La sanción

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El rector Darius Zackly miraba fijamente a las personas frente a él. Hanji Zöe, Mike Zacharius, Erwin Smith y Levi Ackerman, todos ellos habían sido sus alumnos cuando daba clases en la universidad que ahora estaba a su cargo. Verlos juntos significaba solo una cosa: problemas. 

Todos hablaban sin dejar que entendiera mucho de la situación que los habia llevado a su oficina, pero al ver a Hanji pudo intuir conflictos en su futuro inmediato. Mientras sus exalumnos discutían entre ellos, pudo notar al fondo de su oficina a dos alumnos que miraban el piso, no los reconocía del todo, pero sabía exactamente qué hacer. Y debía hacerlo rápido, pues para variar Smith y Ackerman empezaban a pelear en serio. - Todos fuera. A excepción de los jóvenes en el fondo. – Nuevamente los agitados maestros y empleados de la universidad comenzaron a discutir y quejarse, hasta que el rector tuvo que hacer uso de toda su autoridad. - ¡Dije Afuera! -

El rector miraba a los jóvenes que tenía en frente, podía jurar que ambos temblaban. – Sus nombres por favor y la facultad a la que pertenecen. - La chica contestó primero. - Mikasa Ackerman, literatura. - Luego fue turno del rubio. - Armin Arlert, Arqueología. - El rector se sorprendió al escuchar esos apellidos, aun si la situación lo ameritara ¿Como expulsar a una Ackerman y a un Arlert? Simplemente imposible. El rector se dispuso a preguntar que había sucedido confiando en la sinceridad de los jóvenes frente a él, y deseando que no fuera grave, pues sería más que complicado sancionar a dos miembros de esas familias.Pero despues de haber presenciado la acalorada discusión del personal de la universidad lo dudaba.

El rector Zackly por lo que podia recordar, la chica parada frente a él, era algún familiar del bibliotecario Ackerman, en su momento su mejor alumno, pues ya había intercedido por ella a principios del semestre para que se le dejara presentar examenes sin presentarse a clases, pues tenia entendido, habia sufrido un accidente antes de iniciar el curso. Levi haciendo uso todo el poder de su apellido lo consiguió. Ese chiquillo, se aprovechaba de que la empresa de su familia financiaba casi todos los departamentos dedicados a la cultura y las artes.

Luego estaba el rubio, Armin Arlert, hijo de los famosos exploradores Arlert. Sus padres habían contribuido en gran medida a que la universidad de Trost fuera lo que era ahora. Pues al volverse famosos estipularon que el 25% de las regalías de sus libros publicados fueran directo a las investigaciones realizadas en su alma mater. 

Los Arlert en vida habían publicado veintiocho libros que aun después de catorce años de su muerte seguían siendo best sellers a nivel mundial. Sin contar que la Universidad tenia por el momento, el derecho en todas las obras e investigaciones que dejaron los Arlert después de su trágica muerte, siempre y cuando el muchacho que tenia en frente no cambiara de opinión, pues al ser el heredero universal, él podía disponer que hacer con el legado de sus padres. Peor, más del cincuenta por ciento de las investigaciones realizadas en ese momento en la universidad en los departamentos físico- matemáticos se relacionaban de manera directa o indirecta con los estudios hechos por los Arlert. La Universidad de Trost era la única en poder hacer uso de las investigaciones de la famosa pareja, ya que, aunque eran más reconocidos por sus exploraciones, habían sido brillantes ingenieros y matemáticos. Si ese chiquillo decidía quitarles esos derechos, la Universidad de Trost perdería la amplia ventaja que tenia con otras escuelas en Paradis. En resumen, esos dos jóvenes frente a él eran prácticamente intocables.

-Está bien señorita Ackerman, joven Arlert serian tan amables de explicarme que sucedió. - La pelinegra con voz trémula explico lo que había sucedido. Para que luego el rubio confirmara la versión. El rector esperaba que no fuera tan grave, pero golpear a un miembro del personal docente, lo era. Aunque él que había sido profesor de Hanji Zöe, sabia exactamente como era su brillante pero conflictiva exalumna, y estaba seguro de que ella había provocado semejante reacción de la chica frente a él. Pero eso no la exentaba de culpa. – Señorita Ackerman está de acuerdo que debe recibir una sanción por sus actos. Sea cual fuere la razón que la motivo a actuar de la manera en que lo hizo. - La chica bajo la mirada y respondió con la voz en un hilo. - No voy a excusar mi comportamiento sé que lo que hice está mal y aceptó las consecuencias de mis actos. - El rector se sorprendió de una respuesta tan madura y tuvo una magnifica idea para poder sancionar a la alumna sin necesidad de suspenderla. - Bien, joven Arlert dado que usted no tuvo nada que ver en el incidente puede retirarse, y si es tan amable de llamar al bibliotecario Ackerman y a la profesora Zöe, se lo agradeceré mucho. – Armin salio cabizbajo y arrastrando los pies. No queria hablar con el ogro de au amiga, que seguro lo mataria.

Mikasa al escuchar que su ogro era llamado por el rector empezó a moverse en su lugar nerviosa. Pudo notar por el rabillo del ojo como Levi se paraba casi a su lado luego de varios minutos de espera, que se le antojaron eternos. Pero de la pesada de Hanji Zöe no había rastro. - ¿Y la profesora Zöe? - El rector cuestiono a Levi, que estaba más concentrado en Mikasa y solo atino a responder con desgana. - Tuvo que ir a la enfermería. - El rector suspiró antes de continuar. – Bien, le comunicare mi decisión después. Como sabes una falta como la que cometió la señorita Ackerman es consideraba grave, pero en gratitud a la ayuda que tu familia ha brindado a la Universidad no será expulsada. - Mikasa respiró aliviada y aunque no lo pudo notar Levi la imitó. - Pero comprenderán que debe ser sancionada de algún modo.- Mikasa nuevamente se tensó al igual que el bibliotecario.- Hace una semana recibimos un lote enorme de libros muy valiosos para agregar a la biblioteca, aprecio a Mike y es excelente en cuanto archivos, pero es un completo desastre en lo que se refiere a cuidar objetos valiosos, así que fue bueno que regresaras con nosotros Levi. - Mikasa contuvo el aliento ¡Su ogro había regresado a la Universidad! No sabia si alegrarse o no. – Esto es relevante porque, aunque no dudo de tu capacidad es mucho trabajo para una sola persona, así que la Señorita Ackerman será asignada a ayudarte en la clasificación de los libros. Así que, desde ahora Levi, Mikasa estará a tu cargo. Debes reportar que la señorita Ackerman por lo menos pase dos horas diarias en la biblioteca como tu ayudante despúes de que esta haya cerrado para los estudiantes. Desde mañana mismo hasta que den por terminada la tarea asignada. Confio en ustedes y se que terminaran antes de que termine el curso. Eso sería todo, pueden retirarse. –

Mikasa sintió que las piernas le fallaban, dos horas diarias a solas con el hombre que la había abandonado rompiendo su corazón, de alguna manera sintió que hubiera sido mejor la expulsión. Tratando de verse lo más inexpresiva que podía salió de la oficina sin siquiera mirar a su dulce tormento y con grandes pasos se dirigió hacia Armin que parecia un títere mal hecho. - Armin debemos buscar a Historia. - Los chicos abandonaron la rectoría sin mirar atrás.

Minutos antes...

-Bibliotecario Ackerman. - Armin habló casi en un susurro pues el ogro de su amiga realmente lo asustaba. – Si, Arlert. - La mirada del hombre frente a él era hielo puro y sin soportar sostenerla Armin miró a otro lado. - El rector lo llama. ¿y la profesora Zöe? No la veo por ningún lado. Será mejor que la busque pues también requieren su presencia. Con permiso. - Armin se dispuso a huir, pero el hombre del que trataba de escapar le cerró el paso. - Armin voy a ser directo contigo, pues es lo menos que te debo, pues siempre has sido un apoyo incondicional para la mujer que amo. - Armin escuchaba atento al hombre frente a él. - He venido a recuperar a Mikasa. Ese es mi único objetivo y te lo digo de frente para que te prepares, pues nada me va a detener ni siquiera lo que hay entre ustedes. – El rubio no supo como reaccionar y solo atinó a sentarse a esperar a su amiga, pues al menos estas eran buenas noticias en un vendaval de malas nuevas.

Levi se introdujo en la oficina de Zackly y al escuchar la sanción de Mikasa casi salta de la emoción. La otra Ackerman volvería a él, estaba seguro.

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