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Halo~ 💙💜 Bye~ 💜💙

Pov Nayla:

Stuart no volvió a aparecer en todo el día y, sinceramente, lo agradecí a quién fuera. Mi turno ya estaba por terminar, hoy me tocaba ser la que cerrara el bar y aún quedaban los típicos solitarios que no hacían más que quedarse mirando a la nada mientras pedían bebidas y comidas para picar de vez en cuando. Me puse a limpiar las mesas vacías, la barra, saqué la vajilla que había en el lavavajillas y la coloqué en su lugar correspondiente; uno de los cuatro señores que había se fue dejando propina. Gracias mentalmente, señor que no conozco. Los tres que quedaban, se unieron en grupo y se acercaron a mí mientras limpiaba la mesa recientemente vacía. Oh mierda.

― ¿Señores? ¿Todo bien? ―sonreí algo temerosa.

Uno me agarró de la muñeca con fuerza― No. ¿Cómo es que alguien tan hermosa como tú no fue percibida por mi radar? ―me tiró contra la mesa e hizo unas señas raras.

Los otros dos me agarraron con fuerza de los brazos para que no pudiera moverme mientras el que se encontraba a mi frente desabrochaba su cinturón. Tenía miedo, mucho miedo. Las lágrimas querían salir, pero una nube negra nos rodeó; escuché gemidos de dolor por parte de aquellos que me sujetaban y un sonido de agonía por aquel que se quitaba el cinturón. En un abrir y cerrar de ojos, ninguno de los tres se encontraba en la sala más que un peliazul abrazándome con fuerza.

― Tranquila, hermosa ―besó mi frente― Mientras yo esté aquí, nadie te hará daño... y el que lo intente... se abstendrá a las consecuencias ―dijo esa última palabra con rencor y rabia.

Miré a Stuart y, sin cuestionar nada, le di un tierno beso. Éste me siguió esa unión acariciando mi sonrojada mejilla; aún seguía sobre la mesa así que Stuart se posicionó entre mis piernas, apegándome a él sin dejar mis labios desatendidos.
Nos besábamos con hambre, con ganas de más, con fiereza. Rompí el beso posando mis manos sobre su marcado pecho y suspiré calmando mi respiración.

― Stuart... aquí no... y menos después de lo que iba a ocurrir...

Sonrió― Dije que dejaras tus gemidos para esta noche... la noche ha llegado y... ―lamió mi oreja― ... será excitante hacerlo aquí... cualquiera que pase nos podría ver~

Me sonrojé notablemente― ¡Aquí no!

No me dio tiempo a quejarme más. No sabía cómo ni cuándo, pero mi ropa inferior había desaparecido y Stuart yacía con su erecto miembro afuera. Tragué saliva con dificultad y metió su gran falo en mi estrecha vagina; Stuart jadeaba cada vez que se adentraba más y más hasta chocar con el tope, obviamente, yo sólo gemía bajito.
Me acostó sobre la mesa, levantó mi camisa del trabajo con mi sujetador y comenzó a apretar con suavidad mis pechos mientras entraba y salía de mi interior. Se sentía tan bien, tan placentero... lo peor es que realmente me excitaba el poder ser descubierta en pleno coito desenfrenado... sentía que Stuart sacaba lo peor y lo más pervertido de mí.

― Así es, preciosa ―rodeó su cintura con mis piernas― Soy el Diablo... ―me dio una fuerte embestida― Hay que ser lo más sucios posibles~

No sabía cómo describir esto que sentía. Su miembro se agrandaba cada vez más y más en mi interior, sentía como si me desgarrara por dentro, pero el dolor era tan placentero que no hacía más que gritar y gemir, pedir y suplicar... llorar de lo maravilloso que era este ser entre mis piernas.
Clavó sus uñas en mi cintura y aceleró sus movimientos haciendo que me retorciera de todo el placer que estaba sintiendo. Mi espalda se curvaba más y más por todas las sensaciones mezcladas, mi mente estaba completamente nublada por la lujuria y, cansada de no poder agarrarme a nada fijo, me senté sobre la mesa, rodeé el cuello de Stuart y besé sus labios con desespero. Éste entendió lo que quería, agarró con fuerza mis glúteos y siguió penetrándome en esa posición tan vergonzosa pero a la vez tan placentera.

― ¡Stuart~! ¡No pares~! ―gemí sintiendo su gran miembro rozando contra mis paredes y golpeando mi punto máximo, sintiendo mis pezones duros contra los suyos. ¿Cuándo se quitó la camisa negra que tenía?

― Mi Nayla ―jadeó en mi oído, haciendo que un escalofrío recorriera mi espalda.

Me corrí gracias a tantas sensaciones y Stuart no hizo más que continuar desesperado. Los decibelios se volvieron más fuertes, era alarmante lo mucho que gritaba. Pero, ¿cómo no hacerlo? Algo más ancho y largo que un pepino de los gruesos salía y entraba de mí, y encima seguía expandiéndose en mi interior, consiguiendo que mis interiores solo desearan a este miembro prodigioso.
Me iba a volver completamente loca de un momento a otro y Stuart no ayudaba dándome nalgadas, chupando o mordiendo mis pezones de vez en cuando y juntando nuestros labios con esa enorme pasión.

Notaba algo que se formaba ahí abajo de nuevo, me iba a correr y era consciente de que sería el orgasmo más placentero de toda mi vida. Una, dos, tres estocadas duras y maravillosas. Me vine apretando mis paredes alrededor de su increíble miembro, soltando un gemido por sentir el mayor placer jamás vivido, y Stuart no tardó en soltar toda su esencia en mi interior.
Me dio otro beso pero más dulce y salió de mí, colocándose la ropa interior con los pantalones. Sobre la mesa se encontraban mis pantalones y mis bragas, me los puse con dificultad ya que no quería quitarme los zapatos, recoloqué mi sujetador y mi camisa, tomé mi cartera y apagué todas las luces del bar. Tras salir de este, cerré con llave, bajé la puerta automática de metal, puse el candado y dejé todo en el lugar de siempre. Dentro de un edificio que se encontraba al lado, donde solía encontrarse el portero que cuidaba las llaves.

― Creo que deberíamos hacer esto más veces en tu turno de cierre ―murmuró con una sonrisa bastante lujuriosa.

― Ni hablar ―contesté juguetona― Alguien podría acabar viéndonos y yo me quedaría sin trabajo ―tomé su mano.

― Sabes que no permitiría eso ―me dio otro dulce beso― Te necesito más feliz que nadie...

Mi corazón se encogió, fue tan tierno lo que dijo que me lancé a sus brazos volviendo a juntar nuestros hinchados labios; hinchados de habernos besado sin parar hacía un par de minutos.
¿Cómo podía ser el Diablo, el ser más temido, y el ser más tierno en este mundo a la vez? Fuimos a la estación de la mano, entrelazamos nuestros dedos y le miré a las cuencas. Ya no le tenía miedo... lo quería a mi lado no importaba qué.








































Heeeeeeeey~ Espero que os haya gustado~ Mañana continuaré con las actualizaciones ya que hoy no puedo más. Tengo un sueño enorme y quiero dormir todo lo que pueda uwu~ En fin~ Ashie se despide, nos vemos en la próxima y bye bye~ 💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙💜💙

HIM (2dle) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora