J ED.
—¿Puedes explicarme una vez más qué mierda vamos a hacer? —Preguntó Lisa una tercera vez, mirando de reojo a la pelirroja sentada a su lado con cuidado de no perder toda la atención que tenía en las calles que transitaban.
Chaeyoung bufó ante la pregunta de su amiga, los nervios que llenaban todo su cuerpo la estaban haciendo demasiado susceptible al estrés.
—Tú sólo me llevarás a donde te pedí y te quedarás esperando fuera, sólo tomará unos minutos.
—¿Y tú qué harás?
—Iré a buscar a Jennie.
—¿Puedes repetir por qué irás a buscarla después de pasar meses odiando hasta su nombre?
—Porque hay algo que no me cuadra, ¿entiendes? Conozco a Jennie, ella no es de huir de sus problemas, y odia las mentiras, o al menos eso quiero creer...
—Bien... ¿y cómo sabes que estará ahí?
—Es el único lugar en el que no la he buscado aún.
Siendo guiadas por las vagas direcciones de Chaeyoung y perdiéndose un par de veces, lograron llegar al lugar finalmente, y a penas el auto se detuvo y Lisa vio el edificio que las enfrentaba ésta tomó con fuerza el cinturón que mantenía a Chaeyoung apegada al asiento, evitando que ésta última fuera capaz de bajarse del auto.
—Ni drogada dejaré que vayas a ese lugar —Gruñó sin ver a la mayor realmente, siendo su atención acaparada completamente por el chico que acababa de caer por una ventana desde el segundo piso, su mano ciñéndose con aún más fuerza al cinturón al ver al mismo chico levantarse entre risas para luego explotar en vómito—. ¡¿Cómo puedes siquiera pensar en entrar allí?!
—Ya he entrado ahí varias veces, déjame ir.
—¡Ni loca! ¡Te van a hacer pudín de fresa allá adentro!
—Lisa... entraré quieras o no.
—Pues no irás sola.
—No te dejarán entrar.
—¿Y por qué a ti sí te dejarían?
—Porque tengo esto —Rápidamente la neozelandesa llevó su mano izquierda a su cuello, tomando el collar que lo rodeaba para mostrárselo a la castaña—. Sin uno no puedes entrar.
—¿De dónde sacaste eso?
—Me lo dio Jennie.
—¿Qué clase de novia tenías?
—Ni siquiera yo lo sé —Suspiró, devolviendo su mirada al edificio en ruinas que se alzaba frente a sus ojos—, pero quiero averiguarlo.
—Me sigue pareciendo una pésima idea.
—Estaré bien, sólo tienes que esperar aquí, si en veinte minutos no he vuelto pues... sí puedes empezar a preocuparte.
—Eso me calma tanto, Chaeyoung —Bufó con ironía, ganando otra vez la atención de la mayor, quien tomó con firmeza la mano con la que sostenía el cinturón.
—Puedo hacerlo, Lisa. Ya no necesito que me protejas, puedo hacerlo por mí misma.
—Si algo te pasa ahí dentro no permitiré que sigas haciendo estas locuras —Bufó resignada, liberando a la pelirroja finalmente—. Y también le diré a tu madre, si supiera que estás aquí ya estarías castigada hasta cumplir cuarenta años.
—Pero no lo sabe —Rió brevemente, abriendo la puerta del auto y saliendo de éste de un salto.
Su sonrisa se fue desvaneciendo con cada paso que daba hacia ese lúgubre lugar que era forzadamente iluminado en su interior por tantas luces neones que incluso desde el exterior las paredes brillaban, pero aún así Chaeyoung no podía dejar de sentir que aunque ese lugar estuviera absorbiendo toda la luz de la luna, éste no podría dejar de sentirse como un cementerio de sueños.
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Under the blooming roses - Chaennie
FanfictionEl mundo de Chaeyoung se derrumba cuando descubre que la persona en la que más confía en el mundo resulta haberle mentido por mucho tiempo, dejándola en un estado de suspensión muy confuso. Pero justo cuando más lo necesita llega una persona a su vi...