Un compañero llega tarde.
No tiene silla.
Debe ir a buscar una al aula que hay junto a esta.
Pero el chico rubio le da su propia silla.
Y se ofrece a ir por la otra.
Sonrío.
"Qué amable", pienso.
El chico rubio y mi compañero me hacen reír mucho.
Quisiera no tener recreo.
Sólo quedarme charlando con ellos.
Están haciendo chistes constantemente.
Mi ex novio se sentó en el asiento delante de mí.
Es amigo de mi compañero de banco.
No dejo de rodar los ojos.
Su aguda voz resuena en mis oídos.
Aprieto mi mandíbula.
Habla mal de mí.
Lo ignoro.
Continúa burlandose.
Aprieto mis puños.
Lo envío a la mierda.
Se ríe.
Sigue molestando.
Pienso posibles formas de matarlo.
Observo al chico rubio.
Él nos cuenta algo a mí y a mi compañero.
Me mira fijamente, mientras mueve sus manos y habla.
Asiento con mi cabeza.
Lo escucho.
Los tres reímos.
Copio algo del pizarrón.
Presiono la goma de borrar con mi mano.
Se resbala.
Cae al piso, cerca de mi banco.
El chico rubio la toma con sus dedos.
Me la extiende.
"Esto es suyo, señorita", me dice.
Él me sonríe.
Río.
Tomo mi útil.
Y le agradezco.
