Capítulo 11

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Nunca llegaron. Habían pasado semanas desde que vieron el informe en el televisor, pero nunca vieron nada.

Toda la universidad había colocado sabanas sobre los techos y las clases habían continuado como si nada.

Pero con el paso del tiempo, cada vez más alumnos se ausentaban y volvían a sus casas por cuenta propia.

Finalmente, las clases se suspendieron cuando hubo un corte de luz masivo en toda la ciudad de Miami.

Los directivos dijeron que se retomarían las clases cuando volviera la luz. Algo que nunca pasó.

Pero siguieron esperando.

Las cinco chicas comenzaron a dormir juntas en una habitación, mientras que Cooper con sus padres dormían en la de él, pues su compañero de habitación había desaparecido el día siguiente al mensaje en las noticias.

Grace, la madre de Cooper y Destiny, enseñaba botánica en la universidad. Teniendo acceso al campo docente, tenía informado a sus hijos y sus amigos de algunas cuestiones.

Becca intentó comunicarse con sus padres. A su madre había logrado hablar con ella en los primeros días, tenían la certeza que iban a evacuarla y, según ella, su padre se había ofrecido como voluntario para evacuar a los ciudadanos. Nunca más supo de ellos.

En cambio, Cassandra y Conny nunca lograron comunicarse con alguno de los dos. Los padres de Conny se habían ido de vacaciones a México durante algunas semanas. Su último contacto fue dos semanas antes del reportaje.

Brooke fue la que tuvo suerte. Aunque a su madre no la había ubicado, a su padre sí. Él hacia unos años que se había mudado a Inglaterra y le contestó la llamada con rapidez y preocupación.

Le informó que en toda Europa había noticias del misterioso brote que había surgido en América. Sólo en aquel continente. Le ofreció el primer vuelo que saliera de Miami hacia Inglaterra, pero no había ninguno. Todos los aeropuertos europeos no permitían la entrada a ninguno americano. Ni ningún otro lugar del mundo.

Continuaron con la esperanza que los evacuaran. Pero los días se convirtieron en semanas. Entonces, se dieron cuenta que ya hacía un mes que se encontraban sin luz. Habían pasado dos meses desde que el brote había aparecido en el sur del país y no tenían ni idea del resto.

No quedaban ni cien estudiantes en la residencia donde vivían las chicas, pero la comida ya se comenzaba a agotar.

Los profesores habían desaparecido. Seguramente habían vuelto a sus casas o evacuado por sus propios medios como muchos otros estudiantes.

Pero entonces, se dieron cuenta la magnitud de la situación.

Las cinco chicas estaban refugiadas en la habitación, como siempre. Era de día y hacía mucho calor así que dejaron la ventana abierta.

Podían escuchar como los estudiantes que se tomaban la situación con poca seriedad se encontraban en el jardín de la residencia, disfrutando del buen tiempo y tomándose con diversión el tiempo libre.

Entonces, escucharon con mucha precisión las voces de algunas chicas.

—¡No lo molestes, Dylan!

Las cinco chicas reconocieron esa voz con facilidad. Se trataba de Alison, una chica que estudiaba periodismo con Conny. La chica se creía la reina de la universidad desde que había dejado de tener uso. Y aquel Dylan era su rey.

Todas se levantaron del piso y corrieron a la ventana.

Estaban en un segundo piso, por lo que podían ver la escena sin dificultad.

SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora