[064]

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Bennet & Howard.

—¿Un café, Sr. Ryu?

La atención del hombre abandonó los papeles entre sus manos para pasarse hacia la puerta de su despacho, sus cansados ojos divisando con dificultad a su compañero mientras éste alzaba con una sonrisa dos vasos de plástico rodeados por cartón, dejando uno de ellos sobre su escritorio al alcanzarlo.

—Gracias, Baekmin —Suspiró antes de tomar el vaso, quitándose los lentes para frotar sus ojos antes de darle un largo sorbo al café negro que el menor acababa de traerle.

—Suena algo cansado, ¿aún no completa su investigación de los sujetos?

—Sí, ya recopilé todos sus antecedentes, e incluso terminé el informe de delitos, eso fue fácil de hecho, lo difícil ahora está en qué hacer con ellos...

—¿No sabe qué hacer con asesinos y traficantes? —Cuestionó el castaño con cierta duda en su voz, sentándose sobre el escritorio del contrario para mirar más de cerca los documentos sobre éste.

—No sé qué hacer con estos tres específicamente.

Usando sus dedos el hombre deslizó tres documentos fuera de la pila de papeles, en los cuales las fotos de tres jóvenes llamaron la atención del menor enseguida.

—El más sencillo sería este de aquí —Comentó el hombre, señalando con su dedo índice la foto enlazada al primer informe que mostraba el rostro de un joven de cabello azabache, sus ojos se veían tan oscuros y carentes de vida que aunque supieras que sólo miraba a la cámara, sentías que de alguna manera era capaz de ver a través de ti—. Min Yoongi; asesinatos en primer grado, vandalismo, tráfico de drogas y armas, secuestro, entre otros.

—¿Y qué es lo que pasa con él?

—Tan sólo con veinte años tiene el perfil criminal de los delincuentes más buscados en este cuartel policial.

—Se habrá criado en alguna ciudad con gran tasa criminal —Asumió Baekmin, pero enseguida el hombre le acercó un par de papeles más.

—Viene de una urbanización y de familia adinerada.

—¿Fue influenciado?

—Sus padres lo abandonaron a los quince años, se negó a contactar a la policía hasta el cansancio para buscar su paradero, por lo que nadie sabe hasta día de hoy dónde están, tampoco hay registros de que posea algún familiar más.

—Por eso no tenemos ningún informe de él...

—Quería ser lo más invisible posible, aún reside en la casa de sus padres, donde él mismo paga todas sus facturas, sin fallar ni una sola vez desde su cumpleaños número dieciocho, antes de ello hay ingresos registrados desde una cuenta privada, no hay que ser el mejor detective de Seúl para deducir que pertenece a sus padres.

—Dejaron de cubrir los gastos de la residencia a penas cumplió los dieciocho... ¿hay registros de grandes cantidades de dinero por pagar?

—No, su consumo eléctrico era bastante ordinario.

—¿Ningún problema legal que pudiésemos haber descubierto antes?

—No sin investigar.

—Lo hizo bien para pasar desapercibido.

—Podríamos rastrear a sus padres desde la cuenta con la que pagaban, pero no hay muchas posibilidades de conseguirlos, y ya que es mayor de edad, dudo que nos sirva de algo.

—¿Eso es todo lo que le preocupa acerca de él, señor?

—Hay algo más.

Una grabadora fue colocada sobre la superficie del escritorio, la cual fue encendida por Ryu, dejándola correr hasta que la voz fría y apagada del acusado empezó a escucharse, su respiración y su timbre eran tan calmados que, en el contexto en que se encontraba, y asimilando sus palabras, llegaba a ser de cierta manera una situación bastante tétrica.

Under the blooming roses - ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora