Capítulo XXXIII

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Awilda

Caminé tras de Débora para ver hasta donde llegaría, sus intenciones se ven que es de escapar, pero no se lo permitiré esa bruja pagará por haberme pegado.

—DÉBORA.–llamé.

Ella volteo a mirarme para luego mandarse a correr la seguí subió unos escalones, yo lo hice igual, no le dejaría que se escape.

Llegué tras de ella hasta lo que parece ser el hecho.

—Débora, para, ya no tienes a donde correr. –ella me miró y me sonrió cínicamente.

—Eso es lo que piensas, pero me iré de aquí sin que nadie pueda hacer nada.

—Sobre mi cadáver. –digo.

—No me importa. –Débora sacó un arma de la parte trasera del pantalón y me apuntó.

—Débora, baja eso.–traté de acercarme.

—No te muevas.

—Débora baja esa arma de seguro no sabes usarla y se te puede escapar un bala. –le digo un poco asustada.

—Cállate estúpida, que todo esto es tu culpa.

—No es cierto y lo sabes bien.

—Si lo es, si no te ubieras metido con Brent, con MI Brent no estaríamos en esta situación. –dice resaltando el mi.

—Débora baja el arma y deja de culparme, yo no sabía que pasaría eso, todo fue un acidente. –la miré a los ojos y pude ver que están lleno de rabia y venganza.

—Despidete de este mundo Awilda. –negué con la cabeza ella me iba a dispar pero escuchamos su nombre.

—DÉBORA.–Anjoly había subido a donde nos encontramos, se aproximó a Débora.

—No te muevas Anjoly. –dijo de Débora apuntando el arma esta ves a dirección de Anjoly.

Yo aprovecharía este momento para quitarle el arma pero Débora se dio cuenta y me apuntó con el arma de nuevo. Anjoly se le lanzó en sima y empezaron a forsegiar por el arma.

Escuché el sonido de un disparo escaparse y luego sentí un fuerte dolor en mi hombro derecho, el tiro había impactado en mi.

Empezó a salir sangre de mi hombro. —Ahhh.–gemí.

—Mira lo que hiciste loca. –escuche como le día Anjoly a Débora.

—Espero se muera. –contra atacó Débora.

Ví como Débora y Anjoly seguían forseguiando cada ves se acercaban más a la orilla del techo y de un momento a otro ví como Débora tropezó con un tubo haciendo que se resbalaran y calleran.

—ANJOLY.–dije con dificultad agarrando mi hombro el cual no paraba de salir sangre.

Me acerque hasta la orilla del techo a paso lento para ver donde habían caído Anjoly y Débora miré hacia abajo y ví la peor imagen de mi vida.

Anjoly y Débora en medio de un charco de sangre, no puede controlas mis lágrimas la cuales empezaron a salir sin permiso.

—Perdón Anjoly. –susurré alejandome de la orilla.

Sentí un fuerte mareo que me hizo caer, me siento muy débil he sangrado mucho y ya no aguanto más. Siento como mis párpados se vuelve pesado empece a cerrar los ojos y luego ví todo negro.

                    (......)

Ema

Andrew y yo llevamos un buen rato buscando por donde salir pero esta casa parece un laberinto. Hace rato en el que se fué Anjoly en busca de Awilda y todabia no regresan.

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