[011]

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Dulce amenaza.

—¿Quién accede a tener una relación así de falsa? —Cuestionó Suga, tomando de la muñeca a la menor para sacarla de un tirón de su cama, lanzándose él sobre ésta mientras estiraba sus piernas y brazos sobre el viejo colchón—. En cualquier momento vas a dejar de saber dónde está la línea entre el amor y la amistad, y cualquiera de las dos será fingida.

—Ya lo sé, pero tu vecina vive en un mundo de fantasía —Suspiró mientras a regañadientes tomaba asiento en el pequeño sillón frente a la ventana, teniendo mucho cuidado de no tocar los vidrios rotos de ésta.

—Sabes que va a tener traumas con eso ¿no?

—¿Ah?

—Yo conozco a Lalisa, ellas dos eran uña y carne, dudo que después de que ella le hiciera eso no piense que cualquier otra persona le haga lo mismo pero al contrario.

Jennie lo miró durante mucho tiempo intentando entender todo lo que había dicho, pero por mucho que se esforzó no logró nada.

—¿Qué carajo acabas de decir?

Suga soltó un bufido cansado y entonces se sentó en el borde de la cama para explicar mejor.

—Lalisa era la persona en la que más confiaba Chaeyoung.

—Sí, ella me dijo eso.

—Entonces, si ella fingió todo ese tiempo ser sólo su amiga para obtener lo que quería ¿por qué no podría pasarle lo mismo con otra persona pero de otra forma?

—¿A qué forma te refieres?

—No va a querer tener ninguna relación amorosa con nadie porque va a tener miedo de que sólo la quieran para cogérsela y una vez que lo consigan la dejen, según lo que me contaste Lalisa no dijo nunca que esa era su intención, pero Chaeyoung debe pensar eso.

—Sí que la conoces ¿ah?

—En realidad conozco a su ser de once años, pero dudo que haya cambiado esa tendencia de exagerar la importancia el quíntuple de veces que en verdad tienen.

—Si tú me hubieras hecho lo de Manoban no me habría puesto en ese drama.

—Ni yo, pero así es una chica blanda que no ha pasado dificultad en ningún momento de su vida.

La mirada de Jennie pasó de los desinterados ojos negros de Suga a la casa de la pelirroja, la ventana de su amigo conectaba perfectamente con la de su tutora, a quien podía ver completamente desde su lugar.

Caminaba en círculos en su habitación, se podía ver aparecer y desaparecer repetidas veces por la ventana hasta que se detuvo justo en el centro de ésta, parecía leer algo en su teléfono, lo cual no debía ser nada bueno.

La pelirroja estaba jalando su cabello lo más fuerte que podía mientras una mueca en su rostro aparecía, estaba llorando de la forma más fuerte posible.

—Está teniendo un ataque —Susurró, el chico se acercó a ella y miró a la ventana de la menor, su ceño se frunció al escuchar a lo lejos las palabras que había gritado.

—¿"Espero que mueras"?

—Mierda, se volvió loca.

—Ve con ella.

—¿Y yo por qué?

—No te cobraré la botella.

—¿Y los cigarrillos?

—Está bien —Suspiró mientras hacía ojos bizcos, haciéndose a un lado para darle permiso a la otra de pasar junto a él.

—Así se hacen negocios.

Under the blooming roses - ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora