Cuando Mariana desperto Jorge ya no estaba en la habitación, se levanto se refresco y tras vestirse bajo a desayunar. Todos estaban sentados a la mesa menos Leonor que bajaba las escaleras al mismo tiempo que ella. Desayunaron sin decir palabra alguna, era bastante temprano.
Gabriel y Tomas dispusieron la calesa y los caballos y retomaron rápidamente el viaje, para llegar a Los Ángeles antes del medio día.
-Mariana dime que esta pasando –Leonor hablaba en voz baja en el interior del carruaje a su sobrina – Anoche os note extraños y en el desayuno apenas os habéis mirado
-Tía anoche –Mariana suspiro, no sabia como contarle a su tía –No se lo que nos paso
-¿Qué quieres decir? –Leonor abrió los ojos sorprendida -¿Mariana que paso anoche?
-Antes de bajar a cenar, me beso –Leonor se relajo al oír que solo había sido un simple beso –Y nos dejamos llevar, si no fuera porque Miguel nos interrumpió, no se que habría pasado.
-¿Qué estas diciendo? –Su tía respiraba agitada –Ten cuidado Mariana, no te dejes llevar. Los hombres no pueden controlar sus instintos, pero eso no significa que vayan a cumplir con su deber, piensa en tu honor.
-Lo se tía, pero todo esto es tan complicado –Ella suspiro –Es tan amable, cariñoso y tan atento con migo.
-Puede ser –Leonor miro a su sobrina seria –Pero no olvides que es un hombre que te obligo a escoger entre casarte con el o con el gobernador, que nos secuestro y que nos mantuvo días en una cueva con su banda.
Mariana se quedo pensativa, su tía tenia razón, es que como si Jorge fuera dos personas muy distintas. No le conocía, al menos no lo suficiente.
-¡Hemos llegado! –Tomas alzo la voz para que Leonor y Mariana le oyeran, justo antes de que el carruaje se parara
Miguel y Jorge desmontaron de sus caballos frente a la mansión Cortes, donde un grupo de criados esperaba en la puerta sonrientes. La puerta del carruaje se abrió de golpe y Mariana salio a prisa de el, sin siquiera esperar ayuda para bajar, Jorge la miro sorprendido.
-¡Mariana! ¡Mariana! –Un grupo de niños corrió hacia ella y Mariana sonriente abrazo uno a uno -¡Vamos a jugar!
-Me parece que mi sobrina estará cansada del viaje –Leonor miraba sonriente a los niños junto a Jorge y Miguel
-¿Yo? –Mariana miro a su tía sonriente y rápidamente se desprendió de su sombrero y sus guantes y salio cogiendo hacia el jardín -¡Una carrera a la fuente! –Los niños la siguieron corriendo mientras Jorge miraba asombrado
-Bueno, a sido poner los pies en casa y Mariana a regresado –Leonor suspiro y después se giro hacia Jorge y Miguel –Señores síganme, les enseñare la casa.
Tras presentar a los criados, Leonor les mostró la mansión, mientras Mariana jugaba en el jardín trasero junto con los niños.
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El juego del destino
RomanceMariana es una dama poco convencional para su epoca, no esta dispuesta a permitir que su padre maneje su vida, que la case con un hombre que ella desprecia Cuando se cruza en su camino aquel extraño hombre enmascarado su vida cambiara por completo...