A mis treinta seis años no me imaginaba estar aquí. Ya recuerdo el nombre de la ciudad que había visto en la revista de aquella noche penumbra cuando había derramado la soledad por toda mi casa después de dos meses que Carini me había traicionado. Recuerdo que estaba en el balcón mirando la noche y a mi lado una vela que alumbraba el único objeto que llevaba en mis manos. Esa revista de cultura, donde mencionaba los lugares mas felices para una pareja ubicados en Inglaterra. Y ahí aparecía New Forest, como una de las localidades para gozar de un buen fin de semana, y recuerdo que una vez se lo comente a Isabella cuando celebramos navidad.
—¿Casi nunca lo veía pensativo, señor Ambransem?—aquella voz femenina me hace voltear enseguida.
—No quiero llamarte por tu nombre porque ya llevo dos Elizabeth en mi vida, Carini y tu.
—Pense que hablabas de tu pareja.
—¿Gabriella?
—Ella se hacía llamar Elizabeth en el club privado.
—Tu sabias quien estaba llevando el mando en ese lugar ¿no?
—No, pero oí muchas cosas de ese cub. Ciertas veces le advertí a Gabriella que mantuviera distancia y así fue.
—Se trata de un tan Vladik Sirkin, no sé mucho del tipo.
—Bueno, no sé quién es el tipo.—se detiene a unos metros de mí, mientras observa el público que estaba en la sala.
—¿Por qué dijiste que te apoye con tu familia?—inquiero curioso.
—Es la verdad, así comenzamos ¿no?
—¿Y el resto de la historia?
—¿Querías que le contara la verdad a Gabriella aquí, hoy? —lo dice en un tono bufón—No soy tu Carini, tu Lizzy. Soy Elizabeth Duffort, la francesa que no arruina la vida de otros. Pensé que me conocías bien.
—Trato, es que jamás pensé volverte a ver.
—Adam, créeme que dentro de unos días, meses o hasta años, te encontrarás con muchas personas quienes trabajaron para ti. Además, tengo una relación con alguien, no me entrometo en la vida de otros. Tu me conoces, o al menos eso pienso. Así que tranquilo, si crees que dire algo de ti, no me corresponde decir algo de nadie.
—¿Por qué estás aquí?
—Quería verte, no te he visto desde hace unos largos años. La ultima vez te dije que te vería cuando tenga alguien a mi lado, que mi vida tomaría otro rumbo y no sería la mujer a quien tú, muchas veces, me ordenaste que te bailara.
—Para ser sincero, lo había olvidado. He pasado por muchas cosas, no quisiera lidiar con todo.
—Si, te he visto en entrevistas, por las redes, periódicos y revistas. Creeme que veo tu vida hecho un desastre.—habla con ironía.
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AMAR PARA PERDONAR| Pasiones secretas N°2 (EDITANDO)
RomanceLe di mi cuerpo y mi alma, mis sueños más secretos y mis miedos más ocultos, todo para que al final se fuese sin despedirse. -Anónimo. Gabriella es una mujer que perdió la calma y la esperanza, dañada por el amor fraternal. El encanto de ser bailari...