HIM (2dle) [+18]

✟7

Halo~ 💙💜 Bye~ 💜💙

Pov Nayla:

Abrí mis ojos. Estaba sola en mi cama, entre mis sábanas. Suspiré, miré la hora y recordé que hoy era mi día libre. Gracias a Dios.
Me puse tensa tras pensar esas cuatro letras juntas, recordando lo de anoche, miré con miedo a mis alrededores pero no sucedió nada. Suspiré aliviada y volví a cerrar mis ojos para conciliar el sueño.

― Nayla.

Abrí mis ojos de par en par tras escuchar esa ronca voz. A mi frente se encontraba Stuart con la mirada perdida.

― ¿S-Stu? ―fui a tocar su rostro sin creerme que fuera él.

Entrelazó nuestros dedos― Te mentí.

Fruncí mi ceño― ¿Eh?

Sonrió― Supongo que es en parte una maldición ser el Diablo... mientes sin parar ―susurró antes de darme un tierno beso.

― ¿Mentir en qué?

Soltó mi mano― No eres la única que llamó mi atención... pero sí eres la que más ha llamado mi atención.

― Entonces... ―miré sus cuencas― ¿Sí te has enamorado de alguien?

Sonrió― ¿Por qué quieres saberlo, preciosa? ¿No es más importante tenerme a tu lado?

― Necesito saber si soy importante para ti... si soy especial... si soy alguien más que una chica del montón.

― Cariño ―salió de la cama― Todo lo que te digo puede ser tomado como verdad o mentira... pero la mayoría son mentiras ―sonrió de lado.

― ¿Qué es verdad y qué es mentira?

Se puso serio más su ceño no mostraba emoción alguna.

― Soy impredecible, nena ―sonrió relajando el ambiente― Esa frase es tan verdadera que es básicamente un hecho.

Le miré confusa― Entonces, ¿es verdad que quieres que sea tu mujer y la madre de tus hijos?

― No es que lo quiera... lo deseo ―dijo con tal gravedad vocal que me estremecí― Además, ya lo estás.

Alcé mis cejas sorprendida y reí incrédula― Mientes, ¿verdad?

Se encogió de hombros sonriente― ¿Tú qué crees?

Negué con la cabeza― Stuart... yo...

Me cortó― No soy tu ex, preciosa ―sacó una tableta de chocolate de la nada― Puede que mienta mucho, muchísimo... pero no abusaría de ti de tal manera ―me ofreció la tableta.

― Pensé que tú eras quién se ocupaba de las cosas malas que hacía un humano ―fui a tomar la tableta pero la alejó de mí.

― ¡Nayla! ―exclamó dolido― Me ofendes ―abrió el envoltorio de la tableta― Yo sólo me ocupo mayoritariamente de cosas sexuales, robos y demás... los abusos ya son cosas mentales ―comentó dándome una porción de la tableta.

Tomé dicha porción de chocolate algo avergonzada.

― Pero... mis padres y el cura...

Soltó aire con pesadez― Mira, Nayla, no sé si te has percatado pero... la mayoría de personas en este mundo me odian ―comió un poco de chocolate― Obviamente dirán cosas falsas sobre mí para quedar mejor, para estar en el pedestal más alto de todos, para parecer superiores.

― ¿Y por qué no haces nada?

― Soy vengativo, sí, pero ya no vale la pena... no después de ver cómo se me iba la mano con Hitler ―comentó sin interés.