Mariana desperto temprano, se coloco su bata y se fue a su habitación. Debía alistarse para ir a misa con su tía. Se puso su vestido color verde agua y tras cepillarse el pelo, Doña Leonor la ayudo a ponerse una peineta de marfil, con una mantilla blanca.
-Estas muy guapa cielo –Leonor dio un beso a su sobrina –Y ahora vamos, que Gabriel nos espera para llevarnos al pueblo.
Juntas salieron de la casa y subieron a su carruaje, sin capota, por lo que fueron disfrutando de las vistas camino al pueblo, mientras Gabriel no paraba de hablar del golpe del día anterior.
-Sigo pensando que eso es demasiado peligroso para una dama –Leonor miraba a su sobrina con el ceño fruncido, mientras Gabriel reía.
-Ya sabes que yo no soy una dama muy corriente tía –Mariana respondió guiñándole un ojo
-No se preocupe doña Leonor, Mariana sabe defenderse muy bien –Gabriel no podía evitar recordar el golpe de su nariz –Además ninguno de los chicos permitiría que nada le ocurriera.
Cuando llegaron a la plaza Mariana y Leonor se dirigieron rápidamente hacia la iglesia, donde la gente comenzaba a llegar a sus asientos.
-Buenos días Padre –Leonor saludo al cura al entrar
-Usted –Mariana le reconoció de inmediato, el era el sacerdote que había estado en su boda.
-Hola hija es un placer volver a verte –El sonrió calidamente –Permítanme presentarme, soy el padre Luís.
-Es un placer conocerle padre Luís –Leonor sonrió
-Señora de la Vega, ¿me permitiría unas palabras antes de iniciar la ceremonia? –El padre sabia perfectamente que Jorge estaba herido y las circunstancias de su accidente pero estaba muy confundido con el rumor de que la banda, guiada por su jefe había vuelto a atacar al gobernador.
-Por supuesto padre –Mariana sonrió -¿Qué le parece si vamos al confesionario?
Mariana siguió al padre Luís al confesionario mientras Leonor tomo lugar en uno de los bancos de la iglesia y comenzó su rezo, sentía que debía pedir por la protección de su sobrina.
-Y bien hija ¿tienes algo que decirme? –El padre hablaba desde el otro lado del confesionario
-¿Yo? No padre –Mariana frunció el ceño
-Se perfectamente que Jorge esta en cama, después de resultar herido y tambien se de muy buena tinta que los conventos y colegios recibieron los donativos de la banda después de recuperar parte del dinero que el gobernador roba al pueblo –El padre Luís sonrió –Ambas cosas son incompatibles.
-Vera padre, pensé que seria bueno que vieran que la banda seguía activa, que el gobernador siguiera temiéndola –Mariana suspiro –pero por favor no le digáis nada a Jorge, si lo supiera estoy segura que no le gustaría.
-Entonces llevo razón en lo que suponía ¿Jorge no sabe nada de esto? –El padre Luís no pudo evitar sonreír –Tienes un gran corazón Mariana y no me cabe duda que eres la esposa perfecta para Jorge.
ESTÁS LEYENDO
El juego del destino
RomanceMariana es una dama poco convencional para su epoca, no esta dispuesta a permitir que su padre maneje su vida, que la case con un hombre que ella desprecia Cuando se cruza en su camino aquel extraño hombre enmascarado su vida cambiara por completo...