[ contenido fuerte, si eres sensible no leer. Ya estás advertido/a ]Tyler despertó en un cuarto oscuro, con solo una pequeña ventana en lo alto del muro dejando entrar un poco de luz. Miró sus rodillas y las vio sangrar al igual que las palmas de sus manos.
Su cuerpo estaba helado, sus labios casi morados y tiritaba fuertemente.
No recordaba que estaba haciendo allí, pero al recordarlo se paró como pudo y fue hacia la puerta de metal.
Comenzó a golpearla mientras lloraba desesperado, debía salir y buscar a Joshua. Afirmó fuerte la manta para cubrir su cuerpo y se encaramó en unas piedras salidas de la pared musgosa para ver por la ventana, dejando a la vista un campo seco y un día nublado.
Estaba lejos de casa... lo podía sentir.
Se sentó contra la pared cerrando los ojos y dejando caer rendido unas cuantas lágrimas más.
Hasta que escuchó unos fuertes sollozos providentes del otro lado de la pared. Se puso en rodillas con dolor y pegó su oído a la pared escuchando mejor.
Y se atrevió a hablar.
- H-Hola?
Los sollozos pararon.
- T-Tyler?
Escuchó la voz de Joshua del otro lado perfectamente. Sintió una extraña tranquilidad y felicidad inexplicable, se olvidó en donde estaba en esos momentos.
- Joshua! Es usted, ¿E-Está bien?
- Tyler - se escuchó la voz del mayor quebrada - perdoname, por favor.
- no hay razones, usted no tuvo la culpa de lo qué pasó.
Tyler se apoyó por completo a la pared mientras una sonrisa decaída se formaba. Estaban en el infierno pagando sus pecados, estaba ardiendo por amar a otro hombre... sufría por nada.
- saldremos de esta Ty, te lo prometo.
Tyler sonrió por el apodo.
- Ty?
- siempre me gustó la idea de llamarte así, pero no me atrevía hasta ahora... porque si no s-salimos de esta, quiero que lo recuerdes hasta el final... mi dulce Ty.
- me parece muy lindo Joshie.
Ambos sonrieron sin saber que realmente lo estaban haciendo. Se amaban.
Luego de un silencio Tyler vio como su puerta era abierta bruscamente, dejando ver a un hombre grande, viejo y para nada agradable a la vista. Miraba con unos ojos extraños al menor quien se cubrió con la manta rápidamente dejando caer unas cuantas lágrimas.
La puerta fue cerrada a sus espaldas. El hombre se quedó mirando al menor sin dejar esa mirada tan extraña.
Tyler sentí mucho miedo y desconfianza.
- Tyler?
Se escuchó la voz de Joshua del otro lado.
La puerta de Joshua también fue abierta, entrando un guardia quien tomó al peli negro de los brazos fuertemente y lo llevó a la celda del menor.
Al entrar Joshua se separó del guardia y fue a abrazar al menor quien sin poder creer lo que ocurría se aferró al cuerpo del mayor. Ambos eran un mar de lágrimas y miedos.
- separados!
Grito un guardia, quien tomaba al mayor y lo sentaba en una silla la cual llevaron especialmente para el. Lo amarraron a tal y dejaron su vista clavada en el menor. Joshua estaba muy confundido al igual que el menor.
Uno de los tantos guardias se acercó al oído del mayor y susurró.
- Te gusta tener sexo con esta escoria? Pues te mostraremos lo asqueroso que se ve.
El hombre viejo se acercó al menor quitándole la manta. Este se intentó cubrir con sus brazos y manos pero fue casi imposible no dejar algo a la vista. Sus labios temblaban por el miedo y no dejaba de llorar por lo aterrado que estaba.
- no le hagan nada! ¡Por favor, hagan lo que quieran conmigo pero no lo toquen!
Suplico Joshua pero fue ignorado y forzado a ver tal escena.
- ¿como se verá esa escoria teniendo orgasmos?
Preguntó el guardia en el oído de Joshua. Este intentaba cerrar los ojos y gritar pero había sido completamente inmovilizado.
Estaba viendo y escuchando todo.
Era desgarrador escuchar los gritos del menor. Era repugnante ver tal escenario.
Las lágrimas caían de los ojos de Joshua. Su corazón se sentía apretarse y le costaba respirar.
Estaba viendo al amor de su vida ser violado por unos desconocidos.
Unos hombres seguidores y fieles a la iglesia y la religión.
Ellos debían estar siendo torturados, no él y Tyler.
Joshua luego de unos minutos dejó de escuchar las súplicas, gritos y llantos del menor. Lo veía sin moverse en la posición en la que estaba con tal hombre. Este solo ignoraba y seguía.
Al separarse lo dejó ver. La manta en la que antes estaba cubierto ahora estaba con manchas color rojas.
Estaba pálido, sus labios secos y completamente inconsciente.
Joshua no soportó. Se quebró como nunca antes.
Los guardias lo desataron. Sabían que estaba débil y no haría nada más que ir hacia el castaño. El peli negro gateó hacia el menor, viendo como estaba. Agarró la cabeza de este y la apoyó en su pecho abrazándolo. Estaba tan helado, parecía muerto....
Pero aún respiraba.
Los hombres salieron dejándolo solo con el castaño.
No quería más torturas.