"Hacer el amor, ella siempre había creído, que era más de un simple acto de placer entre dos personas. Abarcaba todo lo que una pareja se suponía que tenía que compartir: confianza y compromiso, esperanzas y sueños, una promesa de seguir juntos en el un futuro que pueda llegar. Cuanto mayor es el amor, mayor es la tragedia cuando se ha terminado."
No había nubes ese día, ni una a la vista. El cielo azul estaba brillando, y todo el mundo había dejado desierto el campus para ir a casa, para celebrar las vacaciones de verano. Quedaba poco tiempo para la graduación, y todo el mundo se sentía cansado aunque con energía para los momentos emocionantes que tenían que llegar en las vidas de los adolescentes que se graduaban. Quedaban algunos profesores aquí y allí, un par de estudiantes que trabajaban en el campus, pero todos querían irse a casa más que cualquier otra cosa. Pero había una estudiante en concreto que no quería, no quería irse aún.
Camila Cabello recorrió de arriba a abajo los pasillos vacíos, elevando la mano y tocando las paredes por las que pasaba reconociendo los murales que había ayudado a pintas, las clases que una vez ocupó, las taquillas de sus viejos amigos. Había recuerdos ahí, pero los mejores estaban en su corazón. Había una cosa en su mente, y esa era la chica que la había vuelto loca desde antes de que pudiese recordar - incluso cuando no era verdad. Lo podía recordar. La primera vez que vio la cara de Lauren, fue hace mucho tiempo, pero eso fue cuando sabía que ella sabía algo que no podía identificar, pero algo que siempre recordaría. Camila decidió que ella podía amar Lauren Jauregui, que podría cuidar de ella.
Ella le podía dar todo.
Y Camila le había dado todo lo que tenía a la chica que tanto quería. Había pasado por un infierno; eso era muy cierto. Pero Camila sabía que había cosas que no podría darle nunca a Lauren, cosas que quería poder darle pero que no podía. Camila estaba rota, dañada, y irreparablemente terminada es este lugar. No quería nada más que Lauren fuese feliz, pero no sabía qué más hacer. Recorrió las paredes del colegio en el que había crecido y se preguntó cómo las cosas habían pasado en este lugar.
En lo que Lauren sabía, ambas estaban “bien”, lo que quisiera significar eso. Pero Camila sabía en su corazón que no podían seguir de esa forma. No ahora, no en este momento. No cuando ella entró en clase de Miss Lovato después de que el resto del colegio estuviese casi desierto, y se sentase en el asiento más cercano al escritorio.
Camila puso su mochila a la izquierda, silenciosamente sacó un paquete de papeles que había estado escondiendo desde hace un tiempo, y los puso en sus manos en su regazo, esperando pacientemente. Miss Lovato no levantaba la vista de los papeles de evaluación. Su pelo caía sobre su cara, algo raro que para Camila porque miss Lovato siempre tenía una apariencia inmaculada. La mujer mayor miró a la chica que tenía en frente y Camila se sonrojó avergonzada: no era educado quedarte mirando. Miss Lovato se rió suavemente y bajó su bolígrafo. Se movió en su silla de ruedas y se acercó hasta Camila, poniendo sus manos en la mesa donde estaba sentada Camila.
- “¿Algo de lo que quieras hablar, Miss Cabello?”
Camila se tensó ante lo que iba a pasar, y silenciosamente, pero casi, con confianza, puso el paquete de papeles con todas sus esperanzas y sueños en las manos de la mujer que tenía en frente.
- “Es oficial, Miss, L.”
Miss Lovato cogió los papeles con cuidado de las manos de Camila y los sujetó, dejando que sus dedos se paseasen a través de lo que estaba impreso, sintiendo las letras grandes que había en el fino papel. Una sonrisa apareció en su cara y miró a Camila con anticipación.
- “Camila, ¡estas son noticias maravillosas. ¿No tienes ganas?”
Cuando Camila bajó la mirada hasta la mesa que tenía delante, Miss Lovato lo supo. Algo no estaba bien, pero Camila no podía hablar, no podía dejar que saliera, porque no quería decepcionar a su profesora favorita.
- “Camila, ¿qué pasa?”
Una vez más, Camila se tensó, y dejó caer una lágrima con todo lo que había estado reteniendo.
Lauren había llegado a casa esa tarde y se había echado la siesta. Estaba tan cansada. Solo quedaban cuatro días hasta su graduación, pero para terminar el año de colegio, volviendo a estar bien con su novia, y con todas las presiones normales de la vida de un adolescente. Pero había algo que esperaba con interés. Mucho antes del baile, antes de que todo lo malo pasase, Camila le había dicho a Lauren que la habían aceptado en la UM, la Universidad de Miami, y esa era su primera opción. Lauren no se lo había dicho a Camz, pero mandado su solicitud.
La habían aceptado.
Y esa noche era la noche en la que se lo diría a Camila, le diría que estarían juntas cuatro años más por lo menos.
Los padres de Lauren se iban durante una semana de vacaciones, pero Lauren les dijo que no quería ir porque así se podría quedar y darle una sorpresa a Camila. Una vez que se fueron, Lauren trabajó para tenerlo todo en orden. Había velas en todos lados: en los muebles de la cocina, en los bordes de las escaleras, en el suelo que lleva a la sala de estar. Pétalos de flores sirvieron como guía, y había ramos (cortesía de Clara) en cada mesa lateral. Lauren miró a su alrededor con la perfección que había creado y se sintió de lo más orgullosa con ella misma. Ella respiró hondo y se sentó en el sofá. Ella ya lo había preparado todo, ahora sólo tenía que esperar.
Justo a tiempo, a las 7:30 exactamente, el timbre de la puerta sonó. Lauren se levantó y se sintió nerviosa, todo a la vez. Dejó escapar una pequeña sonrisa ansiosa en sus labios y se susurró a si misma, “Solo es Camz. Solo es tu novia.” Decir estas palabras la hizo sonreír, y fue hasta la puerta, quitando el cerrojo y abriéndola completamente.
Camila estaba de pie dando golpes con su pie derecho en el cemento de la puerta delantera incómoda. Sus ojos evitaron la mirada de Lauren completamente. Sonrió en dirección a Lauren sin ni siquiera mirarla y pasó. Lauren frunció las cejas con confusión, pero cuando se giró, Camila la estaba mirando con los ojos completamente abiertos.
- “Laur…” - susurró, “¿qué es todo esto?”
Lauren puso una media sonrisa tenía para Camila, y extendió sus manos, refiriéndose al área que tenía alrededor.
- “Esto es serenidad.” - ahora sonrió más, y Camila sonrió un poco, también.
Se giró y cogió una de la velas del suelo, sopló y la volvió a poner en su sitio. Cogió algunos pétalos y dejó que su textura invadiese sus dedos. Los volvió a poner en el suelo también, y después se levantó despacio. Lauren esperó a que se girase, tenía una sonrisa dibujada en la cara, que abrazase a Lauren fuerte y la besara con fuerza en los labios, pero nada de eso pasó. Camila no se giró. Fue entonces cuando Lauren vio cómo elevaba una mano hasta su cara y sabía que Camila estaba llorando.
- “¿Camz?” - dijo preocupada.
Camila seguía sin girarse, así que Lauren corrió para estar delante suyo. Lágrimas de cocodrilo estaban cayendo por su cara, y se puso las dos manos delante para cubrirse.
- “Oh, cariño…” - susurró Lauren.
Puso sus brazos alrededor de Camila y la acercó. Camila lloró aún más fuerte, más alto, y Lauren acarició su espalda, completamente dudosa de a qué se debía esta reacción.
- “Camila cariño, tienes que decirme qué está mal para poder ayudar. Para poder hacer las cosas mejor.”
Camila levantó la vista del hombro de Lauren, donde había estado llorando, y miró fijamente la boca de Lauren.
La besó. Camila puso una mano en la parte de atrás del cuello de Lauren y la acercó para hacer más profundo el beso y mantenerla ahí, y usó sus manos para ponerlas en las caderas de Lauren. Lauren sintió las lágrimas húmedas de Camila cayendo por sus propias mejillas por lo cerca que estaban. Lauren puso sus manos en la cara de Camila y se separó. Una vez que recuperó el aliento, le dijo,
- “Camz, no puedo ayudar de esa forma. Usa las palabras, amor.”
Camila miró hacia abajo, complemente avergonzada, y se sentó en el sofá que tenía al lado. Lauren también se sentó y puso una mano en el muslo de Camila. Acarició ese punto con su mano, y Camila puso su mano encima de la de Lauren.
- “¿Vas a decirme a qué viene todo esto?”
Lauren sonrió y le dio un beso en la sien a Camila, apretando su muslo una vez.
- “Tengo una sorpresa para ti.”
Camila la miró con una sonrisa y elevó sus cejas.
- “Ah, ¿sí? ¿Y qué es?”
Lauren sonrió aún más con una sonrisa ridícula y cogió la mano de Camila entre la suya.
- “Camz, me han aceptado en la UM.”
La reacción que consiguió fue mediocre. Camila sonrió un poco, las comisuras de la boca de Camila solo se elevaron un poco, y sus ojos se bajaron, un poco al principio pero más según el tiempo pasaba. Hasta que sus ojos cayeron completamente a su regazo. Camila sacó sus manos de las de Lauren y se levantó.
