Capitulo 8; No soy tu mujer

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Cuando Mariana desperto estaba sola en la cama y en la habitación, giro sobre si misma deslizándose sobre las finas sabanas hasta el centro de la cama.  El aroma de las sabanas la inundo, olía a hombre, a el, a Jorge, suspiro y se levanto despacio.  Entro al baño donde se lavo un poco y después escogió uno de los vestidos, se puso un vestido beige de media manga y con escote cuadrado, se miro ante el espejo y decidió darle un toque de color.  Uso un lazo rosa en la cintura y después se recogió el pelo con una cinta del mismo color.

Cuando bajo a desayunar al salón todos estaban ya sentados a la mesa

-Mariana niña –Leonor sonrió a su sobrina –Ya pensaba que no bajarías a desayunar

-Lo siento me quede dormida –Mariana se sentó en su lugar sonriendo

-Estabas muy cansada –Jorge hablo mientras miraba su mujer sonriente –Decidí que era mejor no despertarte

-Bueno pues ya que estamos todos –Miguel dejo su taza de café sobre la mesa -¿Qué os parece si vamos a dar un paseo al pueblo? Mariana no creo que recuerde mucho

-Buena idea padre –Jorge sonrió –Podemos pasear por la plaza central

Después de desayunar todos se arreglaron para salir, Leonor que llevaba un vestido negro con bordados azul oscuros, busco unos guantes azules y un sombrero a juego.  Mariana prefirió unos guantes de rejilla rosas y una sombrilla del mismo color, para protegerse del sol. Fueron en carruaje hasta el centro de Santa Lucia, donde bajaron para pasear .

Mariana disfrutaba de las vistas, era un pueblo muy hermoso, aunque no se sentía muy cómoda.  Jorge caminaba junto a ella, sonriente, agarrándola del brazo y mostrando su cariño en publico con suaves caricias, tiernos besos inocentes y abrazos.  Leonor observaba a su sobrina de reojo mientras paseaba junto a Miguel.

Mariana se detuvo ante un puesto, observando una hermosa pulsera que llamaba su atención, Jorge que la llevaba tomada del brazo siguió su mirada

-¿Te gusta? –sin darse cuenta paso el brazo por la cintura de ella, ante lo que mariana se puso nerviosa –Pruébatela, te la regalo

Ella le miro asombrada, ¿le iba a regalar la pulsera? ¿Por qué?

-Móntela cariño –El cogio su muñeca y se la puso  mientras la miraba a los ojos, ¿cariño? –Preciosa, aunque no tanto como tu –Mariana seguía sin articular palabra, sabia que debían mostrar su afecto en publico, pero ¿tanto? El sonriendo se acerco a ella y rozo sus labios levemente, después tendió unas monedas al tendero que les observaba precavido

-Jorge hijo –Miguel llamo a su hijo, mientras caminaba hacia ellos con Leonor –Acompáñame al cuartel, tenemos asuntos que resolver

-Si padre –Jorge beso la mano a Mariana y se inclino antes de retirarse con su padre –No se alejen de la plaza

-Mariana ¿Estas bien? –Leonor observaba a su sobrina que se había quedado mirando fijamente como Jorge se marchaba –Mariana

El juego del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora