Mal camina de la mano de Ben por el bosque directo hacia una aldea improvisada en busca de reclutar a más gente que se una a la causa.
Mal ha sido absuelta de sus crímenes con la condición de cooperar activamente, dando información relevante sobre Maléfica y el Páramo. Acompañar a Ben también era una forma de cooperar.
Sabe que pudo ser peor.
—¿Estás seguro que no huirán al verme?
—Quédate atrás y no reveles tu rostro. Por ahora— le dice Ben tomando su mano—. Me dijeron que mi imagen ayudará a conseguir más ayuda, pero nunca he hecho esto.
Mal asiente y ejerce más presión en su agarre. Al llegar se detienen tras un árbol al lado de la carretera de tierra y miran el lugar. Hay mucha gente esparcida en carpas y unas cuantas personas más están alrededor de una fogata asando, lo que probablemente es, su comida. No hay niños a la vista.
—Bien... Ahora yo voy a— Ben es interrumpido por el relinchar de caballos.
Ambos miran el camino de tierra y se agachan cuando pasa un carruaje a su lado. Un carruaje con el sello de Maléfica.
—Esto no es bueno— murmura Ben—. ¿Qué buscará aquí?
—Información. Quiere dar con el paradero de Audrey y su familia— Mal sabe lo que viene a continuación—. Tenemos que irnos, ahora.
Ben mira los ojos asustados de Mal, de pronto ella ha perdido el color del rostro cuando echa un vistazo hacia donde se supone está Maléfica, no entiende qué le sucede. Ben la llama pero no obtiene respuesta. No es hasta ver la misma dirección que ella que se da cuenta de lo que la puso tan mal de un momento a otro.
—¿E?
Evie Grimhilde está ahí, junto a la Emperatriz del Mal, imperturbable.
Hace poco más de tres semanas había sido su último encuentro con la peliazul. Hay ojeras bajo sus ojos, una palidez casi enfermiza y, lo que más le sorprende, una expresión que la hacen ver... cruel. Intenta encontrar una explicación coherente para lo que está presenciando pero no puede.
Maléfica comienza el interrogatorio.
—¿Nadie sabe? ¿De verdad?
La pelimorada rápidamente intenta ponerse de pie pero es sujetada con fuerza. Lo mira con impotencia.
—Tengo que ir, Ben. Tengo que ayudarla.
Ben niega lentamente haciendo un gesto para que guarde silencio. Vuelven a poner atención a lo que sucede a tan solo unos metros de distancia.
—Te toca, Evie. Hazlo— dice en voz alta Maléfica señalando a un hombre arrodillado frente a ellas.
¿Hacer qué? ¡¿Por qué Evie obedece a Maléfica?!
Por unos microsegundos el tiempo parece hacerse más lento, el sonido de los pájaros y de la naturaleza se detienen.
El pecho del hombre es atravesado por la mano de Evie. Un movimiento rápido, certero, sin titubeo alguno. Extrae el corazón del hombre segundos después.
El grito de Mal es ahogado por la mano del chico sobre su boca, siendo abrazada para evitar que los descubran. Ben la sujeta cerrando los ojos con fuerza, consiente de las lágrimas de Mal mojando su mano y los sonidos desesperados que suelta contra su mano.
Ella lucha, se remueve, lo golpea para liberarse pero él no lo permite.
—Aplastalo. Acaba con la vida de este hombre.
—¿Debo?
—¡Sí!
Mal grita con más fuerza.
No, eso no era posible. Evie no sería capaz de hacerlo. Es consciente de cómo ella toma el brillante corazón entre sus dedos. Lo ve por largos segundos y lo analiza con calma.
Se encoge de hombros y lo aplasta.
Mal detiene sus intentos de liberarse. Se ha quedado completamente quieta entre los brazos de Ben.
—Tenemos que irnos— sentencia él.
Ella no lucha cuando es arrastrada por el rey aprovechando que hay caos en las personas por lo que acaba de pasar. Mal está aún procesando lo que sus ojos vieron.
—Evie... Ella... ¿Por qué lo hizo?
—No lo sé, Mal.
El camino de regreso a la guarida de la resistencia pasa rápido. Mal está en trance y Ben tiene que ayudarle a caminar en casi todo el trayecto. Al llegar son recibidos por Lonnie y Jay, quienes parecen que acaban de salir de un entrenamiento con espadas.
La sonrisa de Jay se borra al ver a Mal en esas condiciones. Corre hasta llegar a ella y la sostiene cuando se lanza a sus brazos. Ella tiembla violentamente.
—¿Qué pasó?— le pregunta. Mal se aferra a su amigo con fuerza—. ¿Mal?
Ella no dice nada. No es capaz de hablar, ni de llorar, ni de transmitir la horrible situación que presenció.
—Vimos a Evie. Con Maléfica. Ella... asesinó a un campesino.
—¿Maléfica?— pregunta Jay sin comprender.
Mal aumenta la fuerza de su abrazo.
—No. Evie lo hizo— suspira Ben.
Jay abre la boca. Quiere creer que es mentira. Se niega a creer que la dulce y tierna Evie haya cometido ese crimen. Mal lo confirma momentos después.
—¿Por qué Evie haría una cosa así? Cuando decidí irme ella estaba bien.
—¿La viste o hablaste con ella?
—No, pero... — Jay cae en cuenta de que en realidad no podía saber eso—. ¡Carlos! Él puede saberlo.
—Reclutar a Carlos sería bastante sospechoso. Tú has podido hacer pasar tu ausencia por alto, no sabemos si él pueda también— interviene Lonnie.
—¿Saben la ubicación de Doug? — habla Mal un poco más tranquila apoyándose en Jay.
—Sí. ¿Por qué?
—Tengo que ir a hablar con él.
Todos miran a Mal como si estuviera loca. Sin embargo ella puede recordar como en su carta le sugería a Evie que fuera a buscarlo. Quizás le hizo caso y a raíz de su encuentro ella cambió.
Un corazón roto a veces te lleva a cometer locuras.
(...)
—Lo hiciste muy bien hoy— felicita Maléfica a Evie—. Así es como muestras autoridad. La gente comenzará a verte con respeto.
Evie se limita a mirar el paisaje. Se siente extraña. No siente absolutamente nada.
—Dime, Evie, ¿qué es lo que más deseas justo ahora?
—Ver a mamá.
Maléfica decide cumplir ese deseo. Todo le está saliendo muy bien y por lo que ve la chica ha perdido la bondad y las ganas de ser buena.
—Diablo, llevanos al Palacio Oscuro.
****
Imaginen la escena de Evie arrancando el corazón como en ouat, así lo imaginé yo.
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Un mundo de oscuridad ¦ Descendientes [COMPLETA]
Fiksi Penggemar💥Mundo Alterno💥 Maléfica había ganado la varita, que junto con su cetro, la volvían prácticamente indestructible. La Isla ya no existe, los villanos están sueltos. Un mundo lleno de maldad y oscuridad. No hay quien los detenga, quien les ponga un...