[044]

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Game over.

Escuchaba los pasos bajar las escaleras desde el interior de la casa, y no podía evitar pensar en lo malditamente lenta que era su novia al caminar.

Los repiqueteos de su pie en el pavimento eran rápidos e incesantes, pero ella ni siquiera era consciente de lo que estaba haciendo.

Los pasos se detuvieron frente a la puerta y al fin ésta se abrió.

—Chaeyoung, tengo que hablar conti...

El rostro de Jennie se frunció por completo al mismo tiempo en que el semblante de Lisa era dominado por el asco.

—¿Qué haces aquí, Kim?

—¿Dónde está Chaeyoung?

—Eso no es tu problema.

—¡Lisa! ¡¿Quién está en la puerta?!

Nuevos pasos se acercaron, y con la aparición de la neozelandesa la tensión se calmó un poco.

—¡Jennie, no pensé que vendrías hoy! —Chaeyoung se lanzó a los brazos de la mayor y ésta la recibió con un abrazo, solamente para escuchar las palabras que la castaña susurró en su oído—. Intenta conocer un poco a Lisa, por favor.

—Hoy no es un buen día para eso, tengo que hablar...

—Te lo ruego, haré lo que sea.

Jennie suspiró antes de apretar con más fuerza a la menor contra su cuerpo y dejarla ir, formando una sonrisa resignada que se convirtió en una mueca en cuanto volvió a conectar con la mirada de la tailandesa.

—Ven, estamos viendo películas y comiendo galletas.

Jennie las siguió con cierta distancia hasta alcanzarlas dentro de la habitación, donde Chaeyoung cerró la puerta e hizo que se sentara junto a ella en la cama, dejando a Lisa sentarse en el suelo frente a ellas.

—Ah... bueno... ¿por qué no se presentan?

Ambas adolescentes miraron con cansancio a la neozelandesa, y ésta no pudo evitar encogerse en su lugar, lo que hizo que Jennie soltara un suspiro y tomara su mano.

—Ya sabemos nuestros nombres, Rosie. No hay necesidad de presentarnos.

—¿Estás segura de eso? Porque realmente creo que tu cerebro no procesa que mi nombre es Lalisa, no Manoban.

—Claro que lo hace, el tema es que los dos son asquerosamente ridículos, y tu nombre se lleva el premio, nunca escucharás esa estupidez salir de mi boca.

La mano de Jennie fue apretada con la suficiente fuerza para ganar su atención, haciendo que ésta notara la súplica en el rostro de Chaeyoung.

¿Por qué le interesaba tanto que convivieran?

—Lisa... debo decirte algo.

La total atención de las presentes fue posada sobre la neozelandesa nuevamente, haciendo que ella tragara duro y abriera la boca preparándose para hablar, mirando de reojo a Jennie en busca de algo de tranquilidad.

—Yo... Jennie y yo... uh...

—¿Qué pasa, Chaeyoung?

Chaeyoung tragó duro, apretando con fuerza la mano de la morena incapaz de soltar aquellas palabras que le ahogaba no ser capaz de expulsar.

Alzó la mirada, frunció los labios, y suspiró.

—Jennie y yo somos novias.

Casi se pudo ver a través de los ojos de la tailandesa cómo su corazón se rompía dentro de su pecho, pero a pesar de ello, ninguna emoción se mostró en el rostro de ésta.

Under the blooming roses - ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora