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Halo~ 💙💜 Bye~ 💜💙

Pov Nayla:

El tren llegó y me subí corriendo al vagón. Después de mucho tiempo, volvía a tener miedo.
Me puse a pensar en sus palabras, no podía creer que Stuart fuera el Diablo... no tiene sentido. Abracé mi cartera contra mi pecho mirando mis zapatos y dejé salir un suspiro; esta noche no iba a poder pegar ojo.

Al entrar en mi casa, cerré la puerta con llave y arrastré el sofá para pegarlo a dicho objeto de caoba por si las moscas; luego, cerré todas las ventanas, bajé las persianas donde hubiera y cerré las cortinas. Ya más tranquila, respiré profundamente y me dirigí al cuarto de baño para limpiarme.
Terminé de ducharme, me sequé con la toalla y al pisar el suelo de mi habitación, lo vi sentado sobre la cama. Mis ojos se abrieron de par en par y fui corriendo hacia la puerta... pero todo seguía igual. Las ventanas y todo eso, no se habían movido ni un centímetro.

Un aire caliente me envolvió por lo que decidí girarme. Se encontraba detrás mía.

― ¿Sabes? Es de mala educación no saludar a las visitas ―sonrió.

Le miré totalmente asustada y caí al suelo. Mis piernas y brazos me fallaban, mi cuerpo no podía moverse, mi respiración estaba agitada, tenía el corazón en la garganta. Esto... es lo tan proclamado terror. Terror por tu vida.
Stuart se agachó a mi altura, acarició mi mejilla y se sentó.

― ¿Por qué tan asustada? No voy a hacerte daño.

Abría la boca pero las palabras no salían; aún estaba petrificada del miedo.

Éste me miró entrecerrando los ojos― Nayla, en serio... no tienes por qué temerme ―me abrazó fuertemente, su fragancia a Butterscotch inundaba mis fosas nasales― Te llevo observando un tiempo largo y... eres la mujer perfecta.

― ¿C-Cómo has entrado en mi casa? ¿P-Por qué yo?

Me obligó a mirarle alzando mi cabeza― Teletransportación... pero tengo dicho poder limitado gracias a pasar tanto tiempo en el mundo de los humanos... o sea que solo puedo utilizar dicho poder un par de veces al día ―besó mis labios con cariño― Tú porque... con todo lo que he visto... ―rozó sus labios contra los míos― ... eres hermosa.

Me sonrojé notablemente― ¿Y el observarme desde lejos te llevó a violarme?

― Sexo, querida... esa palabra es muy fuerte hasta para mí y recuerdo que lo disfrutaste. Puede que tomara la iniciativa, pero no dijiste "no" ni intentaste pararme en ningún momento~

― Bueno, aún así... no tiene sentido.

Sonrió― Lo tiene, preciosa... sabía que ayer era tu día de máxima fertilidad.

Le miré incrédula― ¡¿C-Cómo sabes...?!

― Querida, te repito que soy el diablo... puedo hacer y ver lo que quiera y cuando quiera ―lamió sus labios― ¿Quieres volver a hacerlo?

― ¡NO! ―grité con las lágrimas a punto de salir― No quiero tus hijos... ¡No pienso tenerlos! ―me aparté de sus brazos bruscamente y me levanté del suelo― ¡Fuera de mi casa! ¡No quiero verte!

Su sonrisa se volvió bastante macabra― No pienso dejar que abortes a las bellezas que vayan a formarse en tu interior... recuerda: Hago lo que me da la gana... además ―comenzó a flotar― Al albino no le gusta que sus "hijos" maten a criaturas formándose... ralentiza la creación de almas ―dio una palmada y desapareció de la sala de estar.

Me apoyé contra la pared sintiendo cómo se me iban las fuerzas y llevé inconscientemente una mano a mi vientre mientras caían las lágrimas que estaba aguantando. ¿Realmente iba a quedarme embarazada de ese ser? No... claro que no. Con mis anteriores novios sucedían cosas parecidas en mis días de máxima fertilidad y nunca ocurrió nada. Solo me estaba metiendo miedo, de seguro que era eso.
Fui a mi habitación a paso lento, me puse el pijama y me acosté; lo que más necesito ahora es dormir y olvidarme de lo que ha pasado.

HIM (2dle) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora