Joshua no entendía nada. Había caminado más de dos horas, y extrañamente sentía que seguía en el mismo lugar.Habían árboles gigantes y muy cerca uno del otro, lo extraño es que todos eran iguales. Comenzó a sentirse nervioso, ¿donde estaba? ¿Donde estaba Tyler?
¿que había ocurrido realmente?
Se tiro rendido al trigo, aplastando parte de este. Se sentía mareado. Comenzó a mirar el cielo, viéndolo rojizo y anaranjado... ¿que debía hacer?
Toco su nuca, no sintió nada... ni una pequeña herida. Al revisar sus rodillas o manos se dio cuenta que también no tenían nada. Se tocó la piel sintiéndola suave.
Se paró otra vez y comenzó a correr. Cada vez pasaba más y más árboles hasta que a lo lejos vio un pueblo. Era hermoso.
Caminó ya agotado hacia este. Había mucha gente, todo era tan distinto... nada era gris, todo tenía color.
Niños correteaban, mujeres caminando del brazo con otras más ancianas y hombre trabajando mientras se contaban uno que otro chiste entre ellos.
Joshua caminaba desorientado, ¿donde estaba el miedo? ¿La reservación?
Joshua miraba atontado el pueblo. Intentó recordar si había visto este lugar en algún lado, pero nada.
Entró a una caverna, en la cual salía música. Todos bailaban, y sonreían, Joshua era el único serio y extrañado.
Buscó con la mirada pero aún no había rastro del castaño. Se sentía desesperado.
Salió de la caverna con la mirada gacha, ¿y si lo había perdido para siempre? No quería pensar eso.
Mientras seguía recorriendo él desconocido pueblo vio a unos pequeños niños con unas cuantas flores correr riendo hacia atrás de unos árboles, al fondo de todas las casas. Eran unos 4 niños pequeños, corriendo hacia tal lugar con sus manos llenas de flores.
Siguió a tales pequeños, con una sensación extraña en el pecho. Pasó por atrás de unos árboles y una cortina de plantas las cuales le impedían ver que había atrás. Al ver sintió su corazón latir rápidamente, sus manos temblaban y sus ojos se ponían llorosos de la felicidad.
- T-Tyler...
El nombrado estaba sentado en una roca mientras reía junto a los pequeños niños. Les estaba enseñando a hacer coronas de flores. El castaño tenía una corona de flores en el cabello, ocupaba una larga blusa blanca la cual dejaba al descubierto sus delgadas piernas sumergidas en el agua cristalina y brillante por los pocos rayos que entraban entre los árboles.
Este miró a Joshua... pero sus ojos demostraban confusión.
- lo puedo ayudar en algo?
Preguntó iluso mientras intentaba ser amable. Joshua sentía sus lágrimas caer, ¿a que se refería con ayudarlo en algo?
- ¡Tyler!
Joshua corrió hacia el menor y lo abrazó fuertemente. Su llanto mojaba el hombro del castaño quien intentaba alejarlo.
- n-no, suélteme por favor!
Tyler empujó al mayor y tomó las manos de los pequeños, saliendo de tal lugar casi corriendo, dejando tirada su corona de flores.
Joshua se quedó mirando por el camino en el que se había ido, extrañado y adolorido...
Su corazón se sentía apretado.