Charla infinita.

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Tecleo en mi celular.
Hace horas que estoy hablando con él por Whatsapp.
Ya es de noche.
Estoy comiendo un sanguche.
Mi abuela compró muchos.
Mi mamá quiere que suelte el celular.
Pero no lo haré.
Me río frente a la pantalla.
Él hace muchos chistes.
Constantemente.
No sé de que estuvimos charlando todo este tiempo.
Pero no quiero parar.
Mamá dice que hay que volver a casa.
Frunzo el ceño.
Me cruzo de brazos.
Si me voy se cortará el Internet.
No podré charlar con él.
Suelto un bufido.
Agarro mi bolso.
Espero a que mamá se decida y nos vayamos.
Me hace unas señas.
Voy con mi abuela.
Dejo un beso en su mejilla.
Le sonrió.
Camino al auto.
Los dedos y ojos pegados al teléfono.
"Tengo que irme, después hablamos", le escribo a él.
Él pone una carita triste.
Sonrío.
Se despide.
Mi hermana pasa delante mío.
Entro al auto luego de ella.
Cierro la puerta.
Abrocho mi cinturón.
Coloco la traba.
Suspiro.
Mamá enciende el motor.
Arrancamos.
Apoyo mi cabeza en el vidrio.
Mi hermana se recuesta en mis muslos.
Yo le coloco el cinturón.
Mamá pregunta cómo nos fue hoy.
Ambas respondemos que bien.
Ella nos cuenta algo.
Reímos.
Observo las calles desde la ventana.
Las luces molestan mis ojos.
Pienso.
Quiero llegar rápido a casa.
Y poder conversar con él.
Hoy es viernes.
Mañana tengo clase de telas.
Allí veré a una amiga.
Hace varias semanas que no la veo.
Juego con mis dedos.
Cierro mis ojos.
Duermo.

Llegamos.
Abro mis párpados.
Sacudo a mi hermana.
Desabrocho su cinturón y el mío.
Salgo del coche.
Espero a mi hermana.
Cierro la puerta.
Mamá abre la casa.
Entro.
Camino hasta el baño.
Toco el celular en mi bolsillo durante el recorrido.
Abro la puerta.
Me siento en el inodoro.
Saco mi teléfono.
El wi-fi ya está conectado.
Desbloqueo la pantalla.
Entro a Whatsapp.
Su última conexion fue hace 20 minutos.
Mi último mensaje fue hace 22 minutos.
Está en línea.
Tecleo un nervioso "volví".
Él responde con rapidez.
Sonrío.

Son las dos de la mañana.
Se me cierran los ojos.
No quiero dormir.
El brillo de la pantalla está en mínimo.
Me arden los ojos.
Estoy escabullida bajo mis sábanas.
Todos duermen.
Pongo al celular boca a bajo.
Saco mi cabeza.
Tomo una bocada de aire fresco.
Vuelvo a ocultarme en la colcha.
Él está escribiendo.
Muerdo mi labio.
Él dice que está cansado.
Pero que no quiere irse.
Le respondo que me sucede lo mismo.
Dice que vaya a acostarme, que necesito dormir.
Y le respondo que no, que me gusta charlar con él.
Él me envía un emoticon sonriendo.
Y entonces sé que ninguno de los dos se irá.

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