- “Camz?”
Camila se giró hacia Lauren.
- ¿Sí, cariño?”
- “¿No estás contenta con esto? Estaremos juntas, como esperábamos. Podemos ir juntas. Seremos muy felices. “- Lauren cogió la mano de Camila, y Camila la dejó.
Camila miró a Lauren y asintió, sonriendo.
- “Es cierto. Seremos tan felices. ” - Camila dio un abrazo a Lauren y la sostuvo ahí, finalmente alejándose unos minutos después y besando su frente. - “Te quiero ¿vale? Te amo más de lo que puedes imaginar. (Esta última frase la dice también en español en el original).” - Y volvió a besar la frente de la chica una vez más.
Lauren lo pudo sentir en sus huesos. Algo no estaba bien. Pero en vez de decir algo, agarró a la chica más cerca.
- “Te amo también, hermosa.” (Esta frase es en español en el fic original)
El día de graduación llegó volando. Todo sucedió tan rápido. Togas y birretes fueron distribuidos y, por supuesto, decenas de selfies con cara de pato fueron hechas con la vestimenta de profesionales. Camila estaba emocionada, pero no tan emocionada como ella podría haber estado. Sabía que esta noche era la noche. Y eso la asustaba demasiado.
La ceremonia fue preciosa. Fue en el auditorio del colegio de la comunidad, y el sitio estaba completamente decorado de forma exquisita. Lauren estaba hipnotizada tan sólo por su novia. Camila brillaba en su vestido, y todo lo relacionado con el día sólo añadía más a su belleza. Lauren se dio cuenta de Camila estaba fuera de sí, pensando en algo - y así había estado por un tiempo. Lauren lo atribuyó a los nervios sobre la graduación, pero incluso después de la ceremonia, después que todos se fueran a casa y en vez de que ambas fueran a su casa, fueron a casa de la abuela de Lauren, donde Camila pidió que fueran como si fuese una especie de fin de su año.
Camila estaba ansiosa mientras Lauren conducía, y en el camino hasta allí, Camila deslizó su mano hacia el volante donde Lauren tenía la suya y acercó sus dedos a los de Lauren poniendo sus dedos entrelazados en su regazo. Lauren sonrió.
Cuando llegaron a la casa, ni Lauren ni Camila hicieron ningún movimiento por salir del coche, Sin embargo, en un segundo de momentos rápidos cogió a Lauren con la guardia baja, y Camila se quitó el cinturón y trepó hasta el regazo de Lauren. Sujetó la mejilla de Lauren y la besó delicadamente, suavemente, con más amor que cualquier otra caricia que hubiese habido en el cuerpo de Lauren. Lauren se apartó y dijo,
- “Vamos dentro.” - silenciosamente.
Camila asintió, y dio otro suave beso en la boca de Lauren, después abrió la puerta y salieron. Una vez que Lauren salió, Camila la empujó contra el coche y la besó de nuevo. Lauren mantuvo sus caderas juntas, pero Camila sonrió en el beso y se apartó. Cogió la mano de Lauren y la llevó dentro de la casa, corriendo por todo el camino con Lauren siguiéndola de cerca detrás.
Una vez que llegaron a la puerta, Camila espero sin paciencia a que Lauren metiese la llave para abrir la puerta. Todo el rato que Lauren intentó buscar a través de su bolso, Camila estuvo a su lado, moviendo sus manos de arriba hacia abajo por su espalda, acercándose peligrosamente a su trasero. Camila se rió cuando Lauren se estremecía, y la puerta por fin se abrió de par en par. Entraron enredadas la una en la otra.
Lauren acercó a Camila junto a ella e iban cayendo la una sobre la otra subiendo las escaleras hasta llegar a la habitación vieja de Lauren. Ambas se dieron cuenta un poco tarde de que no había cama en la habitación.
- “Eh, bueno” - susurró Lauren y puso sus labios de nuevo en los de Camila antes de poner una vieja sábana en el suelo.
Camila miró al suelo y le dio una sonrisa maliciosa. Lauren se quedó de pie tímida delante de la chica, dándose cuenta de las diferencias entre esta ocasión y la última que tuvieron sexo. Esa era precisamente la diferencia - esta vez, harían el amor. La primera vez, cuando Lauren pagó a Camila, solo fue sexo: sin significado, sexo ridículamente justificado. Lauren todavía no podía creer que hubiese dejado a Camila con aquel arrugado y mísero billete junto a ella cuando se despertó. Pero esta noche, sería diferente. Sabía que lo sería. Sabía que sería diferente en la forma en la que las mejillas de Camila se sonrojaban mientras se quitaba el vestido que había llevado debajo de la túnica de graduación. Lo sabía en la forma en la que no podía quitar sus ojos de Camila mientras se quitaba los zapatos, uno a uno, y sabía que cuando Camila se acercó a ella y le cogió el sujetador que Lauren llevaba por los tirantes y los bajó lentamente, viendo como se caían completamente. Lauren ayudó a Camila, también, y en el momento en el que estaban expuestas y vulnerables en todas las formas posibles, Lauren besó a Camila. La besó primer en los labios, después en su cuello, y más abajo, y abajo, y abajo hasta que cada pequeño centímetro del cuerpo perfecto de Lauren fue tocado por los labios de Lauren.
Camila sintió todo; fue como si su cuerpo fuese ultrasensible con la luz de la tarde a través de las ventanas, con la mirada de Lauren flotando encima suyo, en cada parte suya, y la parte más graciosa fue, que no estaba ni medio consciente. Todo en el intercambio fue perfecto, impecable en todos los sentidos, y nada fuer vergonzoso. Cuando Camila se sintió avergonzada, Lauren la besó para que se le olvidase. Cuando Camila gimió, Lauren le dio un beso suave, y le dijo que era preciosa. Cuando Camila llegó al punto máximo, Lauren la abrazó y la dejó caer, caer más y más cerca a la realidad, y mucho después de que la euforia y la alegría se disipase, Camila todavía se sentía tan bien…
Camila se giró sobre el cuerpo descubierto de Lauren y la besó, su pelo caía entre ambas, dibujando sombras en la cara de Lauren, cubriéndolas de la poca luz que entraba por la ventana. Dios, Lauren era preciosa. Cuando Camila se separó de los labios de Lauren, puso sus manos en su barbilla y se quedó así apoyada sobre Lauren. Por un rato, tan solo miró fijamente a la chica. Su cara parecía cansada, como si se pudiera quedar dormida, pero su cuerpo estaba despierto, alerta, y Camila sonrió un poco cuando Lauren le guiñó un ojo. Camila suspiró y dijo,
- “Te quiero mucho más de lo que puedas entender, Lauren Michelle Jauregui.” - Lauren se rió e hizo que se moviese el cuerpo de Camila, lo que la hizo sonreír.
- “Amo tu sonrisa. Tu risa. Todo.”
- “Yo también te quiero, Camz. Tengo ganas de todo. De la universidad, me refiero.”
Camila miró hacia abajo, hacia otro lado, y en un segundo pensamiento, la besó.
- “Centrémonos en ahora, cariño.”
Y ella pasó sus labios y las manos hacia abajo sobre los lugares en el cuerpo de Lauren por los que ya había viajado una vez, pero ahora era diferente. Ambas sabían que era diferente. Esto era amor. Esto era paz. Esto era serenidad. Esto era todo por lo que podía pedir y más. Camila trazó su camino por los sitios más especiales de Lauren y consiguió que sintiera la misma euforia que había sentido antes, y Camila se dio cuenta de que le encantó ver la alegría en el rostro de Lauren más de lo que amaba a sentirla ella misma. La besó de nuevo de camino hasta la boca de Lauren, y después dejó un pequeño beso en la frente de Lauren, una última vez. Ella puso otra sábana para cubrirse a ambas y puso sus brazos alrededor de Lauren, abrazadas. Lauren se acurrucó contra Camila y, al fin y al cabo, estaba bien. Todo estaba bien. Lauren estaba maravillada, feliz, y se quedó dormida en los brazos de Camila.
Cuando Lauren se levantó eran las 6:14 de la mañana siguiente, Camila se había ido. Su ropa no estaba, y sus zapatos tampoco. Solo quedaba una cosa.
Una nota.
"Laur - Te quiero. Acepta la solicitud de la UM. Será bueno para ti. Cuídate, cariño. Lo siento."
Lauren giró la nota para leer la parte de atrás, para ver si había algo que se estuviese perdiendo. Buscó en la habitación por algo más, cualquier cosa. Se puso la ropa, comprobó sus bolsillos y recorrió la casa para ver si había algo más de la chica que había amado tanto, que le había dejado. Pero eso era todo. La nota fue todo lo que había.
Lauren se sentó en el suelo de la casa que tanto amaba y lloró.
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HÁBITO - Camren
Fanfic-A la gente le gusta decir que ella misma se hizo esto, pero en realidad no tienen ni idea. No eran conscientes de las batallas que ha afrontado diariamente desde aquella noche, y nunca lo sabrán porque el orgullo y la vergüenza de Camila sobre la v...