Prendo la computadora.
Abro mi perfil en Facebook.
Ingreso al grupo donde están todos mis compañeros de curso.
Allí publico mi número de teléfono.
Me compraron un celular nuevo.
Mi abuela me dice que irá a tomar una siesta.
Le sonrío.
Ella sube las escaleras.
Y yo observo la televisión.
Escucho un pitido.
Tengo dos notificaciones nuevas.
Dos compañeras comentaron mi publicación y dejaron allí su número.
Las agrego a mis contactos.
Bostezo.
El móvil vibra.
Lo tomo entre mis manos.
Deslizo el dedo en la pantalla de bloqueo táctil.
Un número desconocido me puso "hola" en Whatsapp.
Nunca antes había tenido Whatsapp.
No entiendo como funciona.
Decido ignorarlo.
Sigo viendo la televisión.
Pasan unos pocos minutos.
El mismo número insiste con otro saludo.
Esta vez decido responder.
Le pregunto quién es, cortantemente.
Observo la pantalla.
Espero una contestación.
Los latidos de mi corazón van mas rápido al leer aquel nombre.
No puedo evitar sonreír.
Es él.
Es aquel chico rubio.
