—¿Qué dijiste?—volteo la mirada deletreando cada palabra formada.
—La misma de la que te conté.—niego, dejo la mano de Gabriella a un lado. La observo esperando alguna respuesta suya y tan solo se dicta a mirarme. Trata de hablar pero se lo impido.—¿A qué se debe tu llegada?—le hablo con indiferencia, me sentía decepcionado y un tanto furioso, no quería hacer esto; pero mis impulsos no dejaron tranquilizarse al menos por un minuto.
Todo estaba claro.
—Adam...podemos hablar en otro lado, por favor.
—Dímelo aqui—espeto en un tono glacial—, o quieres que te lo presente—argumento frívolo—. Gabriella te presento a Alexander, él es mi mi compañero, confidente, amigo durante veintiséis años.
—Sabes...no es necesario que te pongas así conmigo—suelta ella tomando compostura—. En cuanto a ti—fija su mirada en Alexander—, me dijiste que no lo divulgarías.
—Gabriella yo no pensé que...
—Si, claro...—termina ella, retrocede un par de pasos y se retira sin marcha atrás. Con la actitud que llevaba podía definirla como una mujer que acaba de llevarse condigo su orgullo.
Por un lado quería detenerla, que me diera una explicación asi no lo merezca porque para ella no debo significar nada, pero para mi si. Por el contrario, quería que se fuera. Tenerla lejos porque me estaba torturando siendo un nada en su vida.
El coraje se inunda por completo en mis cinco sentidos, me retuerzo internamente por las emociones que empiecen a palpitar por mis venas. Acomodo las mangas de mi camisa fingiendo como si nada hubiera pasado.
Qué me estaba pasando, cómo era posible el nivel de angustia que podía llevar.
—¿Quieres que te deje solo?—me pregunta Alexander.
—No, quiero terminar con esto de una buena vez.
Era la única forma de alejarla de mi. Puede hacer lo que quiera con su vida, pero su presencia en la mía lo estaba complicando todo. Estaba ella en mis pensamientos nocturnos, me la imaginaba mas de una vez durante estas ultimas noches que a penas lograba oír de ella.
Necesito tiempo para mi y procesar todo.
—Toma asiento.—digo.
—Oye no quiero intervenir asi en este circunstancia tan incomoda, pero ¿Gabriella y tu, son algo?
—Una supuesta pareja a cambio de algo.
—¿Qué es ese algo?—inquiere sirviéndose un poco de vino.
—Tengo que hallar la manera de buscar a su hermana. Por eso te pedí que vinieras aqui, para que me ayudaras. Es un tema muy confidencial, la única persona en quien podría confiar completamente, eres tu Alex.
ESTÁS LEYENDO
AMAR PARA PERDONAR| Pasiones secretas N°2 (EDITANDO)
Roman d'amourLe di mi cuerpo y mi alma, mis sueños más secretos y mis miedos más ocultos, todo para que al final se fuese sin despedirse. -Anónimo. Gabriella es una mujer que perdió la calma y la esperanza, dañada por el amor fraternal. El encanto de ser bailari...