Capitulo 16; Desconfianza

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Era casi el medio día cuando el carruaje de Leonor y Mariana entraba en la Hacienda de la Vega  Leonor podía notar la felicidad en su sobrina.

Gabriel y Tomas descargaron todo y el resto de empleados se dispuso a llevarlo a las habitaciones, mientras Santiago se acerco a saludarlas.

-Buenos días Señoras –dio un beso en la mano a cada una –Han regresado pronto

-¿Y Miguel? –Leonor pregunto a Santiago

-Ah, esta en las cuadras –Santiago ofreció el brazo –Permita que la acompañe

-Gracias –Leonor tomo el brazo de santiago y se alejaron, mientras Mariana caminaba hacia el interior de la casa

Mariana entro a la casa y escucho la voz de Jorge en el despacho, cruzo la sala y vio la puerta del despacho abierta y no supo como actuar ante lo que vio.  Jorge y Julieta abrazados, besándose, un dolor le atravesó el pecho no sabia que hacer ni como actuar, sintió ganas de llorar pero no permitió que ni una sola lagrima cayera de sus ojos.

En cuanto se dio cuenta que se separaban para salir al salón, Mariana corrió y salio a la entrada, quedándose junto a la puerta del salón. 

-En cuanto te divorcies búscame cariño –Julieta salio del salón y camino hacia la salida de la casa, sin siquiera mirar hacia atrás, sin darse cuenta que Mariana permanecía tras la puerta

Después de que esa mujer saliera de la casa, Mariana tomo aire y uso todo su valor para encarar a Jorge.  Entro al salón y lo vio ahí, de pie, pensativo, en cuanto el levanto la mirada y la vio su cara cambio.

-¿Este era el asunto tan importante por el que te regresaste? –Lo dijo mirándole a los ojos

-No, Mariana –El no sabia como reaccionar -¿Qué haces aquí?

-¿Qué haces aquí? ¿Eso es lo único que te preocupa? –Mariana se giro para dirigirse a su habitación –Tranquilo lo único que hago aquí es cumplir el trato

-Espera –El camino tras ella y la tomo del brazo obligándola a girarse y mirarle –No es lo que crees

-¿Y que es lo que creo Jorge? –Ella le miro altiva -¿Se supone que debo creer algo?

-No te importa –A Jorge le dolió que ella hablara de manera tan fría, ¿es que no le importaba que el se hubiera besado con otra? Claro que no –Tu ya habrás pasado unos hermosos días con Leonardo sin nadie que estorbe

A Mariana le enfureció sus palabras, claro que le importaba, le dolía, pero no estaba dispuesta a dejar que el lo viera.  Y ahora la acusaba de hacer sabe Dios que con Leonardo en estos días, el se marcho, el se fue sin avisar.

No pudo controlar sus impulsos alzo la mano y le abofeteo dejando salir toda su rabia, el la miro sorprendido y ella justo antes de irse le dijo –Cree el ladrón que todos son de su condición

Jorge se quedo pasmado en mitad de la sala, sin saber que hacer o como actuar, ella le había abofeteado y se había marchado como si nada subió las escaleras corriendo para alcanzarla, pero se había quedado demasiado tiempo pensando.

El juego del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora