Amor

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La hora de su tercera audiencia con el rey llegó y Todoroki lo acompañó a la sala del trono con una expresión menos turbia que la de la noche anterior. El salón estaba vacío y el aire de pronto se sintió más pesado para el humano.

Enji seguía molesto con él, sus ojos crueles lo dejaban muy en claro, pero Izuku no cedió. Hizo una reverencia rígida y esperó pacientemente a que el hombre pronunciara la primera palabra.

—Háblame de lo que sucedió en Grimrah.

Midoriya se tomó el tiempo necesario para explicar lo acontecido con detalle, pasando desde el primer rugido hasta el cielo oscurecido que los sumergió en una aparentemente interminable noche. Descubrió, luego del relato, que ya no recordaba el suceso con temor, sino con deseo de hacer justicia.

—¿Cómo obtuviste la espada?

De nuevo, se tomó su tiempo para explicar la historia.

—El hombre que te acompaña, es el gobernante de Vhakan, ¿cierto? —Izuku asintió; ellos ya habían hablado con Kacchan y seguramente solo querían comprobar la información. —¿Cómo lograste que te siguiera?

—Bueno, los atacantes de Grimrah también atacaron Vhakan. —pasó su peso de un pie a otro, ya cansado. —él aceptó acompañarme porque quiere encontrarlos.

—No creo que su enfermedad le permita llegar muy lejos. —el humano frunció el ceño y se tragó el insulto que quiso soltarle al rey. —¿Cómo la adquirió?

—Luchamos contra una hidra.

El hombre pareció impresionado.

—¿Hace cuánto?

—Uh, no lo sé... unos pocos días después del ataque a Grimrah.

—¿Y como están tan seguros de que son ustedes los que cumplirán la profecía?

Tal como las veces anteriores, Izuku quiso insultarlo, pero como no podía hacerlo, respondió con palabras ácidas.

—Estoy seguro de que usted, majestad, con su amplio conocimiento de nuestra tierra, habrá escuchado hablar de Sir Nighteye, un hombre capaz de ver el futuro de las personas.

Enji apretó los labios y sus dedos se crisparon sobre los reposabrazos del trono.

—Ciertamente.

—Él confirmó frente al rey Yagi la posición que el rey Bakugo y yo tenemos dentro de la profecía. —se sintió extraño decir el apellido del cenizo, pero la formalidad era necesaria para no hacer que el hombre se viera débil frente a Enji.

Hubo un muy largo silencio. El pelirrojo lo observó de arriba a abajo con desdén, apoyando sus brazos cruzados sobre su pecho y después gruñó.

—Dices que ellos están refugiándose en Tarem, ¿verdad?

—Es lo que creemos.

—No podemos descartar Carym, aun así. ¿Crees que estén planeando más ataques?

—Lo más probable es que si, señor, pero de momento no hemos sufrido ninguno.

—¿Qué sabes de Berrath?

—Que solía ser gobernada por los ra'ka plata y que es cercana a Tarem.

Shoto intervino en este punto, algo fastidiado de las constantes preguntas de su padre, pero entendiendo a donde quería llegar.

—Es imposible llegar a ella ya que el único punto de acceso se encuentra atravesando Tarem. —explicó, dando un paso al frente.

Enji miró a su hijo con una extraña mezcla de orgullo y molestia antes de girarse para seguir hablándole a Izuku.

Vhakan; [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora