Capítulo 11: Intruso... ¿O Intrusa?

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Jay camina muy cerca de la habitación de Carlos por la noche. Él quiere hablar con él para decirle que permitir a Jane entrar a las cocinas es muy peligroso.

Y su padre, Jafar, estuvo a punto de descubrirlos de no ser por su intervención. Por fortuna Carlos supo esconderse bien.

Antes de tocar escucha risitas del otro lado, y confundido, frunce el ceño pegando el oído a la madera. Definitivamente alguien estaba acompañándolo. Y por lo que escuchaba se están divirtiendo bastante.

¿Carlos estaba con alguien cuándo poco tiempo atrás le había dicho que amaba a Jane?

Se aleja por el corredor decidiendo volver en otro momento. No quería interrumpir y quedarse con traumas de por vida.

Piensa en ir con Evie pero desecha la idea tan pronto como recuerda que ella probablemente no quiera verlo. Hay cosas de las que debe disculparse pero siente que no es lo más conveniente justo ahora.

Sin nada qué hacer, estresado a más no poder y ligeramente preocupado Mal desde su desaparición, comienza a caminar al salón de las armas donde se guardan prácticamente todo un arsenal de las mejores armaduras, espaldas y toda clase de arma en caso de guerra.

Era su lugar favorito.

La puerta está entre abierta y de inmediato sabe que algo va mal. Nunca se abría ese lugar sin su consentimiento. Cuando encuentra a un par de guardias inconscientes se da cuenta de que alguien se ha infiltrado. Busca una espada y de una patada ingresa al salón. Las luces están encendidas.

—Quien quiera que sea, le recomiendo que se entregue.

Guarda silencio mirando hacia todos lados, cuando en un parpadeo una espada pasa muy cerca de su cara y lo hace retroceder.

El intruso aparece y comienza a enfrentarlo blandiendo la espalda a diestra y siniestra, admitiendo Jay para sí que con esfuerzo podía seguir el ritmo impuesto. La agilidad, la fuerza y el enganche le sorprenden. Un verdadero reto para él.

—¿Quién eres? — lo mira de arriba a abajo, su cara cubierta por un casco con una red de metal le impide verle el rostro—¿Qué buscas?

No obtiene respuestas. Es nuevamente atacado sin descanso, llevándolo a un agotamiento en muy poco tiempo. En su defensa, había estado ocupado con asuntos diplomáticos por órdenes de Jafar y no había tenido tiempo de practicar ningún deporte.

Los ojos oscuros de su rival parecen brillar de emoción. Hay algo en sus movimientos que cambia de un momento a otro. Ya no parece un duelo a muerte, sino una confrontación entre amigos.

Una risa bastante femenina lo sacan de balance y termina derribado con la espada de su rival apuntándole en el pecho. Su espada termina lejos de su alcance y se ve sometido.

—¿Sabes? Habría esperado más del magnífico Jay.

—¿Eres... una chica?

—Lo soy.

Con una mano ella se deshace de la protección en su cara y Jay abre la boca al reconocer a la hija de Mulán frente a él.

—¿Cómo... Cómo...? —no encuentra palabras. Se siente humillado.

—Quita esa cara— le ofrece una mano para ayudarlo a ponerse de pie—. Perder contra una chica no es algo de lo que debas avergonzarte en estos días.

Jay la mira mal recogiendo su espada, observando como ella mueve el cabello castaño de un lado a otro. Sus ojos rasgados aún más pequeños debido a la enorme sonrisa que plasma con seguridad y confianza.

—Lonnie, no sé, ¿podrías explicarme qué demonios haces aquí?

Ella sonríe.

—... ¿Y me explicas también por qué no quieres asesinarme?

—Yo no tengo nada contra ti. Mi único objetivo es Maléfica.

—Creí que después de la coronación todos nos odiaban— dice confuso Jay.

—Ventajas de ser manipulados por sus padres, supongo. La mayoría siente pena.

—¿La mayoría?

—La resistencia— aclara ella con un aire de suficiencia—. Y tú vendrás conmigo, Jay.

—¿Por qué?

—Porque Mal dice que si no vas conmigo ella misma vendrá por ti a la mala.

(...)

—¡¿Cómo qué Úrsula murió?!

—Tritón la hizo pulpo asado— se ríe Jafar.

—Nos avisaron apenas hoy. El control del mar vuelve a manos del Dios de los océanos. La estúpida falló— se queja Grimhilde mirándose en su espejo de mano—. Bueno, no es como si fuera sorpresa que haya perdido de nuevo.

Maléfica está de acuerdo. Ursula nunca fue la más inteligente ni la más poderosa, y ahí estaban las consecuencias de su negligencia al decidir no intervenir.

Bueno, con ella iban tres villanos vencidos. Había subestimado mucho el poder malvado después de todo. Ya no podía seguir permitiendo que ellos ganaran más terreno. Ya no más.

—Me encargaré de eso después.

Cruella pasa los dedos sobre su nuevo abrigo de piel de zorro con aire ausente, mirando la nada. Jafar continúa limpiando la lámpara que había conseguido de las ruinas de su hogar y Grimhilde hablaba con su espejo. Maléfica es la única que se mantiene ocupada leyendo las nuevas proclamas que lanzará dentro de poco.

—¿Han sabido algo de Mal?— pregunta. Todos niegan.

—De ella no, pero me enteré por ahí que Hades merodea la zona oriental.

—¿Donde está el imperio chino de Mulán?

—El mismo.

Maléfica ahora comprende que Mal recurrió a esconderse al único lugar donde ella no podía acceder. Bien jugado.

Ahora tenía que idea un plan más. Como si tuviera el tiempo.

—Bueno, ¿quién tiene hambre?

Las tres mujeres miran mal al visir.

(...)

—¡Evie!

Doug despierta sudoroso en medio del bosque.

¿Cómo demonios llegó hasta ahí y por qué no recordaba nada?

Sacude la tierra de su pantalón beige y mira con curiosidad como de este sobresale un pañuelo azul.

Lo toma entre sus dedos, y sin saber el motivo, una sensación amarga invade su ser.

Siente un vacío tan enorme en su pecho que lo hacen sentir enfermo.

Comienza a caminar entre la oscuridad del bosque sin notar unos ojos azul eléctrico mirando cada que paso que da desde un escondite en los arbustos.

Evie cuida a Doug. Él tiene que estar siempre a salvo.

****

Es mejor que lo sepan desde ahora... Yo no shippeo la pareja de Jay y Lonnie. Pero todo puede pasar. Nunca digas de esta agua no beberé 🙊

¿Impresiones, dudas, preguntas? ¿No? Bueno...

¡Muchas gracias por su apoyo!

Un mundo de oscuridad ¦ Descendientes [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora