Como ya no tenía auto, corrió lo más rápido que pudo en dirección al centro. Supo que no llegaría a con Devi antes del amanecer si solo se limitaba a correr, así que detuvo un taxi en cuanto cruzó la primera avenida. Le paró un conductor increíblemente ente obeso, que además sudaba como un cerdo sobre el forro de su asiento.
-¡Rayos! Siempre me toca llevar a los tipos con pinta de chiflados.- Gruñó el taxista en cuanto vio el aspecto de su pasajero.- Sube.
-Buenas noches, señor.- Contestó Johnny fingiendo no haber escuchado el insulto.- Necesito llegar a la calle Aurora.
El taxista avanzó sin prisa en medio del tráfico más o menos fluido de la avenida. Había subido el volumen de la radio para evitar cualquier tipo de conversación con su extraño pasajero, cosa que a éste no pareció importarle. El joven contemplaba con ansiedad el pasar de los letreros fluorescentes, contando mentalmente los minutos que llevaba a bordo.
De pronto, luego de que Johnny buscara su billetera en la gabardina que llevaba puesta, comprobó con horror que los bolsillos estaban vacíos.
-¡No puede ser! ¡Olvidé mi billetera!
No importó cuanto palpara sus ropas, había dejado su dinero a dos kilómetros y medio de distancia, en la mesa de su sala de estar.
El malhumorado taxista, en cuanto supo que su cliente no tenía con qué pagar el viaje, acercó el auto a la acera dispuesto a expulsarlo de una patada.
Pero el joven había pensado en eso antes.
Dos botas golpeando con violencia el costado de su abdomen, bastaron para arrojar al dueño del taxi desde su asiento hacia la calle. El joven andrajoso que había dejado subir tomó el control del vehículo e incluso le pasó las ruedas traseras por encima para evitar que lo siguiera.
¡Perdón!- Gritó Johnny sacando la cabeza por la ventanilla.
Tomo fuertemente el volante y aceleró justo antes de una luz roja.
-Es una emergencia...
Pocos minutos después, estacionó el auto frente a un edificio de diez pisos con aspecto descuidado. Antes de abrir la puerta, pudo distinguir a Devi parada en el hall, esperando. Parecía bastante preocupada, a pesar de que su amiga, esa chica negra de la galería, le hacia compañía.
-¡Devi!- Saludó el joven saliendo torpemente del auto y cruzando la calle.
-¡Nny!- Contestó ella visiblemente sorprendida- ¿Eres taxista ahora?
-No, no lo soy...- Jadeó el recién llegado.- Este... Hola, Tenna...
-Johnny...
-¿Qué es lo que querías decirme con tanta urgencia?- Interrumpió Devi, ansiosa. Vestía un buzo agujereado y calzaba pantuflas, obviamente acababa de salir de la cama.
-Vale, te esperaré en tu departamento, amiga, con una taza de café recién hecha.-Dijo Tenna poniendo sus manos sobre los hombros de Devi con actitud protectora.- Trata de no ser un completo psicópata esta vez.- Añadió antes de irse, dirigiéndose hacia él.
-¿Crees que podría lastimarte?- Preguntó Johnny algo dolido en cuanto Tenna se hubo alejado.- ¿Por eso le pediste que viniera?
-Los amigos están con nosotros en los momentos más difíciles.- Dijo ella mirándolo con sus ojos sombríos y ojerosos.- Pero no te tengo miedo. No a ti. Nunca más.
El interior del edificio era incluso peor que mirarlo por fuera. Las paredes tenían manchas de humedad, con el papel tapiz descascarado y las luces del techo titilaban descontroladamente. Al fondo del pasillo, había un ascensor antiguo, con puerta de rejilla y metal oxidado. En cuanto comenzaron a subir, el aparato dio un estridente chirrido metálico.
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Johnny el Homicida Maníaco (Fanfic de la obra de Jhonen Vásquez)
Fanfiction"A veces...puedes llorar hasta que no te queden lágrimas por derramar; puedes gritar y suplicar hasta que tu garganta se desgarre; puedes rezarle cuantas veces quieras al dios que creas que te escuchará y aun así no habría diferencia, ni señales de...