Le di mi cuerpo y mi alma, mis sueños más secretos y mis miedos más ocultos, todo para que al final se fuese sin despedirse. -Anónimo.
Gabriella es una mujer que perdió la calma y la esperanza, dañada por el amor fraternal.
El encanto de ser bailari...
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Durante la mañana solo pensaba en él, me imagino su decepción al dejarlo solo en la cama con solo una carta escrita a pulso.
<<Paremos, dame tiempo para recuperar mis fuerzas y solo centrarme en el baile por un mes. Nada más pido, luego me acercaré a ti para conversar y pensarlo.>>
Debía concentrarme en mis ensayos. No podía concentrarme en nada más, después de todo era el baile que debía demostrar con total profesionalismo como bailarina de ballet. Era sábado, medio día para estar en la compañía por mi propia cuenta para realizar estiramientos y clásicos movimientos del ensayo. Emily estaba a mi lado apoyándome en las flexiones. Durante nuestro descanso de treinta minutos le comente que Alessandro y yo hicimos el drama de la ceremonia. Ella no dejaba de reírse, después de todo me felicitó por la idea porque había visto el vídeo que se había hecho viral en Instagram.
—Se lo merecía, ¿cómo se atrevía hacer semejante estupidez de venir y bailar con otra? Hombres, si Oliver me hace eso, lo cual creo imposible, voy a su casa y le hago escándalo de la vida.
—Ay querida cualquier podría pensar eso de ti.—bufo, ella era atrevida y era lo más probable y creíble que lo haga.
Durante el día he recibido un mensaje de Adam, no quería mirarlo. No podía después de la noche anterior. Sé que cualquier distracción podría interrumpir mis ensayos.
Fue el lunes cuando todo ocurrió tan rápido. Me percate que había un carro cada vez que salía de la compañía en una de las esquinas, debía suponer que eran ellos los dos agentes. No me molestaba para nada ser observada, sólo seguía mi camino con Emily en la salidas de las ocho de la noche. Siempre me acompañaba hasta mi departamento y ciertas veces era Oliver quien llegaba con un auto para recogernos.
Cuando por fin salieron los boletos a la venta, fui enseguida a comprarlos porque normalmente suelen agotarse en cuestión de tres horas por ser la primera presentación del año y otras veces tardan en un día para agotarse. Realice la compra de pasajes dos días antes de la presentación en el hotel más cercano al Teatro Real de Ópera en Londres. En cuanto antes envié un mensaje a mi prima de que ya había hecho tal pago, agradeció con gusto.
Durante los siguientes ensayos, un grupo de personas entraron al salón para hacer una previa práctica mientras grababan con una cámara cada uno de los pasos del segundo acto de Romeo y Julieta. Los días del mes se reducían hasta que un día mi hermana volvió a la ciudad de Londres para visitarme. Era la primera vez después de tanto tiempo, hablamos y tuvimos que dejar de lado todo ese orgullo. Le conté lo que sucedía conmigo y mis planes a futuro. Ella aceptó convencida de que tomaría el otro camino.
También hice lo que me pidió Isabella hace semanas, hable con sus padres cuando apenas habían llegado de Suecia. Ellos prometieron que todo mejorará, que solo es cuestión de tiempo para que Adam aprenda, pero a todo esto no pude contenerme al decirles la verdad. Simplemente solté todo, les dije quien era esa mujer y que mi trabajo no era de una mujer cualquiera y que solo atendía como camarera para ahorrar dinero. Ellos no dijeron nada, solo intentaron ser amables conmigo y respondieron tan bien que yo misma me había sorprendido.
