A Johnny le agradaba la idea de mostrar su obra a otro ser humano. Aunque no podía dejar de pensar en que crítica le esperaría.
No mucho rato después bajaron al sótano. Los tablones viejos crujían ante el peso de los dos y la luz de algún pasillo lejano proyectaba sus sombras como si fueran las de gigantes. Hicieron el recorrido en el más incómodo silencio (y fue un recorrido largo, pues lo que buscaban estaba varios pisos bajo tierra), sin embargo el peor momento llegó cuando Johnny encendió la luz y Lucía se encontró frente a frente con un espectáculo horripilante.
La pared que otrora chorreaba sangre y demás fluidos vitales frescos, ahora solo estaba cubierta de jugos secos y tripas pegadas. Sin embargo, ante los ojos del homicida el mural no solo se trataba de un monumento a su crueldad y a sus crímenes, es más, para él la obra continuaba teniendo buena parte de su belleza inicial. Bien podía ser que su mente retorcida percibiera esa aberración como algo hermoso, o bien para ello podía haber ayudado su orgullo de artista frustrado.
-¿Ese es tu mural?- Preguntó la chica con el ceño fruncido. No parecía sorprendida ni horrorizada ante el macabro espectáculo, si no más bien decepcionada.- Siento ser yo quien te lo diga, pero eso no es arte, es solo un desastre... un momento... ¿Eso es una ardilla muerta?
-Yo pensé que era original.
Lucía olfateó recelosa la pared. Hizo una mueca de asco y se llevó las mangas de la blusa a la nariz.
-¡Esto huele horrible! ¿Cuánto tiempo ha estado aquí?.
Johnny fingió no haberla escuchado y acarició con el dorso de la mano su horripilante obra. Parecía preocupado.
-No puedo dejar que esto se seque... necesito ir a buscar más sangre humana ¿Me ayudas a mutilar y a desangrar a alguien?
Lucía retrocedió unos pasos, sin quitarse las manos de la nariz.
-Estás realmente loco.- Sentenció intentando contener la risa.
-Esto es grave.- Johnny ya no era capaz de escuchar a nadie, se paseaba por la habitación, como acosado por un enemigo invisible.- Si la pared se seca, eso... ESO
-¿Qué es ESO?- La chica cruzó los brazos y se puso a la defensiva.
-¡Necesito sangre! ¿Cómo pude olvidarlo? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez? Una semana, como máximo. Eso creo.
El homicida se paseaba por el cuarto dándose golpes en la cabeza y mirando de reojo a todas partes. Finalmente fijó sus ojos enloquecidos en la pequeña muchacha quien de pronto le pareció micho más pequeña y débil que hace un rato.
-Dame TU SANGRE.
Los ojos de Johnny tenían un brillo penetrante y su cuello estaba tan tenso que se le asomaban varias venas. Sin embargo Lucía no se inmutó, simplemente levantó su mano derecha frente al homicida para contenerlo y sentenció con voz firme:
-No te conviene intentar lastimarme. Sigo siendo más fuerte que tú.- En sus ojos no había una pizca de duda ni miedo, eso hizo que el joven no se acercara más, aunque sus los ojos aún brillaban con locura.- Además ¿Para qué necesitas sangre? No pierdas tu tiempo y tu paciencia. No hay nada tras el muro.
Johnny no pudo evitar reír.
-¡No te rías, Nny! ¡Puedes desangrar a la humanidad entera hasta que seas el último ser vivo sobre la Tierra y todo será completamente inútil! No hay nada tras el muro.
Johnny no podía creer esas necias palabras. Solo él sabía cómo era la enorme monstruosidad que habitaba del otro lado. Era el único que la había visto y sobrevivido para recordarla. No podía dejar de alimentar el muro. Esa no era una opción.
-Claro que lo hay.
Pasó una vez más sus manos por la pared reseca, acariciando la cárcel que mantenía dormida a la bestia. A través de los tablones podía sentir como respiraba. Era como tocar la coraza de un ser vivo.
-NO HAY NADA.
La voz de Lucía se tornó amenazante, casi diabólica. La debilidad que pudo haber aparentado en algún momento había desaparecido para siempre. Ahora se veía más desafiante y sanguinaria que el mismo homicida.
Estampó su mano contra la pared con toda la fuerza que pudo, que los órganos que estaban adheridos a ellas se soltaron y cayeron. Luego se acercó aún más, pegó su oreja y cerró los ojos para intentar escuchar alguna respiración o latido que no fueran los propios. Finalmente se alejó, dejando la marca de su puño plasmada para siempre en la sangre seca.
-No escucho nada.
-Pues no estás prestando atención.
Intercambiaron una mirada tensa.
-Bien, te lo demostraré.- Fue Lucía quien rompió el silencio.-Había un hacha en la habitación contigua, iré por ella y romperás el muro con todas tus fuerzas. Cuando hayas botado hasta la última tabla, verás que no hay nada sobrenatural a lo que enfrentarse.
-Estás loca. No te imaginas lo que hay detrás. Es espantoso.
-Espera aquí, Nny.
Sin esperar otra negativa, la chica salió corriendo escaleras arriba en busca del hacha. En los pocos segundos que estuvo solo, Johnny contempló el muro sin respirar y sin atreverse a mover un músculo. Tal vez se hallaba ante su enemigo más grande y no tenía coraje para enfrentarlo. Tal vez la muerte era el único precio que podía pagar. Evaluó por un momento, si su libertad dependiera de ello ¿Qué camino debía tomar?
-Toma.
Lucía colocó el mango del hacha en sus manos por la fuerza. Parecía convencida de lo que debía hacer.
-Rompe el muro.
Johnny tragó saliva.
Levantó los brazos lentamente sobre su cabeza mientras perforaba con los ojos el endemoniado muro, ahora débil por falta de sangre humana. Sentía que iba a asestar el golpe, incluso sus manos se tensaron cuando imaginó que simplemente era como asesinar a alguien.
Pero no lo hizo. No lo iba a hacer jamás.
-¡Idiota!
Lucía le arrebató el hacha que Johnny bajaba lentamente y la arrojó a un costado. Sus ojos resplandecían de furia.
-¡Ahora nunca sabrás si realmente hay algo detrás de la pared!
Chilló maldiciones mientras abandonaba rápidamente el sótano, dejando al joven homicida solo y confundido.
-Rayos.- Se dijo a sí mismo cuando los pasos de la chica dejaron de escucharse.- Ahora debo buscar otra víctima.
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Johnny el Homicida Maníaco (Fanfic de la obra de Jhonen Vásquez)
Fanfiction"A veces...puedes llorar hasta que no te queden lágrimas por derramar; puedes gritar y suplicar hasta que tu garganta se desgarre; puedes rezarle cuantas veces quieras al dios que creas que te escuchará y aun así no habría diferencia, ni señales de...