Capítulo XXXII

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Ema

Siento que mis nalgas están adormecidas de estar aquí sentada, siento que llevó dos décadas aquí amarrada y apenas llevó veinte y cuatros hora creo, siento que me volveré loca si no me paro de aquí.

—AYUDA, AUXILIO, SOCORRO POR FAVOR. –escucho que gritan del otro lado de la pared de la habitación en que estoy.

Esa voz se me hace que yo la es escuchado en otra parte, ¡espera! Esa es la voz de Anjoly, significa que estamos en el mismo lugar.

Entonces los gritos y golpes que escuché provenientes de esa habitación ayer era ella. O por Dios tengo que salir de este lugar.

Creo que llevo un corta uñas en mi bolsillo derecho trasero necesito sacarlo para desamarrarme, no se como lo usaré para cortar la soga con un corta uñas pero almenos lo intentaré.

Moví mis manos para alcanzar mi bolsillo, esto es incómodo, después de haberlo intentado almenos unas cinco veces logré sacar el corta uñas. Empeze a limar la soga.

▪▪▪▪▪▪▪

Horas después.

Si, creo que an pasado horas y yo todabia sigo limando la puta soga creo que me daré por vencida ya me duelen las manos de tanto limar.

Le doy un jalón a la soga que estaba limando y siento que se libera, eso quiere decir que se cortó, no se como pero logré que se rompiera, era hora ya no soportaría limar más.

Me quité la soga y luego me desamarré los pies. —Libre soy, libre soy ya no puedo ocultarlo más.

—Es hora de salir de aquí. –susurro, miro a un lado de la habitación donde pude ver a mi linda Vivi.

De una vez corrí hasta ella y me puse a buscar mis cosas pero solo encontré un chicle que creo ya está vencido lo entre cuando tenía quince años y ya tengo dieciocho que voy para los diecinueve en definitiva el chicle debe de estar vencido.

Tomé mi mochilita y abrí la puerta lentamente asome la cabeza para ver si había alguien pero no había nadie aproveche para salir. Miré por el pasillo para encontrar por donde estaban las escaleras para bajar.

Encontré los escalones y empese a bajar cuidadosamente para que no me vieran ya cuando llegaba al último escalón me acordé de Anjoly.

—Shit.–susurro.

Subo nuevamente la escalera  y llego a la puerta que quedaba al lado de donde estaba tomo el pomo de la puerta e intento abrirla pero no puedo tiene llaves.

—¡Espera! El corta uñas–digo medio susurrado sacando el corta uñas.

Lo metí la límita del corta uñas en donde debería entrar la llave después de tanto intentar la pude abrir. Sonreí por mi logro.

Abrí la puerta y me introduje a la habitación miré por la habitación hasta que llegué mi mirada hasta donde se encontraba Anjoly con su pie amarrado con una cadena en la cama. Ella al verme se sorprendió.

Corrí hasta ella y la abraze ella me correspondió y se puso a llorar. —Hay que salir de aquí. –digo mirándola limpiandole las lágrimas con mi pulgar derecho.—Voy a quitarte esa cadena de tu pie ¿Bien? –ella asintió.

—Espero que lo logres–la miré. —Ya e intentando quitarla.

—Esto ayudará. –digo sonriendo enseñandole el corta uñas, desde ahora ya no será el corta uñas será Ferd.

Introduje la límita de Ferd a el candado que tenia la cadena el cual hacia que el pie de Anjoly quedará atrapado.

—Anjoly si no puedo quitar la cadena de tu pie lo cortaremos. –digo mirándola sería.

—¿Es broma? . –se podía ver en su cara el horror. Me reí por su cara.

—Claro que es broma. –relajó su expresión.—Ubieras visto tu cara.

Un intento más y abrí el candado. —Ya eres libre, ahora es que irnos de aquí.

Abrí la puerta para salir pero rápidamente la cerré al ver que estaban abriendo la puerta de la otra habitación vecina a la que yo estaba anteriormente.

—No pudiste llamar en otro momento invesil. –escuche la voz de Débora al otro lado de la puerta hablando enojada.—¡Estoy en algo importante! ¿No entiendes? Bien voy para allá.

—Ese invesil no pudo encontrar otro momento para llamar, yo que empezaba a divertirme con la estupida de Awilda. –escuche que dijo por último.

—¿Awilda también está acá? –Anjoly me susurra.

Yo me encojo de hombro. —Ni idea pero hay que averiguar.

Esperamos un gran rato en la habitación esperando que la loca de Débora se fuera. Salimos al no escuchar ninguna clase de movimiento afuera de la habitación.

Caminamos silenciosamente hasta la habitación de donde Débora había salido. Anjoly tomó el pomo de la puerta para abrir la puerta.

—Esta serrada con llave. –me avisó.

—Ferd resolverá. –digo enseñandole el corta uñas.

—Ya le pusiste nombre, eres increíble.

—Me encariño rápido.–digo abriendo la puerta con Ferd.—Listo.–empuje la puerta y la abrí.

Anjoly y yo entramos encontrándonos con una Awilda amarrada con la cara golpeada.

—Dios.–dice Anjoly mirando a Awilda y luego a mi.

—Es que soltarla. –me encaminó hasta Awilda junto a Anjoly y empezamos a desamarrarla.

Awilda se quita la cinta que tenía en la boca. —Gracias chicas.

Nos dimos un abrazo grupal las tres juntas.

—Es que salir de aquí. –dice Awilda, cuando no separamos. —Pero antes Ema quería pedirte disculpa por averte gritado por un simple helado.

—Eso ya no importa, ahora lo que importa es salir de aquí.

Salimos con cuidado para que no nos fueran a ver.

▪▪▪▪▪▪

Encontramos un teléfono y llámamos a FBI para que viniera por nosostras, Austin nos dijo que no tardaría en llegar está oscurecido.

Lo primero que le dije a Austin fue que no llegará con la porquería de sirena prendía para que no los alarmara y no le diera tiempo para escapar.

Escuchamos unos fuertes ruido proveniente de abajo empezaron a escucharse disparos, creo que ya llegaron.

Vimos como la puerta del baño donde nos metimos para esperar que llegará el FBI, caía alguien la había derrumbado. Miré quien había sido el responsable y era Andrew lo miré y corrí a el para abrazarlo el me correspondió el abrazo, abrazandome más fuerte.

Cuando nos separamos el me miro directamente a los ojos y sin previo aviso me beso tiernamente, nos separamos y el volvió a mirarme a los ojos.—Ema, se qué este no es el mejor momento. –se calló. —¿Quieres ser mi novia? –soltó de repente.

—Yo c...

—No quiero arruinar su momento pero es que salir de aquí e irnos. –me interrumpió Anjoly.

Me había olvidado de que Awilda y Anjoly estaban aquí.

—Anjoly tiene razón es que salír. –apoyó Awilda.

Los cuatro salimos del baño caminamos fuera de la habitación donde estaba el baño. Débora nos pasó por el lado corriendo desesperada no le di importancia.

—¿Donde está Awilda? –preguntó Anjoly ya llegando al final de la escalera.

—Ella venía con nosotros como se nos pudo haber perdido. –digo.

—Iré por ella. –dice rápidamente Anjoly.

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What's up piojitos de grape 🍇.

Besitos de velvet y corazones strawberry 🍓.
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