-VII-

28 6 0
                                    

Mara:

Cuando conoces a alguien no esperas eso, hablo de enamorarte. Podrías conocer a veinte personas en un día, hablar con ellas y hasta volverse amigos, pero ¿porqué con él fue tan diferente?

Mara cayó.

Y no puede decidir cuando. Solo despertó un día y todo fue asfixiante. Verlo era un tortuoso recuerdo que anclaba cadenas a su mente. Observar su rostro  casi a diario y aún así sorprenderse al descubrir algún cambio en él, un gesto que pasaba desapercibido, una actitud que tenía ante ciertas situaciones. Todo en el chico la fascinaba e inquietaba.
Porque no es bueno, no es mutuo. Él la tenía a Samara, y ella debería poder decirle eso a su corazón. Pero no podía, no podía simplemente hablar con ella misma y explicarse que no está bien desarrollar sentimientos hacia alguien que no siente lo mismo.

El corazón es un terco muy hijo de perra, porque no te escucha. No existen suficientes razones para dejar de quererlo. Y ella piensa en que puede luchar por él. No rendirse.
Sabe que no lo va a hacer, porque el miedo le atrapa las manos y le impide hablar, y existe Samara

—¿Qué sucedió allí?— indagó confusa la rubia. Y Mara no podía responder, ¿Qué diría? Definitivamente no iba a explicar que sus piernas parecían gelatinas al estar cerca suyo.

—Nada, solo no me sentía bien—mintió mordiendo su labio de forma insistente, mientras la escena anterior se repetía en su mente.

Venecia:

Cuando divisé a Mara y Cassie no dudé en acercarme. Estaban serias, lo cual es raro viniendo de ellas.

—Acabo de conocer a un chico muy lindo y de casualidad escuché que iría al cine, ¿Quieren ir?— pregunté colocando un brazo sobre los hombros de Cassie. Siendo notoria nuestra diferencia de altura, ya que ambas me sacan unos cuantos centímetros.

—¿Cuándo?— Mara me miró con una cara de desgano para luego recordarme que el sábado deben ir al lago, yo iría también, pero tengo clases y una conversación pendiente con cierta pelirroja.

—Mañana luego de clases, avisaría a Alma e Innet pero se que no te agradan tanto Cassie— sonreí mientras negaba con la cabeza, nunca comprendería realmente lo que sucedió entre ellas.

Un grupo de chicos pasó a nuestro lado, entre ellos resaltaba una cabellera rubia. Mis sentidos se activaron al reconocerlo. Era el chico rubio con el que había chocado al entrar corriendo a un salón.

—Ahí va— susurré hacia ellas, y ambas cabezas voltearon con una sorprendente velocidad para observar al chico. Palmee mi frente y las mire con fastidio. La discreción no es su fuerte.

—¿Cuál de todos?

—El rubio— mencione evitando mirar hacia la dirección en la que se encontraba el chico. La vergüenza que pasé anteriormente era suficiente.

—¿El hermano de Tomás?— pregunta Cassie

—¿Tomás? ¿El ex-novio de Karla?— La miraba sorprendida, y no es para menos, ellos no se parecían en nada. Tomás era un chico bastante alto, pálido y con el cabello bastante negro. Y él, bueno él era totalmente lo contrario.

Cassie asintió observándome con diversión, para luego estirar el cuello y ver mejor al chico

—Se llama Edrien, por si te interesaba— sonrió de lado y susurró algo hacia Mara.

Luego de asegurarme que Cassie y Mara irían conmigo al cine, nos encaminamos a la salida, teniendo que pasar obligadamente frente al grupo de chicos. Cassie me dio la mirada de definitivamente voy a hacer algo estúpido, mientras yo negaba con la cabeza innumerable veces.

Toska.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora