Prólogo

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La varita tiembla violentamente en la mano de Mal. Sus amigos la observan, al igual que todo el reino. La mirada de Ben es la que más la hace dudar.

—Esto es lo que tengo que hacer. Esto es lo que se espera de mí.

Ella extiende la varita en dirección de la Emperatriz del Mal, sus ojos desviándose del reciente rey hasta el anillo que poco tiempo atrás le había obsequiado.

—Eso es, Mal. Hazme sentir orgullosa— pronuncia Maléfica sonriendo. Mal asiente.

—Por favor, Mal. No lo hagas. Yo confié en ti— interrumpe Ben antes de que la mujer tome la varita—. Creo en ti. Siempre he confiado en que eres más que una hija de villana.

Evie busca entre las personas a Doug. Sus miradas chocan, hay algo más en sus ojos que ella no sabe identificar. ¿Decepción, tristeza, enojo? Prefiere no verlo más. El impulso de correr hasta él apareciendo y haciéndola ver que eso no era lo que ella quiere.

—Perdón, Ben. Esto es lo que soy y seré siempre.

Entonces sucede. La varita pasa de Mal a Maléfica. Y el caos se desata.

—¡Por fin!— celebra—¡Con la varita y con el cetro en mi poder, Auradon caerá!

Alza la varita en la mano izquierda y hace lo mismo con el cetro en la mano derecha. Adam se precipita hacia ella pero, con un grito de horror general, todos son testigos de como un rayo de magia lo atraviesa y cae muerto de manera instantánea.

Adam, el rey Bestia, el hombre justo al que todos respetaban, se había reducido a un cuerpo sangrante y sin vida. El grito de dolor de Bella retumba por todo el salón.

Una estampida de personas tratan de correr a las salidas. Hay gritos, confusión.

—¡Papá!— grita Ben, desesperado, tratando de correr hasta él—¡Papá, no!

Un brazo lo detiene y lo empuja hacia un pasadizo secreto. Mal busca a Ben entre la multitud pero él no está, no lo encuentra. Escucha que Jay le habla, pero no puede pensar en nada más que el cuerpo de Adam tirado, con Bella llorando desconsolada a su lado.

—¡Eres un monstruo!— le grita la mujer de amarillo a Maléfica.

—Veo que tienes muchas ganas de reunirte con tu esposo— la apunta con el cetro, justo al pecho. Bella cierra los ojos tomando la mano del amor de su vida—Tranquila, seré piadosa y morirás de manera rápida.

—¡No lo hagas!— detiene Mal, demasiado tarde dándose cuenta que mostrar piedad frente a su madre es un enorme error—. Puedes encarcelarla, hay más maneras de hacerla sufrir. Así como ella lo hizo contigo, mamá.

Maléfica está de acuerdo.

—Veo que ya piensas como una auténtica villana. Me agrada.

Mal se reúne con Jay, Evie y Carlos y juntos caminan a la salida tras Maléfica. No se detienen cuando pasan y ven rostros conocidos, rostros llenos de reproche y enojo. Aún así todos agachan la mirada sin atreverse a enfrentarlos. Estaban aterrorizados, todo el pueblo, ya que ahora tenían un futuro incierto a merced de la maldad.

—Ahora la barrera caerá, mis muchachos. Nuestro reinado comenzará.

Mal toma con fuerza la mano de Carlos, él toma la de Evie y al final la de Jay termina enlazada con la que tenía libre. Y así, los cuatro mejores amigos, observan como dos rayos se unen en el aire y pegan directo en la barrera. No hay felicidad, no hay sonrisas de triunfo.

Por la cabeza de los chicos solo podían pasar los recuerdos en Auradon. Felices recuerdos. Más de los que vivieron en la Isla. Y la comprensión llega a sus cabezas.

Es entonces cuando realmente se dan cuenta del enorme error que habían cometido.

Auradon no volverá a ser lo que era. La paz había terminado.

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Denle mucho amor❤️

Un mundo de oscuridad ¦ Descendientes [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora