Monster -Mateo Palacios y Karen Watson (3ra temporada)- Fanfiction

-Capítulo 61-

Karen: No dejes los calcetines tirados porque eso me da una rabia... Ah, y cuando te quites la ropa la doblas y la pones sobre una mesa... Y si comes lavas el plato, lo secas y lo colocas en su sitio... Y por favor, pon posavasos si vas a tomar algo en el salón.

Mateo: ¿Algo más? -Dijo perplejo-

Karen: Todo está muy cambiado... Te sorprenderá.

Después de eso, Mateo se puso a jugar con los dos y a hacerles cosquillas. David intentaba esconderse detrás mía. Pero Mateo lo asustaba por otro lado. Al final de la tarde, acabé tumbada sobre la manta, mirándolos con una dulce sonrisa

Mateo: ¿Te aburres?

Karen: No, me gusta mirarlos...-Le sonreí- Se te ve tan feliz.

Mateo: Sí, no sé cómo pude haber sido tan tonto de irme -Volvió a suspirar y una lágrima apareció en sus ojos, alargué mi mano hasta él y le solté un bofetón- Ah... –Musitó-

Karen: Lo has vuelto a hacer, te lo advertí...

Mateo: ¡Pero si no llegué a soltar la lágrima! -Dijo risueño, no se lo había tomado a mal-

Karen: Pero iba en proceso de salida, no me cuestiones.

Mateo: Vale, si yo tengo prohibido llorar...-Sonrió-Tú tienes prohibido tomarte esas pastillas.

Karen: ¿Mis pastis? -Dije con un chillido- Si no las tengo me va a dar algo.

Mateo: No vas a estar toda la vida medicándote, eres muy joven y además... Te apoyaré para que no estés triste.

Karen: Mateo...-Susurré sentándome de golpe- ¿No lo comprendes? Son esas pastillas las que me dan fuerza para tomarme el divorcio bien.

Mateo: Escúchame, el día del divorcio, nos sentaremos tú y yo juntos, como... Amigos -Tragó saliva- Firmaremos y cuando salgamos por la puerta, iremos a tomar algo. Ese y todos los días.

Metí mi mano en el bolso al ver que estaba recayendo por su manera de hablar del divorcio y saqué las pastillas, puse una en mi mano.

Mateo: Karen, por favor...-Susurró- Dámelas.

Miré a sus ojos, me miraba tan dulce como hacía meses... ¿Era cierto que esto era el final de lo nuestro? Fuera lo que fuese, tendí las pastillas en su mano y la que había cogido también se la di. Suspiré fuerte y cerré mis ojos para relajarme.

Mateo: Buena chica... -Besó mi mejilla. Quedó tan cerca de mí que ambos acabamos mirando a nuestros labios-

Karen: Debo... Irme ya, empiezo a trabajar en una hora.

Mateo: Tengo que pasar por casa a buscar ropa de...

Karen: Sigues teniendo tu ropa en casa, creo que te siga sirviendo.