Sobrevivientes

Capítulo 7

Comenzó por mostrarle el comedor, que era la habitación continua a la de la cocina. También le explicó los horarios de comida.

A medida que iban entre las habitaciones, Cassandra le iba nombrando algunas normas de su pequeña comunidad de diez personas.

—¿Quién está al mando?

La pregunta descolocó a la chica.

—Elegimos democráticamente cada año y siempre dos al mando para que no hay abuso de poder y esas chorradas. Hace unos meses que somos Brooke y yo.

Él asintió levemente.

—Lo supuse cuando estuvimos en el edificio, cuando los otros dos chicos te dejaron decidir a ti.

—Caroline y Darrell.

Michael volvió a asentir.

—Pero luego me pareció extraño que dejaras hablar a Brooke.

Cass continuó con su recorrido. Le mostró el gimnasio, donde estaría obligado a hacer una hora de ejercicio diario para mantenerse en forma. Luego, el baño donde solían asearse.

—¿De dónde sacan el agua?

—Ethan era ingeniero hidráulico —señaló.— y este asilo contaba con un tanque que aprovechaba el agua de lluvia. Lo modificó para que sólo se abasteciera de aquello y que el agua sólo llegara hasta esta sala.

En cuanto terminó de hablar siguió caminando. Llegaron hasta la puerta del jardín, donde le indicó que se encontraba la huerta y el gallinero.

—¿Cómo consiguieron las gallinas?

—A unas millas de la ciudad nos topamos con una granja. Había algunas gallinas sueltas así que nos trajimos cuantas encontramos.

El chico asintió y continuaron con su recorrido.

Luego le mostró una pequeña salita donde tan sólo poseía una camilla, en caso de emergencia donde hubiera algún herido que no pudiera subir hasta el segundo piso, lo atenderían allí.

Subieron a la primera planta y le indicó que ahí estaban los dormitorios.

—Luego hablaré con Coop para ver con quien dormirás.

Él estudió su rostro durante unos segundos, decidiendo si decir o no un comentario irónico.

—Dormir contigo estaría bien, gracias.

Cass frunció el ceño y le devolvió la mirada. Aunque en verdad se estaba concentrando para no sonrojarse.

—Sigamos.

Subieron una planta más, donde ahí era donde ocurría «toda la magia».

Frente a las escaleras estaba la habitación que daba al frente, ahí era donde se hacia la guardia del frente.

Cassandra dio unos pequeños golpes a la puerta antes de pasar.

—¡Eh! Hola Cassie —exclamó una chica rubia de pelo corto.

—Hola Becca. Hola Owen —Cass también saludó al chico que estaba en la otra ventana, girado para poder hablar con Becca para pasar el rato.

El chico era corpulento y llevaba el pelo siempre rapad; aún pasado tanto meses juntos, no sabían de qué color era en específico.

La rubia se encontraba limpiando un francotirador, su favorito, por ende también le agradaba hacer guardia. Siempre se pedía la primera guardia del día.

—¿Quién está contigo? —Preguntó Owen señalando al desconocido para ellos.

Cuando estuvo a pocos metros de ellos, Becca pareció reconocerlo.