HIM (2dle) [+18]

✟19

Halo~ 💙💜 Como dije... flashback 7w7~ Bye~ 💜💙

La gente a mi alrededor nunca me quiso, solo aparentaban quererme o soportarme. En verdad, siempre fui un niño insoportable e hiperactivo, pero es lo normal, ¿no?
Cada vez que preguntaba algo a causa de mi inocente curiosidad, tanto mi padre como mi hermano me ignoraban o me decían que no preguntara tonterías. Y lloraba, obviamente lloraba.

Cuando eso sucedía, siempre corría escaleras arriba, en busca del confort de la única persona que me quería, que me amaba: mi madre.
A pesar de ser en verdad la madre de mi hermano mayor, a pesar de yo saber que mi madre biológica me abandonó, ella era la única que apreciaba mi compañía. Me abrazaba y me daba besos como una madre normal, acariciando mi cabello azabache.

Gracias a ella podía soportar que el resto de mi pequeña familia me diera la espalda.
Siempre que llegaba del colegio, iba corriendo hacia ella a enseñarle lo que haya dibujado o escrito. Y ella, como la madre que era, iba a todos mis concursos y reuniones, cosa que mi padre no hacía ni pensaba hacer.
En unas vacaciones, mi padre y mi hermano se fueron no sé dónde por la noche, cosa que no le agradó a mamá. Papá tenía como pintalabios por todo el rostro y Sean no se quedaba atrás. Después de regañar a ambos, mamá vino a mí y me cargó entre sus brazos para subir a su cuarto.

― ¿Qué pasó? ―pregunté, curioso.

Mamá sonrió, sentándose a mi lado― Nada, cariño. Cosas de adultos.

― ¿Ya sabes por qué papá me odia?

Hizo una mueca extraña― Es complicado de explicar, Alphonce... digamos que no te esperaba y, bueno, te pareces a tu madre, según él ―mordió su labio inferior― Cosa que no le agrada en lo absoluto... ¡Pero Sebastian es complicado! ―sonrió― No te preocupes, cariño, siempre me tendrás a tu lado.

Sonreí de vuelta y la abracé con fuerza.
Una vez empecé primaria, todo se tornó para mal.

Gracias a mi pelo negro y largo, los chicos de mi clase se burlaban de mí e incluso me empujaban por el pasillo o me pegaban si iba en su contra. Lo único que me decía mi padre era: "¡Te hacen eso por debilucho inútil!" En cambio mamá, ella intentaba comprenderme diciendo que no tenía la culpa de nada.
A las semanas, nada más llegar del cole con moratones y rasguños por parte de mis compañeros, llorando como el niño pequeño que era, vi como sacaban a mamá de la casa en una camilla hacia la ambulancia. Nadie me dijo nada, me enteré por mi cuenta que mamá sufría de cáncer y, por no dejarme con mi padre y mi hermano, se saltaba las citas de quimioterapia. Ese mismo día, acabó muriendo en el frío hospital, no sin antes mirarme con una enorme sonrisa y decirme: "Te quiero, Murdoc". La primera y última vez que me llamó por mi primer nombre.

La enterramos casi de inmediato, yo llorando como nunca. Mi padre no decía ni hacía nada, podía parecer que estaba más tranquilo tras su muerte. Y qué decir de Sean. No apareció en el entierro. ¿Cómo se le podía tener tan poco tacto a alguien tan bueno como mamá? ¡Le perdonó la infidelidad a papá! Infidelidad de la cual salí yo y, ¡nunca me lo tuvo en cuenta!
Y bueno, la situación empezó a descontrolarse. Mi padre abusaba de mí golpeándome, apagando sus cigarrillos y puros en mis brazos, haciéndome cantar en bares con ropa de niña. Mi hermano, me usaba de saco de arena cada vez que venía del instituto, enfadado con su clase; también, me usaba como conejillo de indias para lanzarme dardos o cualquier cosa. Un día me clavó un dardo en la frente... ninguno hizo nada. Fui caminando hacia el hospital y una vieja fue quién me ayudó para que me quitaran el dardo.

Cada día, cuando esas personas en mi casa se iban a dormir, me escabullía en el cementerio para dejarle lavandas a mamá, su planta favorita. Le contaba mis problemas, en busca de sentir su abrazo una vez más... pero nada ocurría.
Vella Niccals, pelo negro, lacio, labios voluptuosos, siempre pintados en un rojo suave y ojos grises, como la luna. Sus colores favoritos eran el rojo y el negro ya que, según ella, eran poco comunes en mujeres y ella, era distinta. Solía usar pantalones en vez de vestidos y tenía millones de gafas de sol, después de todo, su color de ojos era raro y no quería estropearse la vista. Tenía un lunar en su rostro que destacaba de sus pecas, un lunar debajo del ojo.