Cuando volvió a casa eran cerca de las dos de la madrugada. No estaba cansado, incluso se dio el ánimo de descuartizar a sus víctimas en el sótano y pintar la pared con sangre antes de emerger a la superficie.-Eso fue divertido.- Dijo Johnny mientras se secaba las manos con un trapo viejo.
-Qué bueno que la pasaste bien... ¿Ya pensaste en lo que hablamos?- Preguntó Mr. Squirrel desde su escondite entre las sombras.
-Me alegro de que no te hayan comido las ratas. Yo que tú, me preocuparía más por ese detalle.
-Ho, gracias que amable... ¿Trajiste algo para el sótano?
-Sí, tres sujetos y están frescos. Mira, la verdad es que no quería salir a matar, pero... digamos que soy demasiado impulsivo.
Johnny tomó una casaca vieja colgada sobre la silla y se la colocó sobre los hombros. Aún faltaban un par de horas antes del amanecer y la energía se negaba a abandonarlo.
-¿Vas a salir?
-Voy a ver a alguien.
- ¿Ver a alguien? ¿Tú? No jodas, mejor quédate. Nadie en este mundo tiene ganas de verte.
-No, lo siento, tengo algo que hacer. Además, depende de quién sea, el contacto humano no es tan malo. Supongo que me siento demasiado solo.
-Johnny, eso del contacto humano está sobrevalorado. Piensa en la soledad como un regalo. Los artistas tienen sus mejores ideas cuando nadie los distrae.
-Bunny me habría dicho todo lo contrario.- Dijo Johnny con cierto tono apagado.
-Olvídalo, no sabía nada.
-Extraño a Bunny, era mi mejor amigo.
-¿Tu mejor amigo? ¡Era la cabeza de un conejo muerto!- Exclamó Mr. Squirrel con una risa sarcástica.
-¡Por supuesto! Hablar contigo tiene muuucho más sentido.- Contestó Johnny con un sarcasmo aún mayor.
-Bien, vete. Pero recuerda que salir y tener contacto con el mundo no te va a servir de nada, Nny, no puedes cambiar lo que eres. Nadie puede.
Johnny no dijo nada, aunque azotó la puerta con todas sus fuerzas al salir. Sabía que estaba siendo algo melodramático, pero ese animal muerto sacaba lo peor de él.
Era una noche muy helada. Las estrella que hace unas horas cuajaban el cielo habían desaparecido y la luz del amanecer aun se escondía del otro lado del horizonte. Dentro de esa escena, la casa de Squee se veía lejana y tenebrosa, envuelta por una especie de neblina negra y tan silenciosa que no parecía que vivía allí un niño. Aunque fuera un niño como Todd Casil.
Golpeó tímidamente la ventana del cuarto del chico antes de abrirla. Squee estaba despierto, lo miraba fijamente sentado a una orilla de la cama y abrazando al señor Schmee, ese peluche estúpido que tanto lo odiaba.
Parecía que lo estaba esperando.
-Hola, Squee.- saludó tratando de parecer animado.- Espero no haberte asustado.
-No.- Dijo el niño, pero ea todas luces estaba mintiendo. Asustar a Squee era ridículamente fácil.
-¿Cómo has estado? ¿Hiciste lo que te dije y no te metiste en problemas? Recuerdo que la última vez que te vi, estabas es un manicomio, pero ese no es lugar para un niñito como tú ¿Te volviste loco?
-Emmm.... es fue lo que me dijeron.
-¿Ha sí? ¿Y quien lo dijo?- Johnny se sentó en el alfeizar de la ventana con las rodillas dobladas.- El consejo que te di fue que fueras cuidadoso. No siempre voy a estar ahí para que no te metas en problemas.
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Johnny el Homicida Maníaco (Fanfic de la obra de Jhonen Vásquez)
Fanfiction"A veces...puedes llorar hasta que no te queden lágrimas por derramar; puedes gritar y suplicar hasta que tu garganta se desgarre; puedes rezarle cuantas veces quieras al dios que creas que te escuchará y aun así no habría diferencia, ni señales de...