pensaba para que la verdad saliese, pero luego se recordó a ella misma en lo acabada que estaba con quien había si doy todo parecía que merecía la pena de nuevo.

La cosa era, en aquellos dos años, una distancia mayor había crecido entre ellos, y ellos habían querido pretender que Camila era la misma persona que cuando tenía 15 años, pero no los tenía y la persona que era, era una extraña.

La única persona que seguía a salvo de vivir en el pasado era Lauren, porque nunca había hablado realmente con Camila, así que Camila podía ser quien quisiera ser con ella, no tenía que tener quince años y eso le daba mucho alivio pero aún así se sentía como que tenía que tener la guardia arriba.

Se sentía atrapada y no sabía cómo salir de ese laberinto. ¿No se suponía que la verdad tendría que dejarla libre?

Camila se encontró a si misma estudiando a la gente. No de una forma crítica, pero si de una manera abierta. Empezó a analizar a la gente en la que solía pensar un poco, y aun así aquellos que solían alabarla, y de repente todos parecían la misma persona a sus ojos.

Todos parecían ser versiones variadas de la misma persona. Porque tal y como dijo Ally, todos éramos la misma persona, solo que sobrevivimos de manera diferente. Era verdad. Ally se había convertido en una muy buena amiga de Camila; era casi seguro decir que estaba en el proceso de convertirse en su mejor amiga. Camila se olvidó qué era tener una, desde que sus amigos formales la tiraron a la carretera a la primera, pero se sentía bien. Fue refrescante incluso, tener a alguien que se preocupaba tanto como Ally lo hacía. Camila comenzó a rezar junto a Ally antes de devorar cada comida y por la noche también.

Sus rezos eran casi siempre los mismo, rezaba por encontrar la comunidad en el presente, y encontrar un cerrojo para su pasado. Rezaba para cerrar el libro en el que solía vivir y empezar uno nuevo, y rezaba por abrir su corazón para las posibilidades de un mejor mañana. Rezaba para que sus padres la entendiesen, y para que viesen a través de la que Camila pretendía ser. La diferencia ahora era que todavía seguía intentando ser feliz en vez de ser una puta. Rezaba por Ally, rezaba por que cada una de las oraciones de Ally tuvieran respuesta porque se lo merecía. Rezaba para que Lauren tuviese paciencia con ella, porque algún día, estaría bien de nuevo, y entonces - a lo mejor entonces, podía confiar de la manera que quería. Pero, cerraba sus ojos con más fuerza cuando rezaba por ella misma para estar bien. Cuando rezaba para encontrar paz y no seguir con miedo. Rezaba para no tener miedo ante cualquier contacto, rezaba para no tener más pesadillas. Rezaba para ser una luchadora, como su tatuaje y Miss Lovato dijeron que era.

Cuando terminaba, miró más arriba de sus puños y se encontró con la mirada de Lauren a través de la cafetería. Ella se dio cuenta y arrugó una de sus cejas mientras la miraba y temblaba ligeramente de la manera que siempre lo hacía después de rezar, y leía las palabras que le murmuraba Lauren, “¿estás bien?”

Camila asintió despacio, de una forma poco convincente y Lauren se quedó sentada por un momento, sumergida en sus pensamientos. Miró hacia Normani y Normani miró hacia Camila dándole una sonrisa calurosa. Camila le sonrió de vuelta, y volvió su atención hacia Lauren quien se levantó y fue hacia la mesa de Camila, y pidiendo permiso miró a Ally quien entendió y recogió su bandeja yendo a sentarse con Normani.

Lauren se sentó en frente de Camila y la miró sin decir ni una palabra. Camila lo apreciaba porque no quería emocionarse o expresar sus pensamientos. No quería que Lauren supiera que seguía teniendo miedo pero parecía que Lauren lo sabía de cualquier forma porque le cogió la mano a Camila, y empezó a pasar su dedo por su muñeca, despacio y con ternura.

   - “No te olvides de esto, ¿vale? Esta bien que no estés bien, pero no dejes que haga que te sientas débil. Yo seré fuerte por tu si necesitas que lo sea, sólo dime que lo necesitas y lo seré, ¿vale?” - Lo dijo en una voz que solo podía escuchar Camila.

   - “Vale” - Dijo con la voz ronca, decidiendo que la mejor distracción en ese momento era contar las diferentes sombras verdes que había en los ojos de Lauren.

HÁBITO - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora