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Halo~ 💙💜 Lo prometido es deuda 🌚 Bye~ 💜💙

Pov Nayla:

Abrí mis ojos un poco, adaptándome a la claridad de la habitación, gracias al sonido de mi alarma.
Extendí mi brazo notando nada más que un espacio vacío, aún caliente; Stuart se fue no hace mucho y eso, me plasmaba una pequeña sonrisa en mi rostro. Intenté sentarme, pero un dolor intenso en mis extremidades e intimidad me lo impedía.

― ¡Demonios! ―mascullé al, por fin, sentarme sobre mi cama. Stuart no mentía con lo de dejarme sin caminar por un mes― ¡Me cago en tu madre, Stuart! ¡Maldición!

Escuché unas pasos provenientes del pasillo y un peliazul bastante alto se asomó por el marco de la puerta, apoyándose en éste con sus brazos cruzados y una enorme sonrisa de satisfacción.

― ¿Qué te ha hecho mi madre, hermosa? ―soltó una risita traviesa.

Le miré seria y resoplé― No tiene gracia. No puedo moverme ni un solo centímetro.

Se rió a carcajadas y se acercó para darme un beso en la frente; obviamente lo esquivé molesta y no hizo más que reír una vez más.

― Me dijiste que siguiera... no pensarás que iba a parar, ¿no? ―arqueó una ceja de manera sensual... todo lo que hace es sensual.

Suspiré― No.. pe-

Me cortó― Soy el Diablo, nena ―posó sus largos dedos en mi mentón y me dio un dulce pero profundo beso― La lujuria y yo somos uno... y viendo cómo estabas ayer... no hubiera parado ni aunque fuera lo último que hiciera.

― Idiota ―susurré con mis mejillas ardiendo y una sonrisa boba en mi rostro.

Miré sus cuencas, él las fijó en mis ojos y nos besamos de nuevo. Todo su ser era tan adictivo... mi dulce adicción...
Empecé a notar unas leves náuseas. Aparté a Stuart con rapidez y salí corriendo al baño ignorando mis dolores; él me acompañó, acariciando mi espalda mientras lo sacaba todo.

― Hice el desayuno... cuando te sientas mejor, me avisas y te lo traigo ―dijo sonriente mientras me tapaba con las sábanas.

Me dio un dulce beso en la frente y desapareció sin más. Tomé mi teléfono, suspiré y llamé al trabajo; la verdad es que no me sentía para nada bien y, prefería permanecer en casa a estar vomitando todo el día en el trabajo.

John's Dinner, ¿diga?

― Buenas, señor Gousse...

Chasqueó molesto con su lengua― ¿Qué quieres ahora, Kyuzo?

― Llamaba para decirte que me siento fatal y no sé si podré ir...

¡Tienes que venir! ¡Es tu única y maldita obligación!

Rodé los ojos― Bueno, si quieres que le vomite a los clientes, pues iré.

¿Acaso estás embarazada para dejar mi trabajo? ¿O siquiera fingiendo estarlo?

― ¡Claro que no! ―exclamé ante tales suposiciones inauditas.

Pues ven, joder.

Y colgó.
Tiré mi teléfono con rabia sobre la cama, maldije bajito y me levanté con cuidado para ponerme la ropa del trabajo. Odiaba a mi jefe y no era ningún secreto, hasta él mismo lo sabía, y no me importaba mucho, la verdad. Tal vez si en su tiempo no se hubiera comportado como un viejo verde, hubiéramos acabado teniendo una mejor relación trabajador-jefe.

HIM (2dle) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